Bloomberg sigue en la brecha
El exalcalde de Nueva York, un empresario multimillonario, vuelve a la primera l¨ªnea y se plantea entrar en la carrera hacia la Casa Blanca
Cuando dej¨® la alcald¨ªa de Nueva York, a finales de 2013, lo m¨¢s sencillo era pensar que Michael Bloomberg, con 71 a?os, se volcar¨ªa en su fundaci¨®n y su extensa obra filantr¨®pica, participar¨ªa en alg¨²n que otro acto sobre cambio clim¨¢tico y seguir¨ªa su batalla contra las armas ilegales. A los pocos meses, en cambio, volvi¨® a la brecha. Se puso en la primera l¨ªnea de la empresa que lleva su nombre, tanto¡ que su consejero delegado acab¨® por marcharse. El mundo de la comunicaci¨®n afrontaba momentos complicados y el negocio del grupo de datos e informaci¨®n financiera que hab¨ªa creado en los ochenta iba m¨¢s lento con los a?os. ¡°Dios ha vuelto¡±, titul¨® ni m¨¢s ni menos el semanario 'The Economist en septiembre de 2014.
Esta misma semana, el magnate de la comunicaci¨®n particip¨® en un foro sobre inversiones para combatir el cambio clim¨¢tico, en Naciones Unidas, pero la expectaci¨®n que gener¨® iba mucho m¨¢s all¨¢. Porque Michael Rubens Bloomberg (Boston, 1942), liberal en lo social, querido en Wall Street y extremadamente rico, se est¨¢ planteando pugnar, a punto de cumplir los 74 a?os, por la presidencia del Gobierno de Estados Unidos como candidato independiente. No hay precedentes de ¨¦xito en aventuras alternativas en la Casa Blanca. Nadie ha titulado esta vez nada sobre la llegada de Dios, pero Mike Bloomberg es un entusiasta de los datos y, si lo sopesa, es porque ve alguna opci¨®n.
M¨¢s que una afiliaci¨®n pol¨ªtica, no hay una palabra que le defina mucho mejor que esa, independiente. Quiz¨¢ verso suelto, o sencillamente empresario. Form¨® parte del Partido Dem¨®crata hasta 2001 y entonces pas¨® al bando republicano, hasta 2007, cuando se convirti¨® en independiente. Todo, en un pa¨ªs en el que el votante tambi¨¦n migra de un lado al otro con mucha m¨¢s frecuencia y naturalidad que en Europa o Espa?a.
Es ah¨ª donde Bloomberg ve una v¨ªa de entrada. ¡°Ha manejado esa idea ya en el pasado y no la ha llevado a cabo porque es muy dif¨ªcil, pero es cierto que si los candidatos rivales que se van perfilando son muy extremos ¡ªTrump o Cruz entre los republicanos, Bernie Sanders entre los dem¨®cratas¡ª, se abren oportunidades para ¨¦l como candidato de centro¡±, opina el polit¨®logo Alan Abramowitz. El entorno de Bloomberg recalca, no obstante, que tampoco el avance de Hillary Clinton deber¨ªa interpretarse como sin¨®nimo de marcha atr¨¢s por su parte.
Las rendiciones f¨¢ciles no van con el personaje. Bloomberg fund¨® el conglomerado que lleva su nombre en 1981 con la indemnizaci¨®n por despido de la firma financiera Salomon Brothers, un cheque de 10 millones de d¨®lares de la ¨¦poca. Podr¨ªa haberse retirado a leer peri¨®dicos e invertir, pero opt¨® por ser quien generara esa informaci¨®n. Cre¨® los terminales Bloomberg, una gigantesca base de datos financieros, herramienta b¨¢sica de cualquier corredor de Bolsa o analista, y cuya suscripci¨®n cuesta entre 21.000 y 24.000 d¨®lares anuales. Hay unos 326.000 abonados. Son la parte del le¨®n de los negocios de un grupo que se apoya tambi¨¦n en un ¨¢rea de noticias y otra de an¨¢lisis de datos.
¡°Hay tres cosas que suelen separar a los ganadores de los perdedores: el tiempo invertido, las habilidades interpersonales y la simple y vieja suerte¡±, reflexiona el fundador en la autobiograf¨ªa que public¨® en 1997, antes de su llegada a la alcald¨ªa de Nueva York. Bloomberg cuenta en su haber con un poco de todo eso. Tiene el aval de la gesti¨®n de la mayor ciudad de EE?UU durante 12 a?os, aunque no se puede desligar la huella que dej¨® de su imponente patrimonio, que Forbes cifra en unos 35.900 millones de d¨®lares.?El alcalde solo cobraba un simb¨®lico d¨®lar anual, puso su avi¨®n al servicio de la ciudad y ni siquiera se mud¨® a las dependencias municipales (sigui¨® viviendo en su lujosa vivienda del noroeste de Manhattan).
Ha defendido el aborto y los derechos de los homosexuales, y ha impulsado un mayor control de las armas
El poder¨ªo presupuestario con el que afront¨® las tres campa?as dej¨® sin aliento a sus rivales pol¨ªticos. Sus generosas donaciones a entidades sociales le reportaron el apoyo de centenares de ellas y ni siquiera le pas¨® factura su cuestionada batalla para que se cambiara la ley y poder presentarse a un tercer mandato. Los ciudadanos lo eligieron de nuevo.
Porque Bloomberg tom¨® el mando de la ciudad cuando acababa de sufrir la matanza de las Torres Gemelas. Wall Street tiritaba, muchos negocios se planteaban abandonar la ciudad y el turismo se bat¨ªa en retirada. Y lo evit¨®. Reform¨® la polic¨ªa de arriba abajo para crear una fuerza antiterrorista local sin parang¨®n, rebaj¨® la criminalidad pese a suavizar la mano dura de su predecesor (Rudolph Giuliani) y potenci¨® la educaci¨®n y los servicios sociales. ¡°Tras el 11-S, se reuni¨® empresa por empresa y les dijo a todas que se quedaran, que Nueva York iba a ser la ciudad m¨¢s segura del pa¨ªs, y que iba a ser el lugar donde hab¨ªa que estar¡±, apunta un antiguo colaborador. Pero no falta quien tambi¨¦n le reprocha haber gestionado la ciudad como si fuera una empresa y le culpan del incremento sangrante de las desigualdades.
El exalcalde forma parte de ese 1% en la c¨²spide de la pir¨¢mide, aunque es tambi¨¦n uno de los mayores fil¨¢ntropos de EE?UU, solo por detr¨¢s de Warren Buffett, Bill y Melinda Gates, y George Soros, seg¨²n la clasificaci¨®n de Forbes. El a?o pasado destin¨® 510 millones de d¨®lares a diferentes proyectos.
Para esa eventual carrera por la Casa Blanca, contar¨ªa con unos 1.000 millones de d¨®lares de presupuesto. Ha empezado a contratar personal para preparar el terreno ¡ªsi se decidiese a dar el paso, no puede improvisar¡ª y ha realizado alguna discreta cata de mercado. ¡°Se dice que por su perfil puede robar m¨¢s votos dem¨®cratas, pero creo que captar¨ªa tambi¨¦n mucho voto moderado de los republicanos¡±, a?ade el polit¨®logo Abramowitz. Bloomberg se ha erigido en defensor de los derechos de los homosexuales, del derecho al aborto y ha hecho mucho por impulsar un mayor control de las armas.
Mientras decide si pulsa el bot¨®n por competir por la Casa Blanca, lidia con los retos de su propia empresa. La facturaci¨®n del grupo ha terminado 2015 en unos 8.800 millones de d¨®lares, seg¨²n la estimaci¨®n de Burton-Taylor International Consulting, con un leve ascenso respecto a los 8.475 millones de 2014. Pese a la ralentizaci¨®n, los beneficios han mantenido siempre una senda ascendente. Tras su regreso, Bloomberg cambi¨® varios cargos directivos y empez¨® a buscar una mayor integraci¨®n entre las redacciones del ¨¢rea de noticias, un extremo sobre el que la compa?¨ªa ha preferido no hacer comentarios.
Bloomberg afronta todos sus proyectos como algo en revisi¨®n permanente. El d¨ªa que lo despidieron, cuenta en sus memorias, lleg¨® a casa, comparti¨® una botella de champ¨¢n con su esposa, dieron un beso a Emma (la mayor de dos hijas, ahora treinta?eras) y salieron a cenar. ¡°Al d¨ªa siguiente, empec¨¦ la compa?¨ªa Bloomberg. El resto est¨¢ a¨²n en construcci¨®n¡±.
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