El r¨ªo de Atoyac que se fue al inframundo
El colapso de un lecho calizo hace desaparecer en M¨¦xico un cauce en menos de 48 horas
Un r¨ªo ha desaparecido en M¨¦xico. El Atoyac, que nace en las monta?as de Veracruz, abandon¨® de improviso la superficie de la Tierra la semana pasada. En menos de 48 horas, el cauce que cruzaba seis municipios y desembocaba en el Golfo se esfum¨®. Los vecinos de las comunidades que lo bordean se quedaron boquiabiertos y consternados por los problemas de abastecimiento que se vislumbran. Y empezaron tambi¨¦n a circular rumores. Sobre todo uno: que a principios de la semana se escuch¨® una fuerte explosi¨®n en la zona. Sin embargo, los estudios apuntan a que el socav¨®n por el que se col¨® el r¨ªo, una enorme cavidad de 30 metros de largo por 20 de ancho, se produjo por un colapso de su lecho de naturaleza calc¨¢rea. No ser¨ªa la mano humana la que lo env¨ªo al inframundo, sino el tiempo, el desgaste producido por lento paso del tiempo, que de alguna manera ya ven¨ªa anunciado en la etimolog¨ªa prehisp¨¢nica del Atoyac: "Agua que se derrama".
"Es un fen¨®meno de disoluci¨®n qu¨ªmica natural. Son procesos de corrosi¨®n de terrenos k¨¢rsticos que por lo general duran miles de a?os, y en el caso del Atoyac el proceso lleg¨® a su punto de inflexi¨®n", explica Ricardo Barrag¨¢n, ge¨®logo de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico. "Son suelos donde prevalecen rocas calc¨¢reas que se van haciendo m¨¢s y m¨¢s porosas y al final no soportan el peso del techo". La particularidad de este episodio es que el punto de derrumbe fue el lecho de un r¨ªo y caus¨® la espectacular e inmediata desaparici¨®n de un cauce que hab¨ªa permanecido ah¨ª por siglos. Pero en M¨¦xico abundan ejemplos de colapsos k¨¢rsticos que moldean el paisaje e incluso le confieren cualidades ¨²nicas, como los cenotes de Yucat¨¢n, bellos dep¨®sitos profundos de agua manantial.
Esta vez, por contra, la naturaleza ha creado un problema. El desabastecimiento de unas 10.000 familias que viven al borde del Atoyac. "Es un entorno h¨²medo, pero en muchos lugares no cuentan con formas de acceso a agua saludable, fundamentalmente por falta de infraestructura", dice Beatriz Torres de la Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental. Los habitantes de las comarcas que atravesaba el Atoyac, zonas de cultivo de c¨ªtricos e ingenios de ca?a de azucar, pero lastradas por la pobreza, usaban sus aguas afluentes para el ganado, los cultivos e incluso para beber, pese a que el r¨ªo, seg¨²n Torres, iba contaminado. El alcalde de Atoyac, uno de los municipios afectados, dijo despu¨¦s de que desapareciese el r¨ªo: "Tenemos que recuperarlo. Es el alma y la vida de este lugar".
El Gobierno de Veracruz busca soluciones. En primer lugar una provisional: se contempla la opci¨®n de hacer pozos en los lugares donde el la carest¨ªa se vuelva acuciante. Pero tambi¨¦n una definitiva que ser¨ªa desviar el cauce del r¨ªo antes de que llegue al socav¨®n y volver a encauzar m¨¢s adelante, lo que podr¨ªa requerir una intervenci¨®n de ingenier¨ªa similar a la de una presa. Porque el proceso en s¨ª, el desplome de ese tramo del cauce, asevera el profesor Barrag¨¢n, "ya es irreversible".
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