El l¨ªder de la izquierda mexicana presenta su renuncia
Agust¨ªn Basave abandona la presidencia del PRD ante el rechazo de las facciones internas a su estrategia de alianzas electorales
Hay lugares en el mundo donde a¨²n se practica la antropofagia. El PRD, la fuerza hegem¨®nica de la izquierda mexicana, es uno de ellos. Su presidente, el intelectual socialdem¨®crata Agust¨ªn Basave, lo experiment¨® la noche del lunes. Elegido hace s¨®lo dos meses, Basave present¨® su renuncia ante la imposibilidad de imponer su autoridad y someter a las facciones que han balcanizado el partido. Su marcha, un nuevo cap¨ªtulo de una vieja historia, deja al PRD donde estaba: al borde del precipicio.
El detonante de la disputa es la estrategia para 2016. Un a?o en el que se celebrar¨¢n 12 elecciones a gobernador. Basave apost¨® por una red de alianzas con el PAN (la derecha) con el ¨¢nimo de desbancar al PRI de sus feudos, como Veracruz, y abrir nuevos espacios de poder a la izquierda. Estos acuerdos, amparados por la direcci¨®n, pronto despertaron las suspicacias de las corrientes. Los nuevos equilibrios implicaban ajustes y alg¨²n que otro sacrificio. Las familias se negaron. Empez¨® un mareante tira y afloja. Los planes de Basave fueron primero recortados y luego rechazados. Harto y desautorizado, la semana pasada lanz¨® un ultim¨¢tum. Anoche lo cumpli¨®. La renuncia fue puesta sobre la mesa. ¡°Debo confesar que no hab¨ªa medido las enormes animadversiones tribales, mayores a las rivalidades con cualquier otro partido. Cre¨ª que la consciencia de la crisis que atravesamos y el instinto de supervivencia podr¨ªan contrarrestar la injerencia de diversas instancias gubernamentales al interior del partido y las luchas por el control interno y por la interlocuci¨®n con el gobierno, que hoy est¨¢n desgarrando al PRD¡±, dice en su carta de renuncia.
La crisis no sorprendi¨® a nadie. El ajuste de cuentas se ha vuelto una enfermedad cr¨®nica en el PRD. Desde las elecciones presidenciales de 2012, la formaci¨®n ha entrado en un acelerado proceso de descomposici¨®n. El primer aviso lleg¨® nada m¨¢s celebrados los comicios, cuando su veterano candidato presidencial, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, dej¨® la formaci¨®n para fundar su propio partido. En poco tiempo, esta nueva fuerza se convirti¨® en el principal rival del PRD y le empez¨® a disputar votantes en sus caladeros tradicionales.
Al menos seis facciones que se mueven en direcciones distintas, pero con el objetivo com¨²n de sobrevivir
La erosi¨®n avanz¨® a pasos agigantados con Ayotzinapa. De la noche a la ma?ana, M¨¦xico descubri¨® que el alcalde Iguala y su esposa, supuestos autores intelectuales de la matanza de normalistas, pertenec¨ªan a las filas del PRD. La incapacidad para contener con rapidez esta fuga de confianza y su ensimismamiento frente un pa¨ªs que viv¨ªa una de las mayores convulsiones de su historia, hicieron el resto. Su fundador y l¨ªder espiritual, Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, abandon¨® la formaci¨®n. Las elecciones de junio pasado confirmaron la ca¨ªda. El PRD obtuvo su peor resultado desde 1991. Perdi¨® casi la mitad de sus esca?os, y su enemigo, el incombustible L¨®pez Obrador, le arrebat¨® el control de la Asamblea del Distrito Federal, el m¨¢s importante feudo del PRD.
En cumplimiento del principio de Arqu¨ªmedes, el hundimiento del partido hizo ascender a Basave. Las grandes corrientes, temerosas de quedarse sin ox¨ªgeno, buscaron un rostro nuevo y de prestigio. Basave, doctor en Ciencias Pol¨ªticas por la Universidad de Oxford y muy apreciado por la ¨¦lite intelectual progresista, encajaba. Carec¨ªa de experiencia en el cuerpo a cuerpo pol¨ªtico, y apenas llevaba unos pocos meses militando en el PRD, pero sus modos tranquilos y su discurso regeneracionista fueron bien acogidos. Pronto se convirti¨® en la figura emergente de la socialdemocracia mexicana. ?l mismo se situaba entre Jeremy Corbyn y Felipe Gonz¨¢lez. ¡°Tenemos un pa¨ªs con una desigualdad espantosa, una pobreza rampante y una corrupci¨®n que nos ahoga. Y si esa no es la bandera m¨¢xima, seremos cualquier otra cosa, pero no seremos izquierda¡±, afirm¨® en una entrevista a EL PA?S.
Tras un arranque tranquilo, Basave no tard¨® en enfrentarse a la volatilidad de su partido. Al menos seis facciones que se mueven en direcciones distintas, pero con el objetivo com¨²n de sobrevivir. En este universo de cuotas y negociaci¨®n constante, el hombre de consenso ha visto disolverse su autoridad. Bajo la presi¨®n de los intereses tribales, la fijaci¨®n de una estrategia electoral le ha resultado imposible. Cansado, hoy present¨® su renuncia.
¡°Ning¨²n presidente de partido en ninguna parte del mundo puede sostenerse en semejantes condiciones de debilidad, con su credibilidad como representante de su instituto pol¨ªtico seriamente mermada de cara a sus interlocutores externos. Y si puede sobrevivir tras ser desautorizado a tal grado, debe renunciar por elemental dignidad¡±, indica Basave.
Solo una rectificaci¨®n, seg¨²n fuentes cercanas a Basave, le har¨¢ volver. Su marcha, en caso de que las familias persistan en rechazar la nueva pol¨ªtica, dejar¨¢ al PRD a la intemperie. Otra vez.
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