40 d¨ªas y 40 noches (Teusaquillo, Bogot¨¢)

Qu¨¦ es la violencia: rezar 40 d¨ªas frente a una cl¨ªnica de la fundaci¨®n Ori¨¦ntame, en el bogotan¨ªsimo barrio Teusaquillo, para enrarecerles la pesadilla a las personas que han tomado la decisi¨®n de abortar. Cae redondo en la violencia ¨Cse derrota como hombre as¨ª sea en nombre de Dios¨C aquel que se permite regodearse en el dolor ajeno, predecir el infierno del pr¨®jimo con sevicia: no hay vileza en esos voluntarios de la campa?a ¡°40 d¨ªas por la vida¡± que desde el mi¨¦rcoles de ceniza han estado pidiendo por el alma de las mujeres que ejercen el derecho a interrumpir su embarazo, ¡°santo Dios, santo fuerte, santo inmortal: ten misericordia de nosotros¡­¡±, pero salvar a quienes no buscan ni requieren ser salvados no es s¨®lo la definici¨®n de fanatismo, sino la ¨²ltima se?al de ese peligroso amor por el pr¨®jimo ¨Cese amor en abstracto¨C que tiende a servir de excusa para cometer lo contrario.

¡°40 d¨ªas por la vida¡± fue concebida en 2004 por un par de hombres muy hombres del ¨¢rea metropolitana de Bryan-College Station, Texas, cuando preguntaban a Dios ¨Cojo: genuinamente desesperados¨C qu¨¦ hacer para detener la que ellos llaman ¡°la principal causa de muerte en el mundo¡±: doce a?os despu¨¦s, seg¨²n repiten, han logrado que en cientos de ciudades del planeta se replique esa cruzada pac¨ªfica de ayuno y de oraci¨®n que sucede durante ¡°los 40 d¨ªas que suele usar Dios¡±. De nada valdr¨¢ contarles a esos l¨ªderes texanos que en Colombia el aborto es legal cuando el embarazo es causado por una violaci¨®n, cuando es inviable o es peligroso para la salud f¨ªsica o mental de la mujer. De nada servir¨¢ confesarles que en este pa¨ªs de inequidades 19 de cada 100 ni?as viven su primera gestaci¨®n en el colegio. O recordarles que abortar no es un deseo sino una necesidad.

Dir¨¢n que su misi¨®n es ¡°detener el aborto¡± como si el aborto fuera un plan del crimen organizado. Y lo repetir¨¢n imbuidos de un fundamentalismo s¨®lo comparable al de esos liberales pedantes que repudian a quien cree en Dios.

Ser¨¢ mejor contarles que en esta segunda edici¨®n colombiana de sus ¡°40 d¨ªas por la vida¡± las plegarias contra el aborto no s¨®lo se han dado en Bogot¨¢, sino tambi¨¦n en varias ciudades determinantes: ¡°perdona, Se?or, los pecados que han matado la vida en el mismo vientre¡­¡±; que ninguno de los voluntarios que se han reunido desde ese mi¨¦rcoles a rezar en la vieja iglesia de Santa Ana, en Teusaquillo, ha ca¨ªdo a¨²n en las arengas delirantes e intimidatorias que se dieron en la campa?a de noviembre; que en 2016 los medios de comunicaci¨®n conservadores, empezando por el canal RCN, han vuelto a dar la noticia como una buena noticia, pero al menos ning¨²n polic¨ªa ha repetido la afrenta de hacerle barra a una causa que desprecia una sentencia del mism¨ªsimo Estado que ha jurado defender: esta vez, en fin, ha sido menos violento.

Tengo un amigo con el que no puedo ni podr¨¦ hablar de esta columna: en el caso del aborto considero humano lo que ¨¦l llama inhumano, y ya una vez comet¨ª el error de responderle ¡°abortar no es matar a nadie¡±. Querr¨ªa que aceptara lo irresponsables que son los recientes ataques a la Ministra de Educaci¨®n colombiana por respaldar la educaci¨®n sexual desde los cinco a?os: en un pa¨ªs desigual hablarles de sexo a los ni?os es de vida o muerte. Querr¨ªa que nos pusi¨¦ramos de acuerdo en que, en un Estado laico que permite la interrupci¨®n del embarazo, no tenemos por qu¨¦ sumarnos a la oraci¨®n ¡°te pedimos perd¨®n, Se?or, por todos los abortos que aqu¨ª se han cometido¡­¡±.

Pero bastar¨¢ con que los dos sepamos que estos primeros doce d¨ªas ¡°por la vida¡± no han sido tan violentos, pero han sido violentos porque nadie aqu¨ª tiene por qu¨¦ ser rezado e intimidado si va a ejercer alg¨²n derecho.