Un m¨¦dico recomend¨® ingresar en un psiqui¨¢trico al copiloto Lubitz

?C¨®mo es posible que un paciente con tendencias suicidas acabe al mando de un avi¨®n de pasajeros en pleno vuelo y que, adem¨¢s, se quede solo en la cabina encerrado bloqueando el acceso de otro piloto? Eso es lo que sucedi¨® a las 10:30 horas del 24 de marzo del a?o pasado cuando el copilo Andreas Lubitz puso en rumbo de colisi¨®n sobre los Alpes el Airbus A-320 de Germanwings que cubr¨ªa el trayecto Barcelona-Dusseldorf con 150 personas a bordo, medio centenar de ellos espa?oles. ?Qu¨¦ debe hacer la aviaci¨®n mundial ¡ªfabricantes, aerol¨ªneas, m¨¦dicos¡­¡ª para que algo similar no vuelva a ocurrir? En responder esas dos preguntas se ha centrado la comisi¨®n francesa de investigaci¨®n de accidentes a¨¦reos (BEA), que en su informe final sobre la citada cat¨¢strofe ha recomendado este domingo ex¨¢menes regulares para comprobar si los pilotos tienen o no problemas psicol¨®gicos o psiqui¨¢tricos.

El informe, difundido cuando est¨¢ a punto de cumplirse un a?o de la tragedia ocurrida en el paraje alpino de Prads-Haut-Bl¨¦one, se?ala textualmente que se debe hacer ¡°un an¨¢lisis regular sobre las incapacidades para volar, y en particular sobre problemas psicol¨®gicos y psiqui¨¢tricos¡±. El documento confirma que el Airbus de Germanwings, filial de la alemana Lufthansa, cay¨® por una acci¨®n deliberada de Lubitz, el copiloto de 27 a?os. Solo dos semanas antes de la cat¨¢strofe, "el 10 de marzo de 2015, un m¨¦dico diagnostic¨® una posible psicosis y recomend¨® tratamiento psiqui¨¢trico hospitalario" para el copiloto, se?ala el documento de los investigadores.

Lubitz sufr¨ªa desequilibrios psicol¨®gicos desde hac¨ªa a?os y hab¨ªa tenido ya al menos 41 consultas m¨¦dicas relacionadas con ese problema, siete en los dos meses previos al siniestro. Incluso antes de obtener su licencia de piloto hab¨ªa estado en tratamiento "por tendencias suicidas", como han se?alado los investigadores. Y en semanas previas a la cat¨¢strofe, busc¨® en Internet informaci¨®n sobre m¨¦todos de suicidio.

El copiloto sufr¨ªa un episodio depresivo severo desde diciembre de 2014, tres meses antes de la cat¨¢strofe

Las primeras alertas en el mundo de la aeron¨¢utica saltaron en su per¨ªodo de formaci¨®n como piloto. Entre noviembre de 2008 y agosto de 2009, tuvo que interrumpir su entrenamiento ¡°por razones m¨¦dicas¡±. En abril de 2009, no le revalidaron su certificado m¨¦dico correspondiente ¡°debido a una depresi¨®n y a que tomaba medicaci¨®n para tratarla¡±, como ya revel¨® la comisi¨®n francesa de investigaci¨®n en mayo pasado.

Ahora, el informe final de 120 p¨¢ginas precisa que, desde diciembre de 2014, Lubitz sufr¨ªa ¡°un episodio depresivo psic¨®tico¡± y que, pese a que fueron numerosas las ocasiones en las que los m¨¦dicos le trataron, nadie comunic¨® el preocupante estado del piloto ni a las autoridades aeron¨¢uticas ni a la compa?¨ªa. Los doctores que le atend¨ªan s¨ª le recomendaron que no volara en esas fechas.

"Un m¨¦dico privado remiti¨® al copiloto a un psicoterapeuta y psiquiatra un mes antes del accidente y le diagnostic¨® una posible psicosis dos meses antes del accidente. E?l psiquiatra que trataba al copiloto le prescribi¨® medicaci¨®n antidepresiva un mes antes del accidente, as¨ª como otros antidepresivos y somn¨ªferos ocho d¨ªas antes del accidente", dice textualmente el informe final.

Los investigadores, en efecto, han tenido pruebas de que Lubitz estaba tomando esos medicamentos a la vista de los an¨¢lisis realizados sobre sus restos. "Los an¨¢lisis toxicol¨®gicos del tejido humano del copiloto encontrado en el lugar del accidente los llevaron a cabo las autoridades judiciales francesas. Se detect¨® la presencia de citalopram y mirtazapina, dos antidepresivos, as¨ª como de zopiclona, un somn¨ªfero". "Si hubiera respetado el reglamento, ¨¦l mismo hubiera pedido ser relevado", destacan ahora los investigadores franceses.

Los m¨¦dicos se han escudado en todo momento en el secreto profesional, pero los investigadores sostienen que debe haber un equilibrio entre esa reserva y la seguridad colectiva. Ahora, los investigadores recomiendan romper ese secreto profesional en casos graves de desequilibrios psicol¨®gicos de los pilotos, si bien exigen ¡°reglas claras¡± para determinar el comportamiento de los m¨¦dicos en estos casos. "Hay que exigir reglas m¨¢s claras para determinar cu¨¢ndo se necesita romper el secreto m¨¦dico", afirman los investigadores.

Esas reglas no existen en Alemania, donde viv¨ªa el piloto, ni en casi ning¨²n pa¨ªs del mundo, por lo que los expertos piden nuevas normas para aclarar qu¨¦ hacer cuando chocan el secreto m¨¦dico profesional y la necesidad de proteger a los viajeros. Los expertos sostienen que ¡°hay que definir las condiciones de seguimiento de los pilotos con antecedentes de problemas psicol¨®gicos¡±. Los expertos franceses destacan que los propios p¨¬lotos son "reticentes" a la hora de admitir posibles problemas psiqui¨¢tricos por miedo a perder el empleo. Por eso, recomiendan tambi¨¦n programas y planes de ayuda y apoyo a los profesionales de la aviaci¨®n.

Pocas semanas despu¨¦s del siniestro, la Agencia Europea de Seguridad A¨¦rea (AESA) ya recomend¨® reforzar los controles ps¨ªquicos de los pilotos, formar mejor a los m¨¦dicos que los hacen y crear una base de datos internacional sobre el estado de los aviadores. Tambi¨¦n pidi¨® que, en cualquier circunstancia, hubiera siempre al menos dos personas dentro de las cabinas del avi¨®n. La mayor¨ªa de esas recomendaciones a¨²n no han sido adoptadas por muchas compa?¨ªas.

Con respecto al sistema de bloqueo de las puertas de la cabina, que propici¨® que Lubitz impidiera el acceso al comandante, los investigadores se?alan que hay que revisar todo el sistema. Varias compa?¨ªas ya exig¨ªan que nunca pudiera estar una sola persona en la cabina, una norma adoptada por otras muchas aerol¨ªneas tras el siniestro de los Alpes. El informe final apunta tres nuevas opciones a aplicar: uso de huellas digitales para desbloquear la puerta; retranquear la puerta de acceso de forma que incluya un lavabo; o obligar a quien salga a portar una llave con la que poder acceder despu¨¦s.