?Rectificaci¨®n o sustituci¨®n de un modelo?
La bancada democr¨¢tica, mayor¨ªa en la Asamblea, ha planteado el cese en el corto plazo del gobierno de Nicol¨¢s Maduro
Todo parec¨ªa indicar, la noche del 6 de diciembre de 2015, que en Venezuela habr¨ªa un cambio de rumbo sin mayores traumas. El reconocimiento por Nicol¨¢s Maduro de los resultados de las elecciones legislativas esa noche, sin embargo, no se transform¨® en los d¨ªas siguientes, como se esperaba, en la aceptaci¨®n de la nueva Asamblea Nacional como un Poder aut¨®nomo e independiente del Estado cuya funci¨®n es legislar y controlar la gesti¨®n del Gobierno.
Por el contrario, a partir de entonces se inicia una campa?a para enfrentar a la nueva Asamblea Nacional. Las declaraciones y amenazas de los personeros del r¨¦gimen y del partido oficialista, el PSUV, fortalecidas por decisiones judiciales, m¨¢s bien pol¨ªticas, adoptadas por el Tribunal Supremo de Justicia, muestran que el camino que se seguir¨ªa no era precisamente el de los acuerdos y consensos, sino el de la confrontaci¨®n, lo que cre¨® alarma inmediata en la comunidad internacional incluso de sus aliados m¨¢s pr¨®ximos, como el gobierno de Dilma Rousseff, de Brasil.
Con quiz¨¢s demasiado optimismo, algunos llegaron incluso a sugerir una suerte de cohabitaci¨®n como mecanismo pol¨ªtico de di¨¢logo y concertaci¨®n para enfrentar la aguda crisis que sufre el pa¨ªs y evitar que se llegue a una situaci¨®n de ingobernabilidad que podr¨ªa llevar a una peligrosa anarqu¨ªa.
Sin embargo, las reacciones del oficialismo se han traducido en el desconocimiento de la nueva legislatura, llegando incluso la no independiente y menos imparcial Sala Electoral del TSJ a impugnar la elecci¨®n de tres diputados de la Unidad Democr¨¢tica y a declarar ins¨®litamente en rebeld¨ªa a la Asamblea Nacional, por lo que sus actos ser¨ªan, seg¨²n declaraciones de los mismos oficialistas, nulos e ¨ªrritos.
Se ha afirmado que estas decisiones, adoptadas ileg¨ªtimamente y sin fundamento jur¨ªdico, constituyen una ruptura del orden constitucional, una suerte de golpe judicial o simple ¡°fujimorazo¡± que deber¨ªa activar la aplicaci¨®n inmediata de la Carta Democr¨¢tica Interamericana.
La confrontaci¨®n se presenta insuperable. El gobierno no ofrece f¨®rmulas intermedias entre las dos concepciones pol¨ªticas enfrentadas, m¨¢s bien se impone e insiste en el establecimiento de un Estado comunal inexistente en la Constituci¨®n de la Rep¨²blica y en una pol¨ªtica econ¨®mica alejada de la realidad que busca ¡°sustituir el modelo rentista imperante¡± por una ¡°econom¨ªa productiva socialista¡±, una propuesta rechazada por la mayor¨ªa de los venezolanos.
El di¨¢logo como mecanismo v¨¢lido para superar las crisis est¨¢ siempre abierto para avanzar y encontrar acuerdos y consensos, pero ese di¨¢logo s¨®lo es posible cuando hay intereses comunes, cuando el objeto de los esfuerzos y los objetivos son los mismos. Ese no parece ser el caso hoy en Venezuela por cuanto, tal como lo han dicho los mismos dirigentes chavistas, la ¡°revoluci¨®n no se negocia¡±, es decir, que no hay espacios para rectificaciones y ajustes, sino para el enfrentamiento y la ingobernabilidad.
Esta situaci¨®n abre el camino a la necesaria sustituci¨®n del modelo que se trata de imponer desde 1998, lo que lleva a considerar, como lo ha planteado la bancada democr¨¢tica, ahora mayor¨ªa en la Asamblea, ¡°el cese en el corto plazo -seis meses- seg¨²n sus portavoces, de la gesti¨®n del gobierno de Nicol¨¢s Maduro, por la v¨ªa constitucional, pac¨ªfica y democr¨¢tica¡±.
V¨ªctor Rodr¨ªguez Cede?o es ex Embajador de Venezuela y ex Miembro de la Comisi¨®n de Derecho Internacional de las Naciones Unidas
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