Jam¨¢s volveremos a ser extranjeros
La propuesta de Tusk y Cameron es una traici¨®n al aumento de libertades y derechos sociales
El cartero italiano Giovanni Maria Sotgiu consigui¨® en 1974 que la Bundespost ¡ªCorreos de la RFA¡ª le pagara el complemento por separaci¨®n familiar, pues lo abonaba a sus camaradas alemanes (caso 152/73).
La lectora de espa?ol Pilar Allu¨¦ logr¨® en 1989 su contrato indefinido en la Universidad de Venecia, porque sus colegas italianos lo ten¨ªan (caso 33/88).
El obrero alem¨¢n Klaus Biehl logr¨® en 1990 que Luxemburgo le devolviese las retenciones excesivas practicadas a su salario en el IRPF, pues se les retornan a todos los luxemburgueses (caso 175/88).
La trabajadora espa?ola Mar¨ªa Mart¨ªnez Sala gan¨® en 1998 al Estado Libre de Baviera la misma ¡°prestaci¨®n por crianza¡± para su hija que la que recib¨ªan sus compa?eras: porque se declar¨® ilegal que a ella le exigieran un documento acreditativo de residencia que no se les ped¨ªa a las madres alemanas (caso 85/96).
Y as¨ª hasta el infinito. Las sentencias del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea han amparado y expandido la libre circulaci¨®n de trabajadores y sus derechos sociales: ese envidiado modelo social europeo.
Es esencial: para el mercado interior, para el laboral, para la cohesi¨®n de un ¨¢rea econ¨®mica a¨²n muy dispar. Y es que unos 15 millones de europeos trabajan en un pa¨ªs comunitario que no es el suyo. Hasta hoy, la UE, como ¡°comunidad de derecho¡±, les ha protegido a fondo. Y cada d¨ªa m¨¢s. Hasta el punto de que los principios de no discriminaci¨®n por raz¨®n de nacionalidad; de rechazo a sus ¡°formas encubiertas¡± ¡ªpero que ¡°conducen al mismo resultado¡±, seg¨²n la sentencia Allu¨¦¡ª; de igualdad de trato..., act¨²an. Impiden, de iure, y de facto, que los europeos (de distintos or¨ªgenes nacionales) sean laboralmente extranjeros (en los otros Estados miembros).
Eso es producto del Tratado (TFUE, art¨ªculo 45): ¡°La libre circulaci¨®n supondr¨¢ la abolici¨®n de toda discriminaci¨®n por raz¨®n de la nacionalidad¡± en cuanto al empleo, salarios y otras condiciones. Y de la Carta de Derechos Fundamentales (art¨ªculo 21.2): ¡°Se proh¨ªbe toda discriminaci¨®n por raz¨®n de nacionalidad¡±. Y de los consiguientes reglamentos 883/2004 y 492/2011, varias veces actualizados.
Si leen con detalle el papel perpetrado por Donald Tusk y David Cameron comprobar¨¢n que es una traici¨®n a ese aumento acumulativo de libertades civiles y derechos sociales, y abre ventanas ¡ªaunque estrechas¡ª para desmocharlos. Para que volvamos a ser extranjeros en casa.
El proyecto es un bodrio jur¨ªdico. Reforma el Tratado (su protocolo sobre Parlamentos nacionales; la excepci¨®n al principio de ¡°una uni¨®n cada vez m¨¢s estrecha entre los pueblos de Europa¡±, art. 1) asegurando c¨ªnicamente que solo lo interpreta. Y sin tener competencia para ello: esa ¡°decisi¨®n¡± que ser¨ªa de los 28, pero ni siquiera del Consejo Europeo, est¨¢ en el limbo legal y no sustituye a una Conferencia Intergubernamental, ¨²nica v¨ªa para reformarlo.
Si los Gobiernos nos traicionan, a los ciudadanos nos queda el Parlamento. Y el Tribunal. No volveremos a ser extranjeros.
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