Mandamiento de China: no pondr¨¢s el nombre de Liu Xiaobo a mi calle
Pek¨ªn habla de "graves consecuencias" si Washington da el nombre del disidente a la v¨ªa
Pek¨ªn se lo ha advertido a Estados Unidos: habr¨¢ ¡°serias consecuencias¡± si rebautiza la plaza donde se encuentra la Embajada de China en Washington. El Senado de EE UU aprob¨® el viernes un proyecto de ley que propone cambiar la denominaci¨®n de la v¨ªa, hasta ahora llamada International Place, para convertirla en plaza Liu Xiaobo, en homenaje al disidente m¨¢s famoso de toda China y premio Nobel de la Paz.
Liu cumple desde 2009 una condena de 11 a?os de prisi¨®n por ¡°incitar a la subversi¨®n del Estado¡±, el cargo del que se le declar¨® culpable tras redactar el manifiesto Carta 08, en el que pide democracia para su pa¨ªs. Su esposa, Liu Xia, se encuentra bajo arresto domiciliario.
La propuesta de ley del Senado se aprob¨® por unanimidad y a mano alzada. Hab¨ªa sido presentada por Ted Cruz, uno de los principales aspirantes a la candidatura republicana en las elecciones presidenciales de EE UU.
Convertirla en norma obligar¨ªa a la Embajada china -un mastod¨®ntico complejo de color blanco y 39.000 metros cuadrados de superficie en plantas, dise?ado por el arquitecto I. M Pei en un selecto barrio del noroeste de Washington- a indicar su direcci¨®n como ¡°1 Liu Xiaobo Plaza¡± en sus documentos. Una circunstancia que Pek¨ªn no est¨¢ dispuesto a aceptar bajo ninguna circunstancia.
En su rueda de prensa diaria este martes, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, consider¨® que la medida ¡°viola las normas b¨¢sicas de las relaciones internacionales¡±. Si el proyecto llega a convertirse en ley ¡°habr¨¢ serias consecuencias¡±.
¡°Exigimos que el Senado de EE UU suspenda sus deliberaciones sobre el mencionado proyecto de ley, y tambi¨¦n esperamos que la Administraci¨®n estadounidense detenga y ponga fin definitivo a esta farsa pol¨ªtica¡±, reclam¨® el portavoz.
El domingo, el peri¨®dico Global Times, propiedad del Diario del Pueblo, portavoz del Partido Comunista de China, ya hab¨ªa aludido a la pol¨¦mica y hab¨ªa considerado el posible cambio de nombre algo ¡°f¨²til¡±.
¡°Estados Unidos est¨¢ desesperado a la hora de gestionar su relaci¨®n con China y es reacio a emplear amenazas militares o sanciones econ¨®micas que puedan volverse en su contra¡±, explicaba el medio en un editorial. ¡°La ¨²nica opci¨®n que le queda a Washington parece ser actos petulantes que molestan a China¡±.
La posibilidad del cambio de nombre viene rondando desde 2014, cuando un grupo de 14 congresistas se lo pidi¨® al entonces alcalde de Washington, Vincent Gray. Ya hay precedentes: durante la Guerra Fr¨ªa, la capital estadounidense cambi¨® el nombre de la calle donde se encontraba la Embajada de la Uni¨®n Sovi¨¦tica para denominarla calle Andr¨¦i Sajarov.
En este caso, no parece que vayan a verse cumplidos los temores de China de tener que incluir en los membretes e invitaciones de su Embajada el nombre del que considera un delincuente y uno de sus enemigos m¨¢s odiados.
Tras el visto bueno del Senado, el proyecto tiene que recibir a¨²n la luz verde de la C¨¢mara de Representantes. Si lo lograra, se enviar¨ªa a la Casa Blanca. Solo con la firma del presidente Barack Obama podr¨ªa convertirlo definitivamente en ley.
Pero la Casa Blanca ya ha dejado claro que no piensa apoyar una iniciativa que le parece provocadora; ni contribuir, con la firma presidencial, a dar credibilidad en pleno a?o electoral a la idea de un rival pol¨ªtico en pos del sill¨®n que ocupa Obama.
En declaraciones a la publicaci¨®n Politico, un alto funcionario de la Casa Blanca indic¨® que ¡°aunque seguimos presionando a China sobre la necesidad de respetar los derechos humanos y poner en libertad a Liu Xiaobo, as¨ª como otros prisioneros pol¨ªticos, no creemos que la t¨¢ctica del senador Cruz de cambiarle el nombre a una calle en Washington sea una manera efectiva de lograr ninguno de estos objetivos. De hecho, este tipo de trucos legislativos complican nuestros esfuerzos¡±.
Pese a sus protestas de ahora, China ha recurrido tambi¨¦n en el pasado a este tipo de maniobras. Durante la Revoluci¨®n Cultural, la v¨ªa donde se encontraba la Embajada de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, con la que Pek¨ªn manten¨ªa entonces p¨¦simas relaciones, pas¨® a llamarse calle Antirrevisionista. Seg¨²n recuerda Ji Fengyuan en su libro Linguistic Engineering: Language and Politics in Mao?s China, otra avenida donde se encontraban numerosas legaciones occidentales se renombr¨® como ¡°del Antiimperialismo¡±.
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