La herencia del ¨¦bola

El fin del mayor brote de ¨¦bola de la historia deja muchos aspectos por cerrar. En poco m¨¢s de dos a?os se han registrado 28.637 casos con 11.315 fallecidos (el 39,5%). Desde 1976, cuando se registr¨® el primer brote, hasta 2012, a?o del pen¨²ltimo, hab¨ªa habido 2.378 enfermos, con 1.590 muertes (el 66,86%). La diferencia en la mortalidad es uno de los asuntos que habr¨¢ que investigar. En este brote ha habido, pese a todo, una abundancia de medios que no hicieron falta para otros. La propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha destacado c¨®mo en poco m¨¢s de un a?o hubo medicamentos y hasta una vacuna a prueba sobre el terreno, un logro que en otros f¨¢rmacos en condiciones normales lleva como poco tres o cuatro a?os de ensayos una vez se ha sintetizado la mol¨¦cula. M¨¦dicos sin Fronteras (MSF), que atendi¨® a m¨¢s de 5.000 infectados, apunta que quiz¨¢ un f¨¢rmaco contra la malaria haya tenido un efecto protector.

El fin del brote ha dejado sin concluir muchas de las investigaciones en marcha. El ¨¦bola es un virus tan peligroso y poco frecuente que no se puede usar en un ensayo, por muy controlado que est¨¦. Habr¨¢ que esperar a que el virus reaparezca para confirmar los prometedores resultados que estos f¨¢rmacos apuntan. Tambi¨¦n para intentar comprobar si otras aproximaciones, como el uso de suero de personas que hubieran sobrevivido a la enfermedad, son ¨²tiles de verdad.

El gran n¨²mero de afectados de este brote de ¨¦bola s¨ª va a permitir, en cambio, estudiar sus secuelas en quienes superan la enfermedad. Ya se sabe que muchos afectados tienen dolor de cabeza y articulaciones, cansancio, problemas de audici¨®n y de visi¨®n. Tambi¨¦n se ha verificado que el virus permanece meses despu¨¦s de la persona se cure en el semen y el humor v¨ªtreo del ojo, por ejemplo. Adem¨¢s, por primera vez se ha documentado un caso de reaparici¨®n del ¨¦bola en personas dadas de alta. Se sospecha que es lo que ha sucedido en Liberia, que ha sido declarada libre de ¨¦bola dos veces, en mayo y ahora. Y se sabe que ha ocurrido con la enfermera brit¨¢nica Pauline Cafferkey, quien sufri¨® a los nueve meses de ser dada de alta una reca¨ªda, una meningitis, que casi le causa la muerte.

Y quedan otras secuelas. Los afectados ¨Cenfermos, familiares o vecinos- tienen a¨²n que superar el trauma y el estigma. Y, advierten organizaciones que est¨¢n sobre el terreno, deben elaborar el duelo, ya que una de las medidas que se mostr¨® m¨¢s eficaz para combatir la enfermedad fue evitar los velatorios y funerales tradicionales, en los que hab¨ªa contacto directo con los fallecidos, por lo que sus personas cercanas sienten que no se han despedido adecuadamente.

Adem¨¢s, el virus ha dejado muy debilitados los sistemas sanitarios de los pa¨ªses afectados. Y ha sacado los colores a la cooperaci¨®n internacional, empezando por la OMS. Esta ha reconocido que se actu¨® tarde, y plantea ¨Csi consigue financiaci¨®n- crear una fuerza de intervenci¨®n r¨¢pida que evite que la respuesta ante una de estas crisis dependa de la voluntad de los pa¨ªses (EE UU, Reino Unido y Alemania han corrido con el 60% del esfuerzo; Francia, China y Cuba tambi¨¦n destacaron y Espa?a ocup¨® el puesto 23 entre los donantes, seg¨²n MSF) y la capacidad de las ONG. Prop¨®sitos que pueden debilitarse ahora que la amenaza del virus ha desaparecido.