Marco Rubio, hijo de cubanos, se afianza frente a Trump
El senador por Florida es la esperanza de la ¨¦lite republicana ante la ola populista
Marco Rubio, hijo de una familia humilde de inmigrantes cubanos, es el candidato republicano mejor situado para frenar la oleada populista del magnate Donald Trump y otros candidatos. Rubio, senador por Florida desde 2011, llega a New Hampshire ¡ªel segundo Estado en votar en el proceso de nominaci¨®n para la Casa Blanca¡ª reforzado tras romper las expectativas en los caucus o asambleas electivas de Iowa. El lunes, en este Estado agr¨ªcola del Medio Oeste, Rubio qued¨® tercero (con el 23,1%), a poco m¨¢s de un punto de Trump, un resultado con sabor a victoria moral.
Para entender por qu¨¦ el tercer lugar de Rubio, de 44 a?os, es una victoria hay que tener en cuenta que Iowa es un juego de expectativas. No es tan importante la posici¨®n como que se cumpla el resultado esperado. El senador por Florida, alejado culturalmente de los republicanos de Iowa y menos activo que otros rivales en este Estado, las ha superado con creces.
La euforia entre los partidarios de Rubio se explica en el contexto de una campa?a dominada por Trump y por el vencedor real en Iowa, el senador por Texas Ted Cruz. Ambos defienden posiciones populistas o extremistas, poco seductoras para el elector m¨¢s pragm¨¢tico que vota en las presidenciales. Ambos preocupan al establishment republicano.
La campa?a ha sido hasta ahora una carrera con dos carriles: el de los insurgentes Trump y Cruz, y el del establishment, los moderados o los republicanos m¨¢s tradicionales. En este segundo carril compiten una multitud de aspirantes: Rubio; el exgobernador de Florida Jeb Bush; el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie; el de Ohio, John Kasich... Iowa consolida a Rubio como l¨ªder indiscutible en este carril y autom¨¢ticamente le convierte en el favorito de las ¨¦lites del Partido Republicano y de los votantes asustados por los exabruptos de Trump o el puritanismo ideol¨®gico de Cruz.
Apoyo del Tea Party
Hay algo obamiano en Rubio, hijo de un camarero que dej¨® la escuela a los nueve a?os para trabajar, y de una mujer que fue desde limpiadora a empleada de un supermercado. No es obamiano por su ideolog¨ªa. El conservadurismo de Rubio refleja ¡ªen sus posiciones duras sobre la inmigraci¨®n o en su oposici¨®n frontal a cualquier iniciativa del presidente dem¨®crata Barack Obama¡ª el giro a la derecha de los republicanos en los ¨²ltimos a?os. Rubio exhibe la capacidad, en contraste con otros pragm¨¢ticos como Bush o Kasich, de apelar a los conservadores m¨¢s ortodoxos e intransigentes: a fin de cuentas cont¨®, en la campa?a que llev¨® al Senado, con la ayuda del populista Tea Party.
El senador por Florida tambi¨¦n bebe de corrientes tradicionales del partido, como el neoconservadurismo, visible en su ret¨®rica agresiva en pol¨ªtica exterior o en la defensa encendida de la llamada excepcionalidad norteamericana, la idea de que este pa¨ªs es un pa¨ªs ¨²nico en la historia de la humanidad, con una misi¨®n universal. En sus discursos consigue conectar esa excepcionalidad con su propia biograf¨ªa, y aqu¨ª es donde Rubio se parece a Obama.
M¨¢s all¨¢ de programas electorales y discusiones pol¨ªticas, su vida ¡ªla de un hijo de inmigrantes que cumple el sue?o americano¡ª es su programa. ?l, como ocurri¨® con Obama en las elecciones que en 2008 le llevaron a la Casa Blanca, es el mensaje. ?l puede actualizar el maltrecho sue?o americano, en proceso de desmontaje, seg¨²n Rubio, precisamente desde que Obama llego al poder. No es un miembro del establishment, pero puede unir a un partido profundamente dividido. Es conservador pero tambi¨¦n flexible, y optimista sobre EE?UU, en contraste con el tono apocal¨ªptico de Trump y Cruz.
Todo esto lo hace atractivo a los republicanos convencidos de que un candidato joven, conservador pero pragm¨¢tico ¡ªen sus mejores sue?os, una mezcla de Reagan en la ideolog¨ªa y Obama en el estilo¡ª es la mejor f¨®r mula para frenar a Trump y batir a la favorita dem¨®crata, Hillary Clinton. Adem¨¢s, es latino, miembro de la minor¨ªa m¨¢s pujante. La nueva generaci¨®n de estadounidenses pide paso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.