El Ej¨¦rcito turco cerca un s¨®tano con unas 30 personas en el Kurdist¨¢n
Un edificio en Cizre cumple nueve d¨ªas de asedio militar sin acceso a los servicios m¨¦dicos
Un s¨®tano de Cizre ¡ªlocalidad que este mi¨¦rcoles cumple 50 d¨ªas en toque de queda y cercada por las fuerzas militares y policiales turcas¡ª se ha convertido en el s¨ªmbolo de la nueva fase b¨¦lica del conflicto kurdo, que se ceba en la poblaci¨®n civil. Desde el pasado d¨ªa 23 de enero, una treintena de personas ¡ªbuena parte de ellas heridas¡ª permanecen atrapadas en el subsuelo de un edificio de cuatro plantas en el que se refugiaron huyendo de los combates entre el Ej¨¦rcito y militantes vinculados al grupo armado kurdo PKK, sin que se haya permitido el acceso a los servicios m¨¦dicos. El edificio ha sido adem¨¢s bombardeado, presuntamente por las fuerzas militares turcas.
¡°Esto es una masacre¡±, denuncia Faysal Sariyildiz. Su voz suena exhausta al otro lado del hilo telef¨®nico. Desde hace m¨¢s de una semana, este diputado del partido prokurdo HDP se encuentra en Cizre, a 600 metros del edificio sitiado, tratando de hallar una soluci¨®n para los heridos atrapados: ¡°Las ¨²ltimas informaciones que tenemos es que hab¨ªa 31 personas, pero siete han ido muriendo en los ¨²ltimos d¨ªas por la falta de atenci¨®n m¨¦dica. A¨²n quedan quince heridos, nueve de ellos muy graves. Todos son civiles y varios mujeres y ni?os¡±.
La situaci¨®n de los que se han quedado dentro del que los medios kurdos llaman ¡°el s¨®tano de la barbarie¡± es cr¨ªtica pues carecen de agua y electricidad, una situaci¨®n que se vive en buena parte de la asediada ciudad. ¡°Mis parientes que no han podido salir de la ciudad me han dicho que est¨¢n teniendo que beber los orines para no morir de sed¡±, asegura una mujer kurda este diario.
Pese a que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos emiti¨® el d¨ªa 26 una decisi¨®n exigiendo al Gobierno turco que garantizase el acceso m¨¦dico a los heridos, las ambulancias no han podido acudir, seg¨²n el Ministerio de Sanidad turco por culpa de los ataques de militantes del PKK. El s¨¢bado, en coordinaci¨®n con el Gobierno, las ambulancias municipales lograron aproximarse a 200 metros del edificio para intentar un rescate: ¡°En todo momento nos mantuvimos en contacto telef¨®nico (con las personas dentro del s¨®tano) pero mientras esper¨¢bamos la confirmaci¨®n del Ministerio escuchamos sonido de explosiones y disparos. Escuchamos a uno de los heridos gritando ¡®Nos est¨¢n atacando, nos han bombardeado. Nos van a matar¡¯¡±, explicaron los sanitarios en un comunicado.
Seg¨²n varios testigos, tanques y piezas de artiller¨ªa del Ej¨¦rcito turco dispararon al edificio provocando el derrumbamiento de varios pisos. ¡°Han reducido pr¨¢cticamente a escombros la casa y desde el s¨¢bado por la tarde no hemos podido volver a contactar con los heridos. Tememos que hayan muerto¡±, asegura Sariyildiz. El Colegio de M¨¦dicos de Turqu¨ªa ha exigido la apertura de un ¡°corredor humanitario¡± para atender a los heridos y pedido que se respete el trabajo de enfermeros, m¨¦dicos y conductores de ambulancia ya que cuatro trabajadores sanitarios han muerto por disparos de la polic¨ªa durante los toques de queda de los ¨²ltimos cinco meses. Adem¨¢s, ha llamado a la intervenci¨®n de la Cruz Roja Internacional. ¡°La negativa de las autoridades turcas a garantizar el acceso a cuidado m¨¦dico es indefendible. Aunque es perfectamente leg¨ªtimo que tomen medidas para garantizar la seguridad y arrestar a los sospechosos, esta operaci¨®n muestra una cruel indiferencia por la vida humana¡±, se quej¨® Andrew Gardner, representante de Amnist¨ªa Internacional en Turqu¨ªa.
¡°Al menos mostrad respeto por sus cad¨¢veres¡±
Fahriye ?ukur sostiene el retrato de su hija Rozerin con los ojos enrojecidos. Al lado, su marido, Mustafa, trata de mantener la entereza, pero al poco rato sus ojos tambi¨¦n comienzan a expeler l¨¢grimas: ¡°Era una ni?a muy sensible. Acababa de cumplir 17 a?os¡±. Hace m¨¢s de un mes que la familia ?ukur no tiene noticias de Rozerin.
¡°Nosotros vivimos fuera de la Ciudad Vieja [de Diyarbakir] pero su escuela estaba dentro de la zona amurallada, as¨ª que cuando comenzaron los enfrentamientos y decretaron el toque de queda en algunos barrios de dentro, le prohibimos ir al colegio¡±, explica su padre. La joven insist¨ªa, as¨ª que sus padres finalmente dieron el brazo a torcer. Sin embargo, una tarde de finales de diciembre, la chica no regres¨® de la escuela. El 8 de enero, les lleg¨® la noticia de que alguien dentro del cerco policial al que est¨¢ sometido el centro hist¨®rico de Diyarbakir, donde se libran intensos combates entre el Ej¨¦rcito turco y el PKK, hab¨ªa hallado a Rozerin muerta. El matrimonio ?ukur inici¨® un peregrinar por las instituciones oficiales para que, al menos, les entregasen el cad¨¢ver. ¡°El gobernador dice que no tienen constancia de su muerte, pero los del YDG-H [movimiento juvenil armado vinculado al PKK] dicen que est¨¢ en la zona controlada por la polic¨ªa¡±, explica Mustafa, a quien le duele especialmente que los medios progubernamentales tilden a su hija de ¡°terrorista¡±: ¡°Cuando la perdimos iba con el uniforme de la escuela, las ¨²nicas armas que llevaban eran los cuadernos de clase¡±.
Junto a otras familias de j¨®venes militantes y civiles muertos en el interior de la Ciudad Vieja, los ?ukur reclaman que los cuerpos les sean entregados, tal y como dictan las normas internacionales de combate. Cada tarde se re¨²nen en un parque de Diyarbakir para reclamar justicia, bajo una pancarta en la que se lee: ¡°Ya que no hab¨¦is respetado sus vidas, al menos mostrad respeto por sus cad¨¢veres¡±.
¡°Quedan por lo menos seis muertos en uno de los barrios que creemos que est¨¢n controlados por las fuerzas de seguridad turcas. Dos son de civiles y los otros cuatro de j¨®venes del YDG-H¡±, afirma el dirigente nacionalista kurdo Ekrem Nifak: ¡°La semana pasada entregaron los cad¨¢veres de otros dos j¨®venes, tras 38 d¨ªas a la intemperie. Los perros se hab¨ªan comido parte de los cuerpos¡±.
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