Prohibido salir del armario en Polonia
El nuevo Gobierno aleja la perspectiva de avances en los derechos de homosexuales y mujeres
Una de las batallas de m¨¢s impacto medi¨¢tico por los derechos de los homosexuales en Polonia la han protagonizado un espa?ol y su pareja, Jos¨¦ Luis Alonso y Jakub Urbanik, de 46 y 40 a?os, profesores universitarios. Quisieron casarse en Espa?a pero el Ayuntamiento de Varsovia deneg¨® a Urbanik un documento, el nulla osta necesario para el tr¨¢mite. El argumento fue que iba contra la Constituci¨®n polaca, que en su art¨ªculo 18 protege al matrimonio de hombre y mujer. Ellos lo llevaron a los tribunales y salieron mucho en la tele. ¡°Esc¨¢ndalo homosexual en la Universidad de Varsovia¡±, titul¨® el diario m¨¢s vendido del pa¨ªs.
Un espa?ol y su novio llevan a Estrasburgo la prohibici¨®n de casarse
¡°Somos juristas, y cre¨ªmos que ten¨ªamos la responsabilidad de defender nuestros derechos en nombre de las personas que no pueden hacerlo¡±, explicaba este viernes Urbanik, profesor en la Facultad de Derecho. En Polonia, la legislaci¨®n sobre homosexualidad es una de las m¨¢s restrictivas de la UE, al igual que sobre otras materias como fecundaci¨®n asistida o aborto. Ni existen las parejas de hecho, que el anterior Gobierno conservador de Plataforma C¨ªvica (PO) no logr¨® aprobar en cuatro ocasiones por votos en contra en sus propias filas. Y se supone que eran los m¨¢s progresistas. Ahora con el nuevo Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) el colectivo no cree que las cosas vayan a mejorar, pues su bandera es la exaltaci¨®n de los valores tradicionales y cristianos.
Alonso, profesor en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, accedi¨® a librar una batalla p¨²blica con su pareja, aunque podr¨ªan haberse saltado el obst¨¢culo burocr¨¢tico con otro certificado. ¡°Quisimos generar un estado de opini¨®n, que tuviera consecuencias pol¨ªticas¡±, apunta. Perdieron en marzo en primera instancia y en octubre en apelaci¨®n, pero entonces se uni¨® a la causa el Defensor del Pueblo polaco, que les apoya en el recurso que preparan ante el Tribunal de Estrasburgo. Sus familias les han respaldado, tambi¨¦n en el entorno de Urbanik, de arraigada fe cat¨®lica, y han tenido numerosas muestras de solidaridad.
¡°Ha habido un cambio profundo. La sociedad ya est¨¢ acostumbrada por la cultura popular, por personajes gais en series de televisi¨®n¡ Pero una cosa es Varsovia y otra fuera, en provincias, donde se vive en un mundo clandestino. Comparado con el pasado, el pa¨ªs se ha modernizado, pero visto desde Berl¨ªn o Barcelona llevamos 50 a?os de retraso¡±, dice Ewa Wanat, periodista de la radio p¨²blica, ahora despedida, muy popular por un programa que daba voz a la comunidad homosexual.
En Polonia muy pocos salen del armario en p¨²blico. En 2011 entraron en el Parlamento un homosexual, Robert Biedron, y la transexual Anna Grodzka. Biedron dej¨® el esca?o en 2014 al ser elegido alcalde de Slupsk, de 80.000 habitantes. A Lech Walesa, hist¨®rico l¨ªder de Solidarnosc y la lucha por las libertades bajo el r¨¦gimen comunista, le sent¨® muy mal y dijo que ¡°los homosexuales deber¨ªan sentarse detr¨¢s de un muro, no en primera fila¡±. Hablamos del pa¨ªs que intent¨® prohibir la serie infantil de los Teletubbies porque uno parec¨ªa gay.
Est¨¢ por ver si habr¨¢ cambios en otros frentes controvertidos, donde es alta la presi¨®n de la Iglesia cat¨®lica, muy influyente en Polonia, con un 40% de la poblaci¨®n que va a misa regularmente. La restrictiva ley del aborto y la carrera de obst¨¢culos en que se convierte practicarlo en ocasiones, aunque sea legal, tambi¨¦n lleva a muchas polacas a viajar a la Rep¨²blica Checa o Eslovaquia. Fue sonado el cese del director de un hospital de Varsovia, que en 2014 se neg¨® a autorizar un aborto de un feto malformado. En cuanto a la fecundaci¨®n asistida, el ¨²ltimo Gobierno aprob¨® in extremis en 2015 una ley que caus¨® muchas cr¨ªticas al anterior presidente, Bronislaw Komorowski, cuando la firm¨®. Cit¨® entonces lo que dijo el monarca renacentista polaco Segismundo Augusto al permitir la libertad religiosa: ¡°No soy rey de vuestras conciencias¡±. Ahora se va a eliminar la financiaci¨®n p¨²blica de esta pr¨¢ctica. El nuevo Gobierno, con toda su obsesi¨®n por el pasado, no tiene una mentalidad precisamente renacentista.
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