Un mensaje a nuestros clientes
El consejero delegado de Apple, Tim Cook publica una carta abierta a los consumidores de la firma explicando sus medidas de protecci¨®n
Un mensaje a nuestros clientes:
El Gobierno de EE UU ha exigido a Apple que tome una medida sin precedentes que amenaza la seguridad de nuestros clientes. Nos oponemos a esta orden, que tiene consecuencias que van mucho m¨¢s all¨¢ del proceso judicial que nos ocupa.
Este momento requiere un debate p¨²blico, y queremos que nuestros clientes y que la gente de todo el pa¨ªs entienda lo que est¨¢ en juego.
La necesidad de la codificaci¨®n
Los smartphones, con el iPhone a la cabeza, se han convertido en un elemento fundamental de nuestras vidas. La gente los usa para almacenar una incre¨ªble cantidad de informaci¨®n personal, desde conversaciones privadas hasta fotos, m¨²sica, notas, calendarios y contactos, informaci¨®n financiera y datos sanitarios, e incluso d¨®nde ha estado y a d¨®nde va a ir.
Toda esta informaci¨®n tiene que protegerse de los piratas inform¨¢ticos y de los delincuentes que quieren acceder a ella, robarla y usarla sin nuestro conocimiento o permiso. Los clientes esperan que Apple y otras empresas tecnol¨®gicas hagan todo lo que est¨¦ en su mano para proteger su informaci¨®n personal, y en Apple estamos profundamente comprometidos en salvaguardar sus datos.
No podemos encontrar ning¨²n precedente en el que se obligue a una empresa estadounidense a exponer a sus clientes a un mayor riesgo de ataque. Durante a?os, los expertos en codificaci¨®n y los expertos en seguridad nacional han prevenido de los peligros de debilitar la codificaci¨®n.
El hecho de poner en peligro la seguridad de nuestra informaci¨®n personal puede acabar poniendo en peligro nuestra seguridad personal. Es la raz¨®n por la cual la codificaci¨®n se ha vuelto tan importante para todos nosotros.
Durante muchos a?os, hemos usado la codificaci¨®n para proteger los datos personales de nuestros clientes porque creemos que es la ¨²nica manera de mantener segura su informaci¨®n. Incluso hemos puesto esos datos fuera de nuestro alcance, porque creemos que el contenido de su iPhone no es asunto nuestro.
El caso de San Bernardino
El mortal atentado terrorista en San Bernardino el pasado mes de diciembre nos conmocion¨® y nos indign¨®. Lamentamos la p¨¦rdida de vidas y queremos justicia para todos aquellos cuyas vidas se vieron afectadas. El FBI nos pidi¨® ayuda en los d¨ªas posteriores al ataque, y hemos trabajado mucho para apoyar los esfuerzos del Gobierno por solucionar este horrible crimen. No sentimos ninguna simpat¨ªa por los terroristas.
Cuando el FBI nos ha pedido los datos que tenemos, se los hemos facilitado. Apple acata las citaciones y las ¨®rdenes de registro v¨¢lidas, como las del caso de San Bernardino. Tambi¨¦n hemos puesto a los ingenieros de Apple a disposici¨®n del FBI para asesorarlo, y hemos ofrecido nuestras mejores ideas en una serie de opciones de investigaci¨®n.
El hecho de poner en peligro la seguridad de nuestra informaci¨®n personal puede acabar poniendo en peligro nuestra seguridad personal. Es la raz¨®n por la cual la codificaci¨®n se ha vuelto tan importante para todos nosotros.
Sentimos un gran respeto por los profesionales del FBI, y creemos que sus intenciones son buenas. Hasta este momento, hemos hecho todo lo que est¨¢ en nuestra mano y dentro de la ley para ayudarles. Pero ahora el Gobierno estadounidense nos ha pedido algo que simplemente no tenemos, y es algo cuya creaci¨®n creemos que es demasiado peligrosa. Nos han pedido que creemos una puerta trasera para el iPhone.
Concretamente, el FBI quiere que hagamos una nueva versi¨®n del sistema operativo del iPhone, salt¨¢ndonos algunos elementos de seguridad importantes, y que lo instalemos en un iPhone recuperado durante la investigaci¨®n. En las manos equivocadas, este programa ¨C que actualmente no existe ¨C podr¨ªa desbloquear cualquier iPhone que alguien posea f¨ªsicamente.
El FBI puede utilizar diferentes palabras para describir esta herramienta, pero no se lleven a enga?o: crear una versi¨®n del iOS que se salte la seguridad de esta manera crear¨ªa, sin lugar a dudas, una puerta trasera. Y aunque el Gobierno puede sostener que su uso se limitar¨ªa a este caso, no hay ninguna manera de garantizar dicho control.
La amenaza para la seguridad de los datos
Algunos sostendr¨¢n que crear una puerta trasera solo para un iPhone es una soluci¨®n sencilla y clara, pero ignoran los principios b¨¢sicos de la seguridad digital y el significado de lo que el Gobierno exige en este caso.
En el mundo digital actual, la ¡°llave¡± de un sistema codificado es una informaci¨®n que desbloquea los datos, y solo es segura hasta el punto en que lo son las protecciones que existen a su alrededor. Una vez que se conoce la informaci¨®n, o que se revela una manera de burlar el c¨®digo, cualquiera que tenga ese conocimiento puede descifrar la codificaci¨®n.
El Gobierno afirma que esta herramienta solo se podr¨ªa usar una vez, en un tel¨¦fono. Pero eso, sencillamente, no es verdad. Una vez que se cree la t¨¦cnica, podr¨ªa usarse una y otra vez, en cualquier aparato. En el mundo f¨ªsico, ser¨ªa el equivalente a una llave maestra, capaz de abrir centenares de millones de cerraduras, desde restaurantes y bancos hasta tiendas y casas. Eso no le parecer¨ªa aceptable a ninguna persona razonable.
El Gobierno le est¨¢ pidiendo a Apple que piratee a sus propios usuarios y socave d¨¦cadas de avances en seguridad que protegen a nuestros clientes ¨C entre ellos decenas de millones de ciudadanos estadounidenses ¨C de los piratas inform¨¢ticos y los ciberdelincuentes sofisticados. A los mismos ingenieros que dise?aron una codificaci¨®n segura en el iPhone para proteger a nuestros usuarios se les ordenar¨ªa, ir¨®nicamente, que debilitasen esa protecci¨®n y que desprotegiesen a nuestros usuarios.
El FBI puede utilizar diferentes palabras para describir esta herramienta, pero no se lleven a enga?o: crear una versi¨®n del iOS que se salte la seguridad de esta manera crear¨ªa, sin lugar a dudas, una puerta trasera.
No podemos encontrar ning¨²n precedente en el que se obligue a una empresa estadounidense a exponer a sus clientes a un mayor riesgo de ataque. Durante a?os, los expertos en codificaci¨®n y los expertos en seguridad nacional han prevenido de los peligros de debilitar la codificaci¨®n. El hacerlo perjudicar¨ªa a los ciudadanos bien intencionados y respetuosos con la ley que conf¨ªan en empresas como Apple para proteger sus datos. Los delincuentes y los malhechores seguir¨¢n codificando, usando herramientas que pueden conseguir f¨¢cilmente.
Un precedente peligroso
En vez de pedir medidas legislativas a trav¨¦s del Congreso, el FBI propone que se haga un uso sin precedentes de la ley llamada All Writs Act [que autoriza a emitir todos los mandatos judiciales necesarios] de 1789 para justificar un incremento de su autoridad.
El Gobierno nos obligar¨ªa a eliminar algunos elementos de seguridad y a a?adir nuevas funciones al sistema operativo que permitiesen introducir una contrase?a electr¨®nicamente. Eso har¨ªa que fuese m¨¢s f¨¢cil desbloquear un iPhone por la ¡°fuerza bruta¡±, probando miles de millones de combinaciones con la velocidad de un ordenador moderno.
Las consecuencias de las exigencias del Gobierno son aterradoras. Si el Gobierno puede usar esta ley para que sea m¨¢s f¨¢cil desbloquear su iPhone, tendr¨ªa la capacidad de entrar en el aparato de cualquiera para obtener sus datos.
Las consecuencias de las exigencias del Gobierno son aterradoras. Si el Gobierno puede usar esta ley para que sea m¨¢s f¨¢cil desbloquear su iPhone, tendr¨ªa la capacidad de entrar en el aparato de cualquiera para obtener sus datos. El Gobierno podr¨ªa aumentar esta vulneraci¨®n de la privacidad y exigir que Apple cree un programa de vigilancia para interceptar sus mensajes, acceder a sus historiales m¨¦dicos o a sus datos financieros, averiguar d¨®nde se encuentra, o incluso para acceder al micr¨®fono o a la c¨¢mara de su tel¨¦fono sin su conocimiento.
El rechazo de esta orden no es algo que nos tomemos a la ligera. Creemos que debemos decir lo que pensamos ante lo que consideramos que es una extralimitaci¨®n del Gobierno estadounidense.
Nos oponemos a las exigencias del FBI con el mayor respeto hacia la democracia estadounidense y por amor a nuestro pa¨ªs. Creemos que lo mejor para todo el mundo ser¨ªa dar marcha atr¨¢s y pensar en las consecuencias.
Aunque creemos que las intenciones del FBI son buenas, el Gobierno har¨ªa mal en obligarnos a crear una puerta trasera en nuestros productos. Y, en ¨²ltima instancia, tememos que esta exigencia ponga en peligro precisamente las libertades que se supone que nuestro Gobierno tiene que proteger.
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