Washington sopesa anular el plan que atrae a los m¨¦dicos cubanos
La decisi¨®n podr¨ªa ser un gesto hacia La Habana en momentos en que EE UU se apresta a recibir a miles de refugiados cubanos
Miles de refugiados cubanos varados desde hace meses en Centroam¨¦rica est¨¢n a punto de cumplir su deseo de llegar a Estados Unidos. Nada m¨¢s pisar suelo norteamericano, se beneficiar¨¢n de la Ley de Ajuste Cubano que les permitir¨¢ obtener la residencia al a?o y un d¨ªa de estancia en Estados Unidos, una quimera para cualquier otro migrante latinoamericano. La Habana lleva a?os denunciando esta normativa como un aliciente a la emigraci¨®n ilegal de la isla. El Gobierno de Barack Obama no lo niega, pero hasta ahora se ha resistido a variar la legislaci¨®n por miedo a un efecto llamada que provoque una avalancha de migrantes cubanos.?
S¨ª podr¨ªa, sin embargo, tener un gesto proporcionalmente peque?o, pero altamente simb¨®lico, hacia La Habana en el todav¨ªa largo proceso de normalizaci¨®n de relaciones: poner fin a un programa que, seg¨²n la isla, incentiva la deserci¨®n de m¨¦dicos y enfermeras cubanos, una de las joyas de la corona de la revoluci¨®n cubana. La posibilidad est¨¢ ya en la mesa de negociaciones, seg¨²n la Casa Blanca.
¡°En momentos en que estamos revisando la totalidad de nuestra relaci¨®n en evoluci¨®n, sentimos que este programa deber¨ªa ser incluido dentro de los muchos elementos de la relaci¨®n que deber¨ªamos considerar¡±, confirmaron en los ¨²ltimos d¨ªas a EL PA?S diversas fuentes del Gobierno estadounidense bajo condici¨®n de anonimato.
El alto valor de los m¨¦dicos cubanos
La salud p¨²blica en Cuba no es solo un motivo de orgullo, es un arma pol¨ªtica del Estado que ve en los m¨¦dicos un poderoso elemento de propaganda y, tambi¨¦n, de moneda de cambio. Enviar brigadas m¨¦dicas al extranjero es mucho m¨¢s que un acto de solidaridad, es una forma de difundir los ¨¦xitos de la revoluci¨®n y, en muchos casos, de pagar en especie las ayudas de aliados a la isla, como el petr¨®leo subvencionado de Venezuela. Si hay algo que siempre molest¨® al l¨ªder hist¨®rico cubano, Fidel Castro, fueron las deserciones de deportistas y profesionales. Las de peloteros (jugadores de beisbol) y m¨¦dicos eran, hasta hace poco, imperdonables. Bien lo sab¨ªa Estados Unidos cuando, en 2006, el Gobierno del republicano George W. Bush cre¨® un programa que incentivaba la deserci¨®n de m¨¦dicos destinados en misiones fuera de Cuba al facilitar que solicitaran un permiso para ingresar en Estados Unidos en cualquier embajada norteamericana de un tercer pa¨ªs.
El clamor de Fidel Castro por el Cuban Medical Professional Parole Program, que as¨ª se llama el plan, fue inmenso. Y su ira por el ¡°robo de cerebros¡± no se apag¨® ni cuando dej¨® el poder en manos de su hermano Ra¨²l Castro, quien tambi¨¦n ha seguido denunciando el programa hasta hoy.
Tal es el furor que, en un rev¨¦s a las reformas que han permitido cada vez a m¨¢s cubanos viajar al extranjero en los ¨²ltimos a?os, el Gobierno cubano emiti¨® una orden que, desde el 7 de diciembre, obliga al personal m¨¦dico a solicitar un permiso cada vez que quieren salir de la isla por ¡°asuntos particulares¡±. La ¡°preocupaci¨®n¡± que hay por la p¨¦rdida de estos profesionales llev¨® a La Habana a perdonar incluso a los m¨¦dicos que quieran regresar, a los que se promete la ¡°reincorporaci¨®n¡± en un puesto similar al que ten¨ªan antes de ser ¡°v¨ªctimas de las enga?osas pr¨¢cticas del vulgar robo de cerebros¡±.
Cuba tiene desplegados a m¨¢s de 50.000 profesionales de la salud, la mitad de ellos m¨¦dicos, en 68 pa¨ªses. Proporcionalmente, la cifra de beneficiados por este controvertido programa es limitada. Seg¨²n el Departamento de Seguridad Nacional, el n¨²mero de profesionales de la salud cubanos cuyo visado ha sido aprobado gracias a este ¡°parole¡± desde su introducci¨®n hace una d¨¦cada, es de 7.117. Pero la cifra, igual que la del resto de cubanos preocupados por el fin de los privilegios para emigrar a Estados Unidos que podr¨ªa implicar el acercamiento entre Washington y La Habana, se ha disparado en los ¨²ltimos dos a?os: 1.259 m¨¦dicos ingresaron de esta forma en Estados Unidos en 2014 y 1.663 en 2015, cuando Washington y La Habana ya negociaban activamente su deshielo.
La salud, en el centro del deshielo
Los intercambios en materia de salud han sido se?alados por los dos pa¨ªses como uno de los puntos de mayor inter¨¦s en esta nueva etapa pol¨ªtica. En septiembre, m¨¦dicos cubanos fueron invitados por primera vez al buque m¨¦dico estadounidense USS Comfort, atracado en Hait¨ª, para ¡°consultar y discutir oportunidades para una futura colaboraci¨®n¡±, destac¨® Washington.
El programa de parole se interpone sin embargo en este campo.
Seg¨²n el polit¨®logo cubano Arturo L¨®pez-Levy, la eliminaci¨®n de este programa ¡°abrir¨ªa un espacio inmenso de colaboraci¨®n de salud en esta coyuntura estrat¨¦gica para la relaci¨®n bilateral, y en el plano multilateral entre Cuba y Estados Unidos¡±. De acuerdo con el experto de la Universidad de Texas-Rio Grande Valley, lo que frena este paso es ¡°esa viga clavada desde el periodo Bush para entorpecer los acercamientos e insultar el esfuerzo humanitario cubano¡±.
No todos lo ven as¨ª. El legislador republicano de origen cubano Mario D¨ªaz-Balart denunci¨® los planes de Washington, adelantados por la agencia Reuters, alegando que este programa ¡°ha sido esencial para que miles de m¨¦dicos cubanos pudieran escapar el uso que hace el r¨¦gimen de los Castro del trabajo m¨¦dico forzado en todo el mundo¡±. Seg¨²n las cifras que maneja el legislador floridano, Cuba recibe unos 8.000 millones de d¨®lares anuales por las misiones m¨¦dicas que env¨ªa a todas las partes del planeta ¡°en a menudo condiciones deplorables¡±.
Para L¨®pez-Levy sin embargo, eliminar un programa que constituye una ¡°reliquia de la guerra fr¨ªa¡±, permitir¨ªa probablemente renegociar las condiciones de contrataci¨®n de m¨¦dicos cubanos en terceros pa¨ªses.
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