La UE sella un nuevo pacto con Reino Unido tras un marat¨®n negociador
Los jefes de Estado y de Gobierno han llegado esta noche a un acuerdo "un¨¢nime" sobre las concesiones que los socios har¨¢n a Londres tras dos d¨ªas de intensas negociaciones
La excepcionalidad brit¨¢nica alcanz¨® ayer un nuevo hito. Reino Unido sell¨® anoche, tras un marat¨®n negociador de 40 horas, un acuerdo con la UE que consolida el ¡°estatus especial¡± de Londres en el club: ning¨²n otro pa¨ªs acumula tantas excepciones en Europa. Su primer ministro, David Cameron, har¨¢ finalmente campa?a a favor de quedarse en la Uni¨®n. A cambio, los socios le ofrecen concesiones simb¨®licas, y sobre todo dinamitan uno de los principios fundamentales de la Uni¨®n: Londres podr¨¢ discriminar a los trabajadores en funci¨®n de su pasaporte para tratar de limitar la inmigraci¨®n.
El excepcionalismo brit¨¢nico puso anoche a la UE ante la tesitura de ofrecer concesiones a Londres o lidiar con una potencial ¡ªy destructiva¡ª salida de Reino Unido del club europeo. Los l¨ªderes de los Veintiocho eligieron, como estaba previsto, hacer todo lo posible para evitar el Brexit: tras casi dos d¨ªas de tensa negociaci¨®n ¡ªcon sus buenas dosis de teatro para que cada cual pueda vender el pacto a su opini¨®n p¨²blica¡ª los Veintiocho acordaron el nuevo traje a medida de Londres para que el Gobierno de Cameron haga campa?a a favor del s¨ª en el refer¨¦ndum previsto para el 23 de junio. El pacto estaba atado y bien atado. Quedaban un pu?ado de detalles t¨¦cnicos y la inevitable escenificaci¨®n: en el acuerdo hay mucha hojarasca, pero tambi¨¦n un cambio crucial que puede modificar el contrato social europeo, con medidas con potencial para dinamitar el principio de igualdad de derechos de los ciudadanos independientemente de su nacionalidad. El Brexit era y es un riesgo mayor, y Europa decide sacrificar en ese altar uno de sus valores fundamentales. Cameron se lleva el gato al agua para tratar de frenar la entrada de inmigrantes que, supuestamente, ponen en peligro el Estado de bienestar brit¨¢nico: la UE le permite desde hoy discriminar a los trabajadores en funci¨®n de su pasaporte.
El pacto estaba sellado en lo que concierne a la econom¨ªa y la banca, en la activaci¨®n de un pseudoveto para la nueva legislaci¨®n que no guste en las islas, incluso en lo relativo a los elementos simb¨®licos para dejar claro que Londres no cree ¡ªnunca lo hizo¡ª en aquello de ¡°una uni¨®n cada vez m¨¢s estrecha¡±. Pero cost¨® sacar adelante la fumata blanca en lo esencial: los pa¨ªses con m¨¢s tradici¨®n migratoria, en particular los del Este, se resistieron hasta el final. Y lograron diluir las peticiones de Cameron: finalmente las limitaciones a las prestaciones sociales de los trabajadores inmigrantes tendr¨¢n un plazo m¨¢ximo de siete a?os, frente a los 13 que reclamaba Londres.
Cameron llevaba un lustro cargando contra la UE, poniendo palos en las ruedas a una mayor integraci¨®n, sembrando discordia contra los l¨ªderes europeos y las instituciones en un momento de crisis aguda. Pero pasada la medianoche, tras la firma del acuerdo, compareci¨® ante la prensa convertido en un eur¨®filo embravecido. Asegur¨® que har¨¢ campa?a a favor de Europa ¡°con el coraz¨®n, con el alma¡±. Y se lanz¨® monta?a abajo en un sorprendente discurso de europe¨ªsta converso: ¡°Somos m¨¢s fuertes, m¨¢s seguros y hemos conseguido unas reformas que hacen que merezca la pena seguir en Europa en un refer¨¦ndum que ser¨¢ un momento crucial para una generaci¨®n¡±.
La canciller Angela Merkel consider¨® el acuerdo ¡°un trato justo¡±, y pidi¨® a Cameron que haga todo lo posible por mantener intacta la UE, con sus 28 socios. El presidente del Consejo, Donald Tusk, cit¨® al inevitable Winston Churchill y explic¨® que en ¡°periodos excepcionales [crisis migratoria, econ¨®mica, conflictos geopol¨ªticos y dem¨¢s] se necesitan acuerdos excepcionales¡±. Solo el jefe de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, baj¨® a la arena de la realpolitik y admiti¨®, con la boca peque?a, que puede abrirse la puerta a la discriminaci¨®n de trabajadores en funci¨®n de su pasaporte, pero apunt¨® que esa posibilidad se minimiza porque el acuerdo ¡°reduce al m¨¢ximo, a solo siete a?os, las limitaciones¡±.
¡°No creo que el pacto llegue a permitir hablar de discriminaci¨®n¡±, dijo Juncker. Ese es el quid de la cuesti¨®n. Reino Unido ya era ¡ªde largo¡ª el pa¨ªs con m¨¢s excepciones y regal¨ªas. A pesar de sus deseos, la UE cierra la puerta a que Cameron pueda influir en el desarrollo de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria y la mayor integraci¨®n de la eurozona. Pero entre las concesiones hay caza mayor: los l¨ªmites a las prestaciones sociales de los trabajadores inmigrantes provocan grandes dudas entre muchas de las fuentes consultadas. ?Se consagra as¨ª la Europa de las dos velocidades? ¡°Europa no tiene dos, sino muchas velocidades: hay socios que no est¨¢n en el euro, o en Schengen, o en la uni¨®n bancaria. El pacto con Londres consolida su estatus especial, pero no cambia la naturaleza del proyecto¡±, defendi¨® una alta fuente europea.
Deal. Unanimous support for new settlement for #UKinEU
— Charles Michel (@eucopresident) February 19, 2016
I have negotiated a deal to give the UK special status in the EU. I will be recommending it to Cabinet tomorrow. Press conference shortly.
— David Cameron (@David_Cameron) February 19, 2016
Pizza en una larga jornada de #EUCO que se salda con acuerdo para la permanencia del Reino Unido en la #UE #Bremain pic.twitter.com/exkEpC5CkK
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) February 19, 2016
Londres pretend¨ªa modular las prestaciones de los trabajadores que lleven menos de cuatro a?os en suelo brit¨¢nico por un plazo de hasta 13 a?os. Ten¨ªa el respaldo de las instituciones europeas, y de una Merkel que sostiene que Europa es un mercado ¨²nico pero no una uni¨®n social y, por tanto, defiende que es posible limitar las prestaciones. Pero se encontr¨® con la f¨¦rrea oposici¨®n del Este, en un ¨²ltimo sprint negociador para aguar la propuesta al m¨¢ximo.
Francia y B¨¦lgica, por su parte, presionaron por los asuntos m¨¢s econ¨®micos y financieros. Italia hizo una viva defensa del federalismo a trav¨¦s del primer ministro, Matteo Renzi, el ¨²nico que apareci¨® ante la prensa explicando que m¨¢s all¨¢ de los detalles hay una idea de Europa que se desprende de la oferta al Reino Unido y que, en definitiva, puede suponer atrasar el reloj del proyecto europeo. Espa?a no apareci¨®: Mariano Rajoy mostr¨® una actitud de resignaci¨®n, m¨¢s preocupado por las incertidumbres de la pol¨ªtica interna que por un acuerdo que puede redefinir los contornos del proyecto europeo. Con Berl¨ªn y la Comisi¨®n a favor, ese principio de discriminaci¨®n de los trabajadores en funci¨®n del pasaporte es dif¨ªcil de detener ¡ªsalvo que el Parlamento Europeo y sobre todo el Tribunal de Justicia se opongan a esa medida¡ª, pero frente al silencio de Espa?a y a la aprobaci¨®n sin reservas de Alemania, al menos los socios del Este consiguieron reducir las concesiones, limitar el n¨²mero de a?os en los que Londres podr¨¢ aplicar esa medida y, en fin, aguar el acuerdo.
Cameron salva una bola de partido. Ahora debe apretar los dientes para sacar adelante el refer¨¦ndum. Y luego ya se ver¨¢: una vez el Reino Unido diga s¨ª, la Euroc¨¢mara legislar¨¢, y los tribunales decidir¨¢n si esas modificaciones son compatibles con los sacrosantos ¡ªal menos hasta ayer¡ª valores de la Uni¨®n. El acuerdo, por cierto, incluye una cl¨¢usula que destruye su contenido si los brit¨¢nicos dicen no a Europa. Pero nadie en Bruselas quiso precisar si en ese momento Reino Unido saldr¨ªa autom¨¢ticamente de la UE o si las instituciones acceder¨ªan a negociar un acuerdo con a¨²n m¨¢s concesiones para evitar el Brexit.
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