Las activistas denuncian un aumento de los ataques en Latinom¨¦rica

La colombiana Ana Fabricia C¨®rdoba, activista por los derechos de las v¨ªctimas de la violencia, asesinada en 2011; la hondure?a Margarita Murillo, activista por las comunidades campesinas, muerta a tiros en 2013; la ambientalista y l¨ªder ind¨ªgena Berta C¨¢ceres, asesinada en Honduras esta semana. Las organizaciones de derechos humanos denuncian que las agresiones a las activistas americanas se est¨¢n incrementando. En El Salvador, Guatemala, Honduras, M¨¦xico y Nicaragua se produjeron, s¨®lo entre 2012 y 2014, 31 asesinatos y 39 intentos de acabar con la vida de mujeres que luchan por los derechos humanos, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de los Derechos Humanos.

La Iniciativa, que tiene un registro de casos en la regi¨®n, contabiliz¨® tambi¨¦n unas 1.700 agresiones diversas a estas mujeres: intimidaci¨®n y hostigamiento, amenazas, campa?as de desprestigio, violencia, detenci¨®n irregular... Las activistas que defienden la tierra y el territorio son quienes sufren m¨¢s agresiones, seg¨²n los datos de esta organizaci¨®n; despu¨¦s, las que trabajan contra la violencia de g¨¦nero. ¡°Sabemos que hay un subregistro. No todas las atacadas reportan las agresiones a las organizaciones que colaboran con nosotros. Tampoco contabilizamos los casos de pa¨ªses del sur¡±, dice la mexicana Ver¨®nica Vidal, coordinadora del registro que varias miembros de la Iniciativa han presentado en distintos pa¨ªses de Europa.

¡°Estas no son s¨®lo simples agresiones a alguien que trabaja por los derechos, tienen un claro car¨¢cter de g¨¦nero. Nos enfrentamos a una realidad en la que nosotras, adem¨¢s de correr los mismos riesgos que enfrentan los defensores varones, corremos riesgos espec¨ªficos, propios por ser mujeres¡±, dice Alda Facio, experta independiente de la ONU sobre discriminaci¨®n contra la mujer, que visit¨® Madrid para hablar sobre el aumento de las agresiones. ¡°Cuando nosotras defendemos los derechos humanos estamos desafiando a la vez las normas culturales, religiosas o sociales sobre de la feminidad y el papel pasivo que debemos desempe?ar en nuestras sociedades patriarcales. Y eso genera hostilidad¡±, a?ade.

El documento de la Iniciativa es una nota que repiten otros. Como los de Amnist¨ªa Internacional, que hablan no s¨®lo de un aumento de los ataques a las activistas sino tambi¨¦n de la represi¨®n por parte de las autoridades. ¡°Los principales agresores de las activistas pertenecen a autoridades locales o nacionales, incluso la polic¨ªa o el Ej¨¦rcito¡±, se?ala Ver¨®nica Vidal.

Amnist¨ªa denuncia, adem¨¢s, que las autoridades no amparan a las activistas. Como en el caso de Berta C¨¢ceres, de 45 a?os. El m¨¢ximo responsable de la ONU para derechos humanos, Zeid Ra¡¯ad Al Husein, consider¨® ¡°inquietante¡± que a pesar de que la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos hab¨ªa pedido al Gobierno de Honduras que la protegiera, la activista haya sido asesinada.

La muerte de C¨¢ceres, una activista muy conocida por su victoria sobre el Banco Mundial y la estatal china Sinohydro para proteger el r¨ªo Gualcarque, ha vuelto a sacar a la luz la situaci¨®n de las mujeres que luchan por los derechos humanos en una de las regiones con m¨¢s desigualdad de g¨¦nero.