Europa debe hacer tres en raya
Si la UE no ataca su triple crisis, la crisis la degradar¨¢ o la reducir¨¢ al m¨ªnimo
Tres problemas, tres, atenazan al cogollo del proyecto europeo: la ola de refugiados, la turbulencia econ¨®mica y la deriva autoritaria de dos (nuevos) socios del Este.
La UE debe hallar v¨ªas para desbloquearlos en los meses inmediatos, hacer un tres en raya. Si no, retroceder¨¢ a un proyecto paticorto (con pol¨ªticas clave melladas), o retornar¨¢ a ser un club reducido aunque mejor articulado.
La ola de refugiados tiene precedentes num¨¦ricos en anteriores flujos inmigratorios. Pero ahora es una movida dantesca, descontrolada y espasm¨®dica pues proviene sobre todo del estallido de Siria y Libia. Su dimensi¨®n es casi inmanejable. Piensen los antieuropeos qu¨¦ le ocurrir¨ªa a Estados Unidos si Siria estuviese donde M¨¦xico y Libia donde Canad¨¢.
Si los 28 Gobiernos cumplen sus pactos de redistribuci¨®n; si los vecinos act¨²an como regulador, incentivados por el Plan Marshall con ¡°miles de millones de euros¡± sugerido en Davos por Wolfgang Scha¨¹ble; si se modula mejor el acceso en los puntos calientes y tr¨¢gicos; si mejora la situaci¨®n de los focos sirio y libio...
Si ocurre todo eso habr¨¢ opci¨®n de adecuar el acuerdo de libre circulaci¨®n de personas de Schengen. De lo contrario, la canciller Angela Merkel deber¨¢ rendirse a los nacionalismos alicortos vecinos. Mal augurio.
El racaneo de varios Estados miembros que vienen del fr¨ªo (aunque no solo de ellos) a la hora de aceptar cuotas de asilados se compadece mal con su recepci¨®n de las ingentes ayudas econ¨®micas estructurales y de cohesi¨®n, que alumbran un verdadero milagro econ¨®mico, como ocurri¨® en Espa?a cuando accedi¨® al club.
Y engarza con la deriva autoritaria en, al menos, dos de ellos, Hungr¨ªa y Polonia. Hasta ahora hab¨ªa bastado en casos parejos la sanci¨®n diplom¨¢tica simb¨®lica, por ejemplo de la Comisi¨®n Prodi contra el ascenso del xen¨®fobo J?rg Haider en Austria (2000).
Veremos ahora si funcionan las amenazas urdidas por Jean-Claude Juncker de imponer las (in¨¦ditas) represalias del art¨ªculo 7 del Tratado ¡ªretirada de derechos pol¨ªticos¡ª contra el despotismo constitucional y medi¨¢tico del nuevo Gobierno de Varsovia.
En cualquier caso, los nuevos socios deben aprender cuanto antes que la Uni¨®n es un todo indivisible. Que sus pol¨ªticas no se aplican a la carta, seg¨²n el capricho de cada uno, ahora recibo ayudas, pero violo los principios democr¨¢ticos si me apetece o incumplo a mi placer los deberes de solidaridad interna ante el mandato legal humanitario de acoger asilados.
Mejor que el aprendizaje se realice por cortes¨ªa. De no bastar habr¨¢ que suspender su derecho a co-decidir, y pegar mordiscos a las subvenciones que reciben de los dem¨¢s en concepto de la misma solidaridad que reh¨²yen cuando les toca a ellos practicarla.
Quedan las turbulencias econ¨®micas del entorno mundial. Y los desequilibrios internos, con su primer epicentro en Italia (hay otros), pues ha sorteado la urgencia de una reforma financiera ¡ªentre otras¡ª, como la dise?ada y prestada por los 28 a Espa?a.
La alta morosidad (16,7% de sus cr¨¦ditos bancarios, el doble largo del 7,12% espa?ol, seg¨²n los ex¨¢menes de la Autoridad Bancaria Europea, EBA) se correlaciona con el d¨¦bil crecimiento de su econom¨ªa: dos puntos negativos de promedio en el septenio 2008-2014, que contrastan con las 4 d¨¦cimas positivas de la (no muy boyante) Francia.
No debe cundir el p¨¢nico (estamos algo m¨¢s equipados que en 2009), pero s¨ª la preocupaci¨®n.
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