Los Balcanes levantan un muro para cortar el flujo migratorio desde Grecia

A Mashud Yazidi, un iraqu¨ª de 29 a?os doctor en Literatura, le da igual el destino final de su viaje a Europa. A diferencia de otros refugiados, que repiten machaconamente el nombre de Alemania como un ensalmo, Yazidi lo ¨²nico que quiere es moverse, la direcci¨®n no cuenta. Lleva diez d¨ªas atrapado en el campamento de Idomeni, en la frontera griega con la Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas inglesas). Y, como muchos de los concentrados all¨ª ¡ª10.000 personas ayer, casi diez veces la capacidad del campo¡ª, tiene un n¨²mero de registro para pasar, en su caso el 877. As¨ª que, con suerte, y si el arbitrario ritmo de apertura de la frontera se mantiene (de 100 a 300 personas al d¨ªa, y no todos los d¨ªas, aleatoriamente), Yazidi, un sun¨ª amenazado que dej¨® en Bagdad a toda su familia, habr¨¢ pasado a FYROM este fin de semana. ¡°O no¡±, musita desesperanzado junto a una endeble tienda de campa?a por la que ¨¦l y su amigo Nuri han pagado 40 euros. Cuando llegaron a Idomeni ya no hab¨ªa literas en las carpas de Acnur (la agencia de la ONU para los refugiados).

El asfixiante cuello de botella en que desde hace una semana se ha convertido el paso fronterizo de Idomeni provoca r¨¦plicas en el resto de Grecia, ya que los extranjeros siguen llegando a las islas (unos mil al d¨ªa), pero no abandonando el pa¨ªs en parecida proporci¨®n como ven¨ªa sucediendo desde septiembre. De ah¨ª que, mientras el ministro de Exteriores griego, Nikos Kotzi¨¢s, considera que la crisis es ¡°manejable¡±, su compa?ero de gabinete Yanis Mouzalas, titular de Inmigraci¨®n, pidi¨® ayer a los ayuntamientos del pa¨ªs que habiliten lugares de acogida ¡°de larga estancia¡± para los migrantes, ya que ¡°las fronteras de FYROM no van a volver a abrirse pronto¡±.

Al atardecer, coincidiendo con un fulgurante atisbo de luz en un d¨ªa moh¨ªno, la frontera macedonia se abr¨ªa para dejar pasar, uno por uno, a medio centenar de refugiados (s¨®lo sirios e iraqu¨ªes, inscritos previamente por la polic¨ªa griega). Pero poco antes un peque?o grupo de palestinos de Siria, ahora doblemente refugiados, hab¨ªan sido devueltos como ¡°inmigrantes econ¨®micos¡±. Los afganos, que hasta el pasado d¨ªa 20 gozaban de estatus de refugiados, entran ahora en esa categor¨ªa, pese a que la mayor parte de ellos son hazaras, una minor¨ªa ¨¦tnica perseguida por los talibanes.

El n¨²mero de devoluciones de migrantes que no cumplen los requisitos de paso se ha incrementado en las ¨²ltimas semanas, desde que Austria y los pa¨ªses de la ruta de los Balcanes (FYROM, Serbia, Eslovenia y Croacia) acordaron limitar dr¨¢sticamente el flujo migratorio a un tope diario de 580 refugiados y ralentizar su llegada al centro de Europa. El bloqueo de Idomeni estall¨® violentamente el lunes, cuando un grupo de migrantes intent¨® cruzar por la fuerza, con una lluvia de gases lacrim¨®genos por parte de la polic¨ªa macedonia. En comparaci¨®n, la actuaci¨®n de la polic¨ªa griega es ejemplar: ni un empuj¨®n, ni un mal gesto pese a colas crispadas y tumultuosas.

El campamento de Idomeni, a cielo abierto, tiene una capacidad de entre 1.200 y 1.500 personas, as¨ª que la situaci¨®n en que se encuentra desde hace d¨ªas ¡°es peor que una pesadilla¡±, confiesa un jefe policial, que requiere el anonimato. ¡°Y lo peor est¨¢ por venir, porque a las islas siguen llegando, y lo har¨¢n m¨¢s en primavera, con mejor tiempo¡­ A la vez nos tememos que las fronteras permanezcan cerradas, qui¨¦n sabe si para siempre. No es que esto [Idomeni] sea un cuello de botella, es que es un tap¨®n que se enrosca cada d¨ªa m¨¢s¡±. Desbordado en varios kil¨®metros a la redonda, en los campos vecinos brotan a diario tiendas de pl¨¢stico mientras por los arcenes y las cunetas desfilan, d¨ªa y noche, los migrantes. Muchos de ellos hacen parte del camino a pie porque los autobuses que antes los transportaban desde Atenas o Sal¨®nica hace d¨ªas que no circulan para no agravar el colapso.

¡°Esto va cada d¨ªa peor y no tenemos ninguna informaci¨®n, que es lo que m¨¢s preocupa a los refugiados. Pueden pasar penalidades, o no comer, o estar muertos de cansancio, pero todos piden ansiosamente informaci¨®n, saber qu¨¦ va a ser de ellos¡±, explica la psic¨®loga Viki Lil¨ª, de la ONG griega Praksis, que se encarga de la distribuci¨®n de comida (24.000 bocadillos diarios, en tres turnos). ¡°Muchos pensamos aqu¨ª que tras la pr¨®xima cumbre europea [sobre los refugiados], acabar¨¢n cerrando definitivamente la frontera¡±, a?ade. M¨¢s pesimista, Kiriak¨ª Jionidu, coordinadora de Arsis, ONG local que se ocupa de los ni?os en el campo, se pregunta en voz alta ¡°de qu¨¦ habr¨¢n servido tantas horas de trabajo, tantos desvelos, gente trabajando las 24 horas del d¨ªa desde hace meses para intentar humanizar esta verg¨¹enza, la verg¨¹enza de Europa¡±.