Un monstruo con vida propia
Guant¨¢namo seguir¨¢ latiendo mientras vivan los presos detenidos a perpetuidad sin juicio
Guant¨¢namo tiene vida propia. Casi imposible cerrarlo, por mucho que se empe?e Obama. No quedar¨¢ cerrado ni siquiera el d¨ªa en que se eche el bald¨®n a la instalaci¨®n carcelaria en territorio cubano. No lo har¨¢ el actual presidente de los Estados Unidos, que lo llevaba en el programa presidencial con el que gan¨® las elecciones en 2008 y que firm¨® tras su toma de posesi¨®n una orden de cierre que deb¨ªa entrar en vigor en enero de 2010. Y ser¨¢ dif¨ªcil que lo haga su sucesor, incluso si fuera Bernie Sanders. No digamos ya si vencen Trump, Cruz o Marco Rubio, todos encantados con mantener abierto el penal.
Ahora hay 91 detenidos. Todos hombres y musulmanes. Algunos entre los 780 que han pasado por sus celdas entraron como ni?os; 689 han sido repatriados o transferidos a pa¨ªses terceros; y 24 han sido designados por las comisiones militares para su detenci¨®n indefinida sin cargos ni juicio civil, de forma que Guant¨¢namo vivir¨¢ mientras ellos vivan, aunque sea en c¨¢rceles especiales en territorio de EE UU en caso de que llegara a producirse la transferencia que Obama se propone.
Imaginado como la c¨¢rcel de ir¨¢s y no volver¨¢s por los juristas asesores de George W. Bush, deb¨ªa servir para detener indefinidamente a los talibanes y a los miembros de Al Qaeda sin ofrecerles las garant¨ªas de los tribunales de EE UU. Eran combatientes enemigos sin Estado a los que no se les aplicaban las convenciones de Ginebra para prisioneros de guerra. Tal invenci¨®n se acog¨ªa al car¨¢cter excepcional y extremadamente peligroso del nuevo terrorismo, que obligaba a dejar de lado el garantismo para construir un limbo jur¨ªdico donde no existiera protecci¨®n alguna.
Obama ha se?alado que Guant¨¢namo sirve para lo contrario de lo que se hab¨ªa imaginado y es ahora un peligro para la seguridad: sirve como bandera propagand¨ªstica para reclutar terroristas, dificulta las relaciones con los aliados de Washington, y tiene unos costes econ¨®micos desmesurados. Pero el actual Congreso, de mayor¨ªa republicana, no har¨¢ caso a su petici¨®n de clausura, como no se lo hizo en 2009 el Congreso de mayor¨ªa dem¨®crata. Nada m¨¢s impopular que llevar presos de Guant¨¢namo a territorio americano, donde tienen sus votantes los congresistas y senadores.
Hay argumentos republicanos para mantener Guant¨¢namo: tiene buen cartel la mano dura y sin l¨ªmites contra los terroristas, aun a costa del Estado de derecho. Pero los aut¨¦nticos motivos son electoralistas y valen para todos. Al final, el ¨²ltimo argumento es que de nada sirve echar una mano a un presidente d¨¦bil y sin mayor¨ªa en el Congreso en su ¨²ltimo a?o de mandato, el famoso pato cojo.
Guant¨¢namo es un cr¨¢ter radioactivo que abri¨® George W. Bush en 2002 tras el 11-S, cuando Estados Unidos invadi¨® Afganist¨¢n, y que no supo liquidar Barack Obama en los primeros compases de su mandato: por falta de concentraci¨®n ¡ªestaba entregado en cuerpo y alma a la reforma sanitaria¡ª y quiz¨¢s por su car¨¢cter dubitativo. Sus radiaciones permanecer¨¢n mientras est¨¦n vivos los presos all¨ª detenidos indefinidamente, casi todos ellos suficientemente j¨®venes como para amargar unas cuantas presidencias despu¨¦s de Obama.
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