EE UU y Cuba buscan v¨ªas para impulsar el comercio pese al embargo
El ministro cubano de Comercio Exterior inicia una visita oficial en Washington
En la primera cita en Washington del ministro cubano de Comercio Exterior e Inversi¨®n Extranjera, Rodrigo Malmierca, la que realiz¨® el martes a la C¨¢mara de Comercio de Estados Unidos, la imagen tuvo tanto o m¨¢s valor que las palabras. Porque m¨¢s all¨¢ de lo que discutira a puerta cerrada con los l¨ªderes empresariales del pa¨ªs, lo realmente in¨¦dito era la presencia misma de un ministro cubano en el sal¨®n de honor del coraz¨®n empresarial estadounidense, haciendo una presentaci¨®n sobre la econom¨ªa cubana y las oportunidades de negocio que presenta la isla. Una imagen, como recordaron tanto los anfitriones como el invitado, que hubiera sido inimaginable hace poco m¨¢s de un a?o.
Sin embargo, desde el anuncio de normalizaci¨®n de relaciones realizado el 17 de diciembre de 2014, los empresarios estadounidenses y el Gobierno cubano comparten una misi¨®n, y una visi¨®n: que el hecho de que una empresa norteamericana empiece a producir en Cuba sea algo tan habitual que deje de ser noticia, tal como sucedi¨® con el anuncio, el lunes, de que una peque?a f¨¢brica de tractores de Alabama se convertir¨¢ en la primera empresa estadounidense en m¨¢s de medio siglo que construya una planta de ensamblaje en la isla.
Para ello sin embargo todav¨ªa queda "mucho camino por recorrer", como reconoci¨® el martes Carlos Guti¨¦rrez, flamante presidente del Consejo Empresarial Estados Unidos-Cuba, un organismo creado en septiembre del a?o pasado por la C¨¢mara de Comercio estadounidense para impulsar "una relaci¨®n comercial fuerte y estrat¨¦gica" entre los dos pa¨ªses. Guti¨¦rrez, un republicano de origen cubano que como secretario de Comercio del Gobierno de George W. Bush fue en su momento un firme defensor del embargo, se ha convertido en estos ¨²ltimos meses en una de las puntas de lanza de los esfuerzos pol¨ªticos y empresariales para acabar con las sanciones comerciales a Cuba y abrir la isla a los negocios y turistas estadounidenses.
"Tenemos una oportunidad hist¨®rica para construir una relaci¨®n econ¨®mica entre EE UU y Cuba que podr¨¢ tender puentes" en otros aspectos de la relaci¨®n bilateral, subray¨® Guti¨¦rrez. Pero para ello hay que mantener los esfuerzos, advirti¨®. Pese a todos los cambios realizados desde el 17 de diciembre de 2014, "todav¨ªa queda mucho trabajo por hacer, y se requiere esfuerzos sostenidos para asegurarnos de que esta oportunidad hist¨®rica es aprovechada y no despilfarrada", insisti¨®.
Y ah¨ª hay otro punto crucial de coincidencia entre los empresarios estadounidenses y La Habana: "La normalizaci¨®n es imposible mientras las sanciones sigan en pie", dijo Guti¨¦rrez, una afirmaci¨®n que podr¨ªa haber procedido -y lo ha hecho- de cualquier alto funcionario cubano.
Pero los esfuerzos no deben ir en una sola direcci¨®n. Si bien el levantamiento del embargo estadounidense es clave, numerosos empresarios estadounidenses llevan tiempo alertando a Cuba de que tambi¨¦n necesitan m¨¢s claridad sobre sus leyes para sentirse seguros realizando los negocios que tanto ans¨ªan las dos partes.
"Queremos hacer negocios con ustedes y creemos que hay oportunidades reales de lograr resultados concretos en los pr¨®ximos meses", les asegur¨® Malmierca, quien aprovech¨® su presentaci¨®n para "invitar" al centenar largo de empresarios que lo escucharon a "trabajar duro para levantar el embargo".
"Nosotros estamos dispuestos a recibir a todas las empresas estadounidenses para hacer negocios, no hay problema", asever¨® Malmierca. "Vamos a tratar a las compa?¨ªas estadounidenses de la misma manera que tratamos a las de otros pa¨ªses. No vamos a discriminarlas ni a hacer el proceso m¨¢s complicado, en Cuba necesitamos la inversi¨®n extranjera. Pero el mayor problema es el bloqueo", insisti¨® en rueda de prensa posterior.
Una postura que respald¨® la vicepresidenta de la C¨¢mara de Comercio para las Am¨¦ricas, Jodi Bond. "Las empresas europeas y otras est¨¢n firmando acuerdos con Cuba. Pero nosotros ni siquiera sabemos si nos van a dar una licencia para ir all¨¢ a negociar. Las sanciones (embargo) est¨¢n reteniendo nuestra capacidad de hacer negocios", lament¨®.
A pesar del embargo a¨²n vigente, el comercio es una de las ¨¢reas donde m¨¢s puede avanzar la normalizaci¨®n de relaciones. Por un lado, porque existe inter¨¦s de las dos partes en impulsar un comercio bilateral con el que, por situaci¨®n geogr¨¢fica, ambos pa¨ªses consideran su socio "natural". Y tambi¨¦n porque en el ¨¢rea econ¨®mica el Gobierno de Obama puede seguir flexibilizando las condiciones para que, aunque el embargo siga ampliamente vigente, se aliente el comercio bilateral. Pese a que sigue vigente la preocupaci¨®n (o una de ellas) de que en menos de un a?o el pr¨®ximo presidente de EE UU pueda anular las ¨®rdenes ejecutivas de Obama que permitieron el mayor intercambio comercial y pol¨ªtico con La Habana, se considera extremadamente dif¨ªcil que el pr¨®ximo inquilino de la Casa Blanca vaya a revertir medidas que benefician a empresarios norteamericanos.
La pregunta sobre el inter¨¦s que pueda tener una isla de 11 millones de habitantes para un gigante comercial como EE UU se plantea de forma reiterada. La respuesta estriba sobre todo en el campo agr¨ªcola y en el potencial tur¨ªstico de una isla que desde que Obama y Ra¨²l Castro anunciaron la normalizaci¨®n de relaciones, en diciembre de 2014, ha visto c¨®mo se disparaban las cifras de empresarios y de visitantes estadounidenses, aunque el turismo est¨¦ a¨²n formalmente prohibido para los ciudadanos de EE UU.
De hecho, al mismo tiempo que Malmierca hablaba en Washington, el secretario estadounidense de Transporte, Anthony Foxx, firmaba en La Habana un memorando de entendimiento que abre la puerta a que, a partir de oto?o, las aerol¨ªneas comerciales estadounidenses puedan ofrecer vuelos regulares a la isla. Se espera que haya solicitudes para hasta 110 vuelos diarios.
La C¨¢mara de Comercio estadounidense emiti¨® en junio un informe para la Comisi¨®n de Comercio Internacional de EE UU sobre el potencial de negocios en Cuba si se aliviaran las restricciones para la exportaci¨®n de productos agr¨ªcolas y se levantara la prohibici¨®n de viajes a la isla. De acuerdo con este estudio, el impacto econ¨®mico total ser¨ªa de 1.100 millones de d¨®lares, adem¨¢s de la creaci¨®n de 6.000 nuevos puestos de trabajo en EE UU en diversos sectores.
La visita de Malmierca devuelve la realizada el pasado octubre por la secretaria estadounidense de Comercio, Penny Pritzker, con quien el ministro cubano se reunir¨¢ este mi¨¦rcoles en Washington para abrir la segunda ronda de negociaciones sobre las regulaciones bilaterales.
"Tenemos que encontrar maneras de lograr que tengan lugar negocios concretos. Tenemos muchas posibilidades, pero tenemos que demostrar que las cosas est¨¢n pasando", adelant¨® Malmierca.
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