Los republicanos moderados se neutralizan entre ellos
El partido tiene dificultades para hallar una alternativa a un hombre ajeno a su cultura
El magnate Donald Trump cuenta con una ventaja valiosa en su carrera a la Casa Blanca: sus rivales est¨¢n divididos. La noticia de las elecciones primarias del martes en New Hampshire no es s¨®lo la victoria rotunda de Trump, sino las dificultades del aparato republicano para hallar una alternativa a un hombre ajeno a la cultura del partido. Tras el abandono de Carly Fiorina, ex consejera delegada de Hewlett-Packard, y del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quedan tres aspirantes m¨¢s o menos identificados con el establishment. Todos batallan contra todos y ninguno se destaca.
La carrera para la nominaci¨®n republicana se desarrolla en dos carriles. Trump reina en el primero, el de los insurgentes: qued¨® segundo en Iowa la semana pasada ¡ªun mal resultado para el hombre que se jactaba de ganar siempre¡ª pero ha triunfado en New Hampshire. En el segundo carril se apelotona media decena de candidatos que aspira a disputarle el trono a Trump. Son republicanos tradicionales: gobernadores, exgobernadores, senadores. Al contrario que Trump, siguen la tradici¨®n del republicanismo moderno, favorable a un Estado poco intervencionista y una pol¨ªtica exterior robusta.
Si se suma el porcentaje de votos en New Hampshire de los candidatos moderados o cercanos al establishment, ronda el 50%. La misma proporci¨®n que se obtiene sumando a Trump y otros candidatos m¨¢s extremos, como el senador por Texas Ted Cruz y el neurocirujano Ben Carson. Visto as¨ª, el dominio de Trump es relativo. Si sus rivales m¨¢s moderados cerrasen filas, podr¨ªa disputarle la nominaci¨®n sin problemas.
Divisi¨®n del voto
La renuncia de Christie, tras quedar sexto el martes, es un primer paso. Quedan tres candidatos con pocas ganas de abandonar: el senador por Florida Marco Rubio, que tras un buen resultado en Iowa fracas¨® en New Hampshire; el exgobernador de Florida e hijo y hermano de presidente, Jeb Bush; y el gobernador de Ohio John Kasich, seguramente el representante m¨¢s genuino del ala moderada, segundo en New Hampshire. La abundancia de candidatos divide el voto y el dinero de los donantes. Con la excepci¨®n de Bush, dedican m¨¢s esfuerzos a atacarse entre ellos que a atacar a Trump.
Se neutralizan mientras Trump observa desde su pedestal. Es lo que le ocurri¨® a Rubio: lleg¨® a New Hampshire como gran esperanza del establishment, pero Christie fren¨® su ascenso en seco al cuestionar su experiencia y retratarle como un candidato prefabricado. El resultado: Christie est¨¢ a punto de anunciar su abandono, Rubio pierde impulso y Trump es el favorito.
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