El ¨²ltimo brindis del Pacto por M¨¦xico
La reforma pol¨ªtica de la Ciudad de M¨¦xico no le da autonom¨ªa financiera y el Constituyente est¨¢ dise?ado a favor del PRI
Hay pocos casos en el mundo en donde la capital ha dado su nombre al pa¨ªs. M¨¦xico es una de esas excepciones. Octavio Paz se?al¨® esta particularidad y revel¨® el enorme significado de haber llamado al pa¨ªs entero con el nombre de la ciudad que representaba la dominaci¨®n azteca sobre los pueblos prehisp¨¢nicos. Cort¨¦s decidi¨® que la capital de la Nueva Espa?a se edificara sobre Mexico-Tenochtitl¨¢n para convertirse en el sucesor de los aztecas. La fascinaci¨®n por el tlatoani y su poder dominante ha seducido a conquistadores, virreyes y presidentes, y se extiende hasta nuestros d¨ªas. La dominaci¨®n de la sede del poder, de la ciudad que domina al pa¨ªs.
El viernes pasado, despu¨¦s de 191 a?os, el pa¨ªs le regres¨® su nombre a la capital. Aunque para todos los mexicanos siempre fue la Ciudad de M¨¦xico, en el texto constitucional se le refer¨ªa como el Distrito Federal. Un cambio formal de poca trascendencia, pero hasta el momento el m¨¢s visible de una reforma a la Constituci¨®n fraguada en el Pacto por M¨¦xico. Al igual que todas las reformas surgidas de este pacto pol¨ªtico, son impopulares y la mayor¨ªa de la gente no percibe ning¨²n beneficio para sus familias. Es una reforma por y para la clase pol¨ªtica, no para las y los ciudadanos. Si Pe?a Nieto se promueve con sus reformas estructurales, Mancera ya tiene la suya.
Las limitantes de la reforma tienen su explicaci¨®n en la g¨¦nesis de la misma. La reforma se abord¨® como un ajuste de cuentas con el pasado y con muy poca visi¨®n de futuro. La agenda pendiente en materia de derechos pol¨ªticos se subsana en su totalidad al decretarse la autonom¨ªa de la ciudad, lo cual la pone a la par del resto de las entidades integrantes de la federaci¨®n, pero no la convierte en el estado 32 por su condici¨®n especial de capital de la Rep¨²blica y sede de los poderes. Aunque resulta significativo este cambio de estatus constitucional, en la vida diaria de la ciudad tendr¨¢ poco impacto.
Resulta incomprensible que se hayan dejado de lado en esta reforma cambios que s¨ª hubieran representado beneficios para la ciudadan¨ªa. Esta claro que la capital necesita acelerar la construcci¨®n de infraestructura que permita aumentar la competitividad y mejorar la oferta de servicios p¨²blicos. Ello no es posible porque la mayor parte del financiamiento de la inversi¨®n proviene de la deuda p¨²blica, la cual es aprobada por el Congreso a capricho de la mayor¨ªa del partido gobernante a nivel federal. Este chantaje permanente impide que la ciudad tenga planeaci¨®n de mediano y largo plazo como la mayor¨ªa de las grandes ciudades del orbe. No hay autonom¨ªa plena sin autonom¨ªa financiera.
Resulta incomprensible que se hayan dejado de lado en esta reforma cambios que s¨ª hubieran representado beneficios para la ciudadan¨ªa
La misma suerte corri¨® el tema de la educaci¨®n. El control del gobierno federal sobre los servicios educativos -que ocurre s¨®lo en la capital- ha dado como resultado una baja en el rendimiento escolar de la poblaci¨®n estudiantil, el abandono de las escuelas y el rezago en la capacitaci¨®n de los maestros. La reforma se olvid¨® de abordar la variable que determinar¨¢ el futuro de la ciudad: la educaci¨®n.
El logro mas interesante de la reforma es que la ciudad deber¨¢ elaborar la primera constituci¨®n de su historia. Desde una visi¨®n progresista, era una oportunidad ¨²nica para organizar un ejercicio de participaci¨®n ciudadana in¨¦dito en el pa¨ªs, un momento fundacional para la ciudad que terminara plasmado en la primera constituci¨®n elaborada bajo el paradigma de los derechos humanos. Sin embargo, se ha optado por acuerdos pol¨ªticos que le dan la espalda a la ciudadan¨ªa m¨¢s organizada, politizada, participativa, informada y comunicada del pa¨ªs.
La asamblea constituyente estar¨¢ integrada por 60 diputados electos en comicios abiertos el pr¨®ximo 5 de junio mediante listas que presentar¨¢n los partidos. Otros 40 ser¨¢n designados por el Congreso (28), por el Jefe de Gobierno (6) y por el Presidente (6). Resulta cuestionable la legitimidad de los constituyentes designados porque no tendr¨¢n un mandato directo del pueblo, depositario original de la soberan¨ªa. Pero m¨¢s ileg¨ªtimo resulta que la distribuci¨®n de los designados esta dise?ada para facilitarle al partido de Pe?a Nieto alcanzar un tercio del total de la asamblea constituyente, tener el derecho a veto y garantizar el control de la negociaci¨®n. Una influencia desproporcionada para un partido cuyo rechazo en la ciudad, gobernada por la izquierda desde 1997, es el m¨¢s alto de todo el pa¨ªs.
La alianza pol¨ªtica que ha permitido la aprobaci¨®n de esta reforma, genera temores fundados de que el texto de la constituci¨®n capitalina termine siendo dictado desde Los Pinos. La culminaci¨®n del proyecto mas ambicioso en la historia de la izquierda mexicana -la refundaci¨®n de la capital bajo ideas progresistas- pudiera resultar, parad¨®jicamente, en el retorno triunfal del PRI al territorio del cual fue desterrado desde hace casi dos d¨¦cadas. El ¨²ltimo brindis del Pacto por M¨¦xico, es por el regreso del tlatoani.
Mario Delgado es senador por la Ciudad de M¨¦xico y miembro del partido Morena.
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