Nace la Ciudad de M¨¦xico y desaparece el Distrito Federal
La capital mexicana eleva su rango y tendr¨¢ Constituci¨®n propia
El Distrito Federal ha muerto. Ha nacido la Ciudad de M¨¦xico. La f¨®rmula administrativa que reg¨ªa la capital pas¨® ayer a la historia y ha sido sustituida por un dise?o legislativo que casi la equipara al resto de estados mexicanos. Una entidad con un gobierno reforzado, Constituci¨®n propia y hasta un nuevo nombre, Ciudad de M¨¦xico, para el cual a¨²n no hay a¨²n un gentilicio acordado, aunque una mayor¨ªa ya se incline por el de capitalinos.
En un pa¨ªs tan ceremonioso como M¨¦xico, el nacimiento del trig¨¦simo segundo Estado de la Uni¨®n fue presentado con los mayores honores. El propio presidente de la Rep¨²blica, Enrique Pe?a Nieto, escenific¨® el alumbramiento en el imponente Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo. En un acto cuajado de autoridades, sobre el mismo solar que vio pasar a Moctezuma y Hern¨¢n Cort¨¦s, el mandatario rubric¨® la reforma y orden¨® su publicaci¨®n en el?Diario Oficial de la Federaci¨®n. ¡°As¨ª se escribe la historia; con el triunfo de los habitantes de la ciudad. Hoy culminamos un debate que se inici¨® con la Constituci¨®n de 1824. Este es el coraz¨®n de nuestro pa¨ªs¡±, declar¨® Pe?a Nieto.
La ceremonia no s¨®lo da carta de naturaleza al cambio de estatuto de la capital, sino que supone el arranque de un vertiginoso proceso. A partir de la promulgaci¨®n de la norma, el Instituto Nacional Electoral tiene 15 d¨ªas para emitir la convocatoria para la elecci¨®n de los diputados constituyentes. Los comicios se celebrar¨¢n el 5 de junio y la Asamblea tendr¨¢ que formarse el 15 de septiembre. Sesenta diputados ser¨¢n por elecci¨®n directa y otros 40 se decidir¨¢n por designaci¨®n. La tarea de esta C¨¢mara extraordinaria consistir¨¢ en aprobar la Constituci¨®n Pol¨ªtica de la nueva entidad antes del 1 de febrero de 2017. Acto seguido, se disolver¨¢.
Con este paso, culminar¨¢ un largo proceso de lucha pol¨ªtica. Durante d¨¦cadas la capital fue un mero ap¨¦ndice del poder presidencial. Pero la tensi¨®n generada por las necesidades de una megal¨®polis cuyo poder¨ªo demogr¨¢fico y financiero no ten¨ªa rival en el pa¨ªs, fue abriendo una brecha en este control y logrando parcelas cada vez mayores de autonom¨ªa. Este proceso dio un paso de gigante en 1997 cuando la ciudad celebr¨® por primera vez elecciones al cargo de jefe del Gobierno del Distrito Federal. El avance ampli¨® el escenario de gesti¨®n, pero no logr¨® apagar los deseos de una mayor autonom¨ªa.
El corte competencial nunca fue limpio y el pulso entre poder central y el Gobierno capitalino, siempre en manos de la izquierda, se convirti¨® desde entonces en una constante de la que sacaron provecho pesos pesados como Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, fundador del PRD, y el dos veces candidato presidencial Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, conocido como AMLO. La ¨²ltima y m¨¢s importante reforma, parad¨®jicamente, no ha cristalizado hasta la llegada a la jefatura capitalina de Miguel ?ngel Mancera, un pol¨ªtico con excelentes relaciones con el presidente Enrique Pe?a Nieto.
El nuevo dise?o eleva a la megaurbe en el tablero pol¨ªtico mexicano. El jefe del Gobierno tendr¨¢ poderes de gobernador, y derechos como el aborto y el matrimonio homosexual quedar¨¢n blindados por la Constituci¨®n estatal. A¨²n as¨ª, la autonom¨ªa no ser¨¢ plena. La Ciudad de M¨¦xico, a diferencia de otros Estados, no podr¨¢ decidir el techo de endeudamiento, su jefe de polic¨ªa podr¨¢ ser revocado por el presidente y no asumir¨¢ las competencias en salud y educaci¨®n.
Pese a estas limitaciones, las encuestas muestran que el apoyo al cambio es mayoritario. Donde no hay tanto consenso es en la elecci¨®n elecci¨®n del gentilicio. Aunque los sondeos indican una gran preferencia por el de capitalinos (50%), en la liza tambi¨¦n han entrado los t¨¦rminos de mexique?os, chilangos, defe?os y mexicanos. Las autoridades a¨²n no se han decidido, y la confusi¨®n ha dado pie a un vendaval de humor en las redes sociales, con gentilicios como manceros, tenochtitlacanos, AMLOsajones, traficalinos o cedemitas.
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