Despedirse del periodismo, y perder a Turqu¨ªa
En una columna censurada por los interventores del diario 'Today's Zaman', el periodista Baydar critica el acoso a la prensa en su pa¨ªs
Tras los ataques del presidente contra el ¨®rgano superior de justicia turco, el Tribunal Constitucional, por su sentencia a favor de la libertad en el caso de D¨¹ndar y G¨¹l, y la desconexi¨®n de dos canales de la oposici¨®n del sat¨¦lite T¨¹rksat, la expropiaci¨®n dram¨¢tica de Zaman y de este peri¨®dico, Today¡¯s Zaman, ambos muy influyentes a su manera, pone uno de los ¨²ltimos clavos en el ata¨²d del periodismo turco.
Cualquier intento de empa?ar el debate o desviar la atenci¨®n, con un ¡°nada de esto tiene que ver con el periodismo¡±, es un puro sinsentido, al servicio de los intereses del Gobierno.
Tampoco cabe la menor duda de que, en la gran mara?a de medidas represivas contra los medios en Turqu¨ªa, no hay esencialmente ninguna diferencia entre, pongamos, los peri¨®dicos Cumhuriyet y Zaman, o entre la kurda IMC TV y la derechista y nacionalista Beng¨¹ TV.
¡°La cruzada del presidente Erdogan no se ci?e a un grupo o ideolog¨ªa espec¨ªficos. Quien ose criticarlo es un objetivo en potencia. Tras la ca¨ªda del principal peri¨®dico cr¨ªtico, Zaman, resulta a¨²n m¨¢s dif¨ªcil hablar de libertad de prensa en Turqu¨ªa¡±, escrib¨ªa mi apreciado colega Sel?uk G¨¹lta?li, veterano corresponsal en Bruselas para el Today¡¯s Zaman.
Como en buena parte de los casos contra canales e individuos de medios turcos, diferentes y a menudo opuestos, tambi¨¦n en esta ocasi¨®n la base jur¨ªdica para la expropiaci¨®n resulta, cuando menos, ¡°poco convincente¡±.
Tal y como se?alaba el lunes el editorial de P24, Plataforma para el Periodismo Independiente: ¡°No es ning¨²n secreto que Zaman mostraba lealtad al movimiento asociado con el cl¨¦rigo exiliado Fethullah G¨¹len. El diario apoy¨® en su momento el auge del AKP, pero en los ¨²ltimos a?os ha sido uno de sus cr¨ªticos ac¨¦rrimos. El documento legal, que deja la empresa matriz de Zaman en manos de un administrador designado por el tribunal, se basa en la declaraci¨®n de un testigo an¨®nimo, que sostiene que la pol¨ªtica editorial estaba dictada por lo que denomina Organizaci¨®n del Terror de Fethullah (FET?, por sus siglas en turco), culpable a su vez de conspirar con el ilegalizado PKK. Baste se?alar que la existencia de la FET? es, en el mejor de los casos, un rumor, y en el peor, la invenci¨®n de los subdirectores de la prensa progubernamental; por no hablar ya de que el propio Zaman se mostr¨® en su d¨ªa m¨¢s duro con el PKK que el propio Gobierno¡±.
Tampoco parece haber dudas de que los medios de comunicaci¨®n internacionales m¨¢s serios y respetados ven detr¨¢s de estos movimientos un intento de silenciar completamente lo que queda de los medios cr¨ªticos turcos, independientemente de su inclinaci¨®n pol¨ªtica y su l¨ªnea editorial.
¡°Si el asunto de Zaman fuese el ¨²nico ejemplo de abuso contra los medios en Turqu¨ªa, podr¨ªa verse como parte de la turbia batalla entre el AKP y el Hizmet¡±, se?alaba The Guardian en su editorial (Hizmet es el nombre con que suele denominarse al movimiento de G¨¹len), ¡°pero ese no es, ni mucho menos, el caso. Rutinariamente se intimida, se amenaza con acciones legales y se detiene a periodistas de todo tipo. Los peri¨®dicos y los medios de radiodifusi¨®n se han visto sometidos a enormes presiones para expulsar a los columnistas que no son del gusto del Gobierno, y algunos han sido comprados por empresarios cercanos a sus intereses¡±.
¡°El redactor jefe del peri¨®dico de la oposici¨®n Cumhuriyet y el jefe de la corresponsal¨ªa de Ankara fueron acusados de espionaje despu¨¦s de que el diario publicase un art¨ªculo en el que se insinuaba que el Gobierno conspiraba para suministrar armas a los rebeldes extremistas sirios. Cuando el Tribunal Constitucional turco orden¨® su libertad provisional, Erdogan, haciendo gala de su desconsideraci¨®n hacia el sistema legal, anunci¨®: ¡®No acato la decisi¨®n ni la respeto¡±.
¡°La personalidad de Erdogan no est¨¢ preparada para afrontar ning¨²n tipo de adversidad. El uso cada vez m¨¢s frecuente de una ley que convierte en delito insultar al presidente muestra que tiene la piel muy fina (¡). Ya est¨¦ tratando con los medios o los tribunales, o incluso con los ciudadanos, el mensaje de Erdogan parece el mismo: si haces que me enfade, habr¨¢ consecuencias. Eso no es pol¨ªtica madura y, desde luego, no es democr¨¢tico¡±.
No hay mucho m¨¢s que a?adir.
La expropiaci¨®n de Zaman y Today¡¯s Zaman, junto con los ataques anteriores contra la prensa desde todos los frentes posibles, han dejado al periodismo turco para el arrastre.
Una profesi¨®n clave se encuentra ahora en su lecho de muerte, llorada desesperadamente por sus valientes devotos.
Y el ¡°mundo civilizado¡± se limita a observar, mientras los sue?os de una democracia turca mueren con ella.
Traducci¨®n de News Clips.
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