Obama reclama sus ¨¦xitos con una visi¨®n optimista de Estados Unidos
El discurso sobre el estado de la Uni¨®n ofrecer¨¢ un contraste con el tono apocal¨ªptico del Partido Republicano
Barack Obama intentar¨¢ esta noche rebatir el pesimismo del Partido Republicano, la visi¨®n de unos Estados Unidos bajo todo tipo de amenazas existenciales. En su ¨²ltimo discurso sobre el estado de la Uni¨®n antes de abandonar el cargo en enero de 2017, el presidente dem¨®crata quiere reclamar los ¨¦xitos de sus dos mandatos en la Casa Blanca y presentar una visi¨®n optimista del futuro del pa¨ªs. El discurso, un ritual central en la pol¨ªtica estadounidense, llega a tres semanas del inicio del ciclo de elecciones primarias que culminar¨¢ en la nominaci¨®n de los candidatos para sustituir a Obama.
Obama pronunciar¨¢ el discurso sobre el estado de la Uni¨®n a las 21.00 hora local (02.00 GMT) ante ambas c¨¢maras del Congreso. Estos discursos, con frecuencia largos y a veces tediosos, suelen servir para presentar el programa legislativo. Esta vez puede ser distinto. S¨ª, Obama hablar¨¢ de los flecos que quedan en su ¨²ltimo a?o de la presidencia, desde la reforma del sistema de justicia criminal a la ratificaci¨®n del tratado comercial con los pa¨ªses de la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico. Pero el objetivo ser¨¢ otro: mirar m¨¢s a all¨¢ de su presidencia, asomarse a los Estados Unidos que dejar¨¢ a su sucesor.
El optimismo de Obama contrasta con el tono apocal¨ªptico de muchos de los aspirantes del Partido Republicano a sucederle. El magnate Donald Trump y el senador por Texas Ted Cruz ¡ªlos dos candidatos que encabezan la carrera para la nominaci¨®n republicana¡ª agitan en campa?a todo tipo de miedos: a un atentado terrorista, a la invasi¨®n de refugiados e inmigrantes, a un cataclismo econ¨®mico, al declive irreversible de la primera potencia mundial.
Obama describir¨¢ un pa¨ªs en plena transformaci¨®n: social, demogr¨¢fica, econ¨®mica. "Como en otros momentos similares", tiene previsto decir, ¡°hay quienes nos dicen que temamos el futuro, quienes sostienen que pueden poner freno al cambio, y prometen restaurar la gloria pasada si logramos poner bajo control un grupo o una idea de amenaza Am¨¦rica¡±. A nadie escap¨® la alusi¨®n a Trump, que ha hecho de su ret¨®rica contra los inmigrantes latinos o los musulmanes uno de los ejes de su campa?a. ¡°Cada vez, hemos superado estos miedos¡±, dir¨¢, seg¨²n algunos pasajes del discurso adelantados por la Casa Blanca.
Obama, que lleg¨® a la Casa Blanca con la econom¨ªa al borde de una depresi¨®n, puede exhibir los datos de la recuperaci¨®n econ¨®mica ¡ªcrecimiento sostenido, paro a niveles cercanos al pleno empleo, d¨¦ficit controlado¡ª y la discutida reforma sanitaria, que ha dado acceso a cobertura m¨¦dica a millones de personas hasta ahora desprotegidas. Ha afrontado la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n puede argumentar que ha retirado las tropas estadounidenses de Irak y dejado un peque?o contingente en Afganist¨¢n. En la pol¨ªtica internacional, ha alcanzado un acuerdo para frenar el programa nuclear de Ir¨¢n y ha restablecido relaciones diplom¨¢ticas con Cuba.
El balance tiene claroscuros. La recuperaci¨®n econ¨®mica ha ido paralela a un encogimiento de las clases medias y un aumento de las desigualdades. El intento de poner fin a las guerras de la d¨¦cada pasada se ha frustrado: aunque con una presidencia reducida, EE UU sigue en Afganist¨¢n y se ha visto forzado a intervenir de nuevo en Irak ¡ªy en Siria¡ª para combatir al Estado Isl¨¢mico. La reforma migratoria, una de las prioridades de Obama, ha quedado encallada en el Congreso y en los tribunales.
La polarizaci¨®n pol¨ªtica ha marcado los a?os de Obama. Tambi¨¦n este es su legado, una de las asignaturas pendientes. De ah¨ª que pidiese un debate pol¨ªtico m¨¢s ¡°racional, constructivo¡±. ¡°Esto s¨®lo ocurrir¨¢¡±, a?ade, ¡°si arreglamos nuestra manera de hacer pol¨ªtica¡±. De nuevo, sin mencionarlo, Trump y su ret¨®rica divisiva ¡ªexpresi¨®n desaforada de la ret¨®rica de los sectores m¨¢s ruidosos Partido Republicano¡ª era el trasfondo.
El presidente corre el riesgo de convertirse en un lame duck, un pato cojo. Es decir, un presidente sin capacidad de maniobra. El Congreso est¨¢ en manos de los republicanos. Y la atenci¨®n medi¨¢tica y pol¨ªtica se dirige m¨¢s a la campa?a electoral que a los discursos del presidente. El discurso sirve para defender su legado e influir en el debate sobre su sucesi¨®n: un presidente dem¨®crata podr¨¢ desarrollar las pol¨ªticas de Obama; un republicano podr¨ªa desmontar algunos de sus logros.
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