China quiere aumentar su protagonismo en Oriente Pr¨®ximo

Despu¨¦s de haber rehuido durante a?os implicarse en una regi¨®n que considera un avispero, China quiere finalmente mostrarse como un participante m¨¢s activo en Oriente Medio. La visita que el presidente chino, Xi Jinping, comienza este martes a Arabia Saud¨ª, Ir¨¢n y Egipto se?ala la creciente importancia que Pek¨ªn concede a la zona, tanto desde el punto de vista econ¨®mico como de seguridad, y representa un paso m¨¢s en su estrategia para presentarse como una alternativa al modelo estadounidense de potencia mundial.

Adem¨¢s de su tradicional importancia como suministrador de gas y petr¨®leo, Oriente Medio ha cobrado relevancia para China como zona clave para su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, la red de infraestructuras con la que quiere abrir v¨ªas de comunicaci¨®n hacia el oeste y que se ha convertido en una de las grandes prioridades de su pol¨ªtica exterior. Y Pek¨ªn est¨¢ cada vez m¨¢s preocupada por el terrorismo isl¨¢mico.

Es la primera vez en sus tres a?os de mandato que Xi viaja a la regi¨®n, y la primera en 12 a?os de un jefe de Estado chino a Ir¨¢n y Egipto. Arabia Saud¨ª recibi¨® en 2009 la visita de Hu Jintao.

La gira ya se planificaba desde hace tiempo. Xi deb¨ªa haber visitado Arabia Saud¨ª y Egipto el a?o pasado, pero el viaje, que nunca se lleg¨® a anunciar entonces de manera oficial, se aplaz¨® discretamente ante la intervenci¨®n saud¨ª en Yemen.

Llega ahora en un momento diplom¨¢ticamente complicado, cuando Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª viven su peor disputa en a?os despu¨¦s de que Riad ejecutara al cl¨¦rigo chi¨ª Nimr al Nimr a principios de este mes.

Xi puede aprovechar esta ocasi¨®n para tratar de proyectar la ben¨¦vola imagen de China que quiere transmitir en el exterior -la de una potencia ecu¨¢nime que contribuye a la paz mundial- al lanzar un llamamiento a la calma y a la negociaci¨®n entre las partes. Un llamamiento que ya anticip¨® la semana pasada el viceministro de Exteriores Zhang Ming, que se desplaz¨® a ambos pa¨ªses para preparar el viaje presidencial y tratar de rebajar las tensiones.

China ya ha dado sus primeros pasos en tareas de mediaci¨®n en la regi¨®n, en la crisis siria, al acoger en Pek¨ªn a representantes del gobierno y de la oposici¨®n.

Pero en opini¨®n del profesor Li Yonghui, de la Universidad de Relaciones Exteriores de Pek¨ªn, es dif¨ªcil que el presidente chino quiera desarrollar un papel m¨¢s directo de mediador en este caso. ¡°China tiene buenas relaciones con ambos, y verse en medio de los dos le puede suponer cierto dilema¡±, opina.

Coincide con ¨¦l Alice Ekman, investigadora jefe para China del Instituto Franc¨¦s de Relaciones Exteriores (IFRI). ¡°China va a intentar proyectar la imagen de un actor m¨¢s participativo en la regi¨®n, pero en t¨¦rminos congreso es improbable que anuncie una implicaci¨®n m¨¢s directa en las crisis en la zona¡±, explica. ¡°Fuera de Asia, la pol¨ªtica exterior de China sigue adoptando los menores riesgos posibles¡±.

El momento de la gira tambi¨¦n es significativo desde el punto de vista de la econom¨ªa, uno de los ejes del viaje. El presidente chino llega a Teher¨¢n inmediatamente despu¨¦s de que EE.UU y la UE hayan levantado este fin de semana sus sanciones a Ir¨¢n. Van a abrirse unas enormes oportunidades de negocio en un mercado de 80 millones de personas que cuenta con las segundas reservas mundiales de gas y las cuartas de petr¨®leo.

?Y Pek¨ªn, el principal socio comercial iran¨ª -su intercambio fue de 51.800 millones de d¨®lares en 2014- y que mantuvo las buenas relaciones incluso en las peores ¨¦pocas de aislamiento de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, quiere anticiparse a posibles competidores.

Los medios oficiales chinos ya han adelantado que se firmar¨¢n diversos acuerdos comerciales, en ¨¢reas como la alta velocidad, la energ¨ªa o el sector financiero.

?A lo largo de toda la gira, la agenda tambi¨¦n estar¨¢ dominada por la seguridad y la lucha antiterrorista. ¡°El terrorismo global es una creciente preocupaci¨®n para China¡±, recuerda Ekman.

En noviembre, el ISIS anunci¨® la ejecuci¨®n de un ciudadano de esta nacionalidad en Irak, y China prometi¨® dureza. Pero, sobre todo, Pek¨ªn teme la radicalizaci¨®n de su minor¨ªa uigur, de religi¨®n musulmana, en Xinjiang. En los ¨²ltimos a?os ha aumentado en esa regi¨®n una violencia que el Gobierno chino atribuye a grupos extremistas.

?La semana pasada China public¨® un informe oficial en el que expresa su inter¨¦s por intensificar la colaboraci¨®n en materia de seguridad con los pa¨ªses ¨¢rabes, en ¨¢reas como el intercambio de informaci¨®n, la cooperaci¨®n t¨¦cnica o el adiestramiento de personal.