El circo de Trump toma Las Vegas
El candidato re¨²ne la v¨ªspera del 'caucus' de Nevada al 10% de los republicanos registrados
Si el republicano Donald Trump act¨²a a las siete de la tarde hay que ir a las seis. O antes. La cola que serpentea este lunes por la noche por un casino de Las Vegas (Nevada) parece que ocupa entero un largo pasillo de unos 30 metros. Pero es un efecto ¨®ptico. Al final del pasillo se dobla, entra en un enorme espacio de convenciones, da toda la vuelta al recinto pegada a la pared, vuelve a salir por la misma puerta, recorre de nuevo el mismo pasillo hacia atr¨¢s y entra por otra puerta hacia otro enorme espacio de convenciones. Entonces se organiza en filas paralelas, como el control de un aeropuerto, por las que miles de personas caminan lentamente hacia los arcos de seguridad.
A¨²n falta una hora para el mitin de Trump en el recinto para rodeos del South Point Casino de Las Vegas, un hotel de la vieja escuela decorado con motivos rancheros. Los tickets para los eventos del candidato republicano est¨¢n disponibles gratis en la web Eventbrite. Da la impresi¨®n de que podr¨ªa cobrar por ellos si quisiera, como un telepredicador. Hoy est¨¢ aqu¨ª para pedir el voto este martes en los caucus del Partido Republicano en Nevada, la cuarta prueba de las primarias y la primera en el Oeste. Lidera las encuestas con entre un 39% y un 45% del voto.
Entre una mayor¨ªa de blancos se pueden encontrar excepciones de todas las razas. Hay latinos, asi¨¢ticos y negros, familias con ni?os, abuelos, grupos de chavales que empiezan aqu¨ª la noche y al menos un imitador de Elvis. El teatro Colosseum del hotel Caesars Palace, donde act¨²an regularmente Celine Dion, Mariah Carey, Rod Stewart y Elton John, tiene 4.300 butacas. El show de Donald Trump gana de largo: llena los 4.600 asientos, m¨¢s varios cientos en la arena, del espacio para rodeos del South Point Casino. Si en todo el condado hay 50.000 republicanos registrados para votar el martes, aqu¨ª dentro est¨¢ f¨ªsicamente el 10%. Ning¨²n candidato republicano puede aspirar a algo as¨ª.
¡°La prensa de M¨¦xico dir¨¢ que somos 500 personas¡±, dice una se?ora en la fila de atr¨¢s, bien alto para que se den por aludidos los corresponsales de la Agencia Efe y EL PA?S, a los que ha o¨ªdo hablar en espa?ol. Dan Maloney, jubilado, explica que ¡°Obama est¨¢ convirtiendo Estados Unidos en lo mismo que Europa¡±, que los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea se han igualado por abajo. ¡°Nos est¨¢ igualando con M¨¦xico y Oriente Pr¨®ximo y esos pa¨ªses. Necesitamos a Trump para volver a ser grandes¡±. Maloney se?ala el tractor que sostiene una bandera de EE UU junto al escenario. ¡°Ese es un tractor John Deere. Hecho en Am¨¦rica. Trump ha puesto eso ah¨ª a prop¨®sito. Eso es lo que Trump representa para m¨ª¡±.
Empieza el show. El telonero esta tarde es el sheriff Joe Arpaio, ¡°el sheriff m¨¢s duro de Am¨¦rica contra la inmigraci¨®n ilegal¡±, dice el presentador entre v¨ªtores del p¨²blico. Arpaio, l¨ªder de la persecuci¨®n de sin papeles en Arizona, empieza a hablar de los viejos tiempos de Richard Nixon y el jefe de sus fontaneros de espionaje pol¨ªtico, Gordon Liddy. Esos s¨ª que sab¨ªan tratar con los mexicanos. ¡°Creedme, los mexicanos se quiebran cuando les dices que les vas a quitar la ayuda exterior¡±. Su intervenci¨®n no dura mucho ni levanta pasiones. Arpaio es hombre de pocas palabras.
A continuaci¨®n, m¨²sica. La gente espera al candidato mientras suenan Tiny Dancer, de Elton John, Time is on my side y You can¡¯t always get what you want, de The Rolling Stones. Del peque?o escenario en el centro del coso se extiende una pasarela hasta la puerta de toriles. Miles de tel¨¦fonos m¨®viles se dirigen hacia all¨ª. Entonces se apagan las luces y se proyecta un v¨ªdeo. Clips de noticias hablando de Trump. Fotos de su vida. Y un plano final en el que Ivanka Trump, hija del magnate, dice: ¡°Les presento a mi padre, Donald J. Trump¡±. El candidato hace su entrada por la pasarela, lentamente, saludando a un lado y a otro, envuelto por una fanfarria y un mar de flashes.
A Trump, como a las estrellas de rock, el p¨²blico le pide a gritos que toque sus grandes ¨¦xitos. No ha empezado pr¨¢cticamente a hablar y ya le han pedido desde la primera fila que diga lo del muro. ¡°Por supuesto que vamos a construir el muro, ?y qui¨¦n va a pagarloooo?¡±. ¡°?M¨¦xicooo!¡±, responde la plaza. Es su mayor hit. A continuaci¨®n dice: ¡°Ya no vamos a ser los m¨¢s tontos, amigos. Vamos a ser los m¨¢s listos¡±. Dice que es una audiencia r¨¦cord y pide que todos los presentes vayan a votar.
En los primeros minutos, un hombre blanco y mayor baja por una de las gradas con una pancarta que dice: ¡°Veteranos a Mr. Trump: acabe con el discurso de odio hacia los musulmanes¡±. Dura unos segundos antes de que un espectador le arranque la pancarta y le grite en la cara que se vaya. Pocos minutos despu¨¦s, Trump se est¨¢ metiendo con las farmac¨¦uticas que financian a otros candidatos cuando se para y dice: ¡°?Qu¨¦ es eso? ?Un peque?o manifestante? ?Sacadlo de aqu¨ª!¡±. Los guardias de seguridad escoltan a un joven fuera del recinto.
Despu¨¦s le toca a Hillary Clinton (¡°?c¨®mo se ha librado de lo de los emails?¡±) y a Ted Cruz (¡°Es m¨¢s mentiroso que nadie. Alza la Biblia en la mano y miente. Cruz es un enfermo, le pasa algo raro¡±). Promete una ¡°estupenda sanidad por mucho menos dinero que ahora¡±. Dice que los refugiados sirios no pueden entrar en EE UU (¡°No sabemos qui¨¦nes son. Mirad Alemania, es un desastre¡±). De Marco Rubio dice que es ¡°un buen tipo¡±.
A la media hora, otra protesta. Esta vez son dos j¨®venes. ¡°Ya no nos dejan devolver los golpes como en los viejos tiempos¡±, dice Trump, mientras la seguridad los saca del recinto. ¡°?Sab¨¦is lo que les pasaba a tipos como esos en un sitio como este en los viejos tiempos? Los sacaban en camilla, amigos¡±. Grandes aplausos. ¡°Los guardias son muy delicados con ¨¦l. Me gustar¨ªa darle un pu?etazo¡±. Ovaci¨®n. Por ¨²ltimo le toca al Papa (¡°se cabre¨® conmigo en el d¨ªa de las elecciones¡±). ¡°Dijo que no pod¨ªa haber un muro en la frontera. Y yo dije, oye, el Vaticano tiene el muro m¨¢s grande que he visto. Lo quiero de modelo para mi muro¡±.
Esta candidatura ¡°es un movimiento¡±, le gusta decir a Trump ¨²ltimamente, despu¨¦s de que lo bautizara as¨ª la revista Time. ¡°El 16 de junio, cuando presentamos nuestra candidatura, qui¨¦n pensaba que esto pod¨ªa pasar. Cre¨ªamos que estar¨ªamos entre los primeros y que ganar¨ªamos por los pelos al final¡±. Trump evita decir la palabra caucus, porque es muy complicada: ¡°?Qu¨¦ diablos es un caucus?¡±. Hay 50.000 republicanos con derecho a participar en los caucus en el condado de Clark (Las Vegas). Solo aqu¨ª est¨¢ el 10%, riendo, disfrutando, insultando a manifestantes, sinti¨¦ndose importantes, haciendo a Am¨¦rica grande de nuevo.
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