El muro innecesario de Trump

En las primarias Republicanas en EE UU, los candidatos pintan un pa¨ªs donde la inmigraci¨®n ilegal crece desbocadamente y donde nada ni nadie resguarda la frontera con M¨¦xico. Por eso el magnate Donald Trump quiere construir un muro de verdad y Ted Cruz promete triplicar el n¨²mero de funcionarios fronterizos. Hasta el ¡°moderado¡± Marco Rubio dice que s¨®lo discutir¨¢ la legalizaci¨®n de indocumentados ¡ªque ¨¦l mismo promov¨ªa hace tres a?os¡ª cuando se refuerce la seguridad en la frontera y se logre controlar la inmigraci¨®n ilegal.

Pero el mundo que describen los Republicanos no se parece al mundo real. Por un lado el n¨²mero de indocumentados en EE UU lleva ya varios a?os disminuyendo y como porcentaje del total de la poblaci¨®n est¨¢ en su punto m¨¢s bajo en tres lustros. Y por el otro la frontera con M¨¦xico nunca antes ha estado mejor vigilada y las leyes de inmigraci¨®n ¡ªsi el aumento de las deportaciones es un indicador¡ª est¨¢n siendo aplicadas con m¨¢s severidad que en el pasado.

?Por qu¨¦ los l¨ªderes Republicanos se niegan a ver esta realidad? Probablemente porque no les conviene verla. La erosi¨®n de la poblaci¨®n de indocumentados se debe fundamentalmente a M¨¦xico, la naci¨®n con m¨¢s inmigrantes en EE UU. Seg¨²n el Pew Research Center, un mill¨®n de inmigrantes mexicanos regresaron a su pa¨ªs entre 2009 y 2014, la mayor¨ªa por decisi¨®n propia. Durante ese per¨ªodo ¡ªy por primera vez en siete d¨¦cadas¡ª el n¨²mero de mexicanos que entr¨® a EE UU fue menor al que regres¨® a M¨¦xico.

Y los mexicanos no son los ¨²nicos que est¨¢n volviendo a su pa¨ªs, tambi¨¦n inmigrantes del Caribe, Sudam¨¦rica y Europa. Para Trump, Cruz y Rubio estos datos son inoportunos porque est¨¢n compitiendo por votantes Republicanos que ven la inmigraci¨®n, especialmente la hispana, como la fuente de sus desagravios. Mejor explotar la ansiedad y los prejuicios para ganar votos que ganar votos dici¨¦ndole a tus electores verdades inc¨®modas.

A los Republicanos tampoco les conviene admitir que EE UU ya cuenta con una formidable maquinaria de deportaciones que ha sido ampliada y mejorada durante dos d¨¦cadas. Quien no lo crea s¨®lo debe ver las cifras. En 1996 se expulsaron a 70 mil indocumentados. En sus primeros cinco a?os de gobierno, Barack Obama deport¨® a casi dos millones.

Desde la izquierda Obama ha recibido un aluvi¨®n de cr¨ªticas, muchas de ellas justificadas, porque ha explotado e incluso expandido esta maquinaria. Sin haber dejado a¨²n el poder ya ha expulsado a m¨¢s indocumentados que su predecesor. Pero tambi¨¦n, contra la voluntad de la mayor¨ªa Republicana en el Congreso, ha tratado de regularizar y proteger de la deportaci¨®n a millones de inmigrantes que viven en EE UU. Dentro del pa¨ªs, ha priorizado la expulsi¨®n de un grupo relativamente peque?o: los criminales y las personas que han entrado sin permiso recientemente. Pero en la frontera ha implementado una pol¨ªtica de ¡°tolerancia cero¡±. De hecho, la mayor¨ªa de los deportados son migrantes capturados ingresando ilegalmente al pa¨ªs.

Hasta cierto punto, Obama ha hecho lo que propone el senador Rubio: aplicar rigurosamente las leyes en la frontera para abrir espacio al debate sobre la legalizaci¨®n de los indocumentados. Y esta pol¨ªtica ha coincidido con un sorpresivo repliegue de la inmigraci¨®n ilegal: menos migrantes cruzando la frontera y m¨¢s retornando a su pa¨ªses. En teor¨ªa esta combinaci¨®n de factores deber¨ªa facilitar la aprobaci¨®n de una reforma migratoria. Salvo que los Republicanos act¨²an como si nada de esto estuviese ocurriendo.

La ola de inmigraci¨®n mexicana de las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas ha sido una bendici¨®n demogr¨¢fica para EE UU. En China, Jap¨®n y muchos pa¨ªses europeos la poblaci¨®n est¨¢ envejeciendo r¨¢pidamente. Una porci¨®n cada vez m¨¢s grande ya no est¨¢ en edad de trabajar y producir, y requiere m¨¢s atenci¨®n m¨¦dica y apoyo gubernamental. La Comisi¨®n Europea considera este envejecimiento uno de los desaf¨ªos econ¨®micos y sociales m¨¢s serios de la regi¨®n.

Al lado de Europa, EE UU luce bien. ?Por qu¨¦? En parte porque tiene una tasa de fertilidad m¨¢s saludable, pero tambi¨¦n porque los inmigrantes hispanos, que tienen una edad promedio menor a la de la poblaci¨®n blanca, han rejuvenecido al pa¨ªs. EE UU tiene m¨¢s trabajadores productivos gracias a la inmigraci¨®n. Durante las pr¨®ximas d¨¦cadas los inmigrantes y sus descendientes ser¨¢n responsables de casi todo el crecimiento de la fuerza laboral.

Ir¨®nicamente, el creciente espacio que ocupan los hispanos y otras minor¨ªas ha provocado una gran ansiedad entre grupos antes dominantes que ahora se sienten desplazados. Y precisamente en esta poblaci¨®n el mensaje nost¨¢lgico de Trump, que promete un regreso al pasado ¡°grandioso¡± de la naci¨®n, resuena con mayor contundencia. La popularidad del magnate es en cierto sentido el grito agonizante de un sector que se?reh¨²sa?a aceptar cambios inevitables.

* Alejandro Tarre es escritor y periodista. Twitter: @alejandrotarre