La sombra del apag¨®n de 1992 asusta a los colombianos
La campa?a del Gobierno para reducir el consumo de energ¨ªa ha logrado ahorrar un 4,90%
Hay que apagar las luces. Desde hace una semana los colombianos escuchan esa frase, que parece venir con una advertencia de forma impl¨ªcita. Si no se ahorra energ¨ªa, el pa¨ªs podr¨ªa estar cerca de caer en una crisis energ¨¦tica como la que vivi¨® en 1992, cuando la sequ¨ªa y los problemas de infraestructura del sector hidroel¨¦ctrico terminaron poniendo a los colombianos bajo la luz de las velas.
La campa?a para reducir el consumo de energ¨ªa ha logrado que se llegue a ahorrar hasta un 4,90%, seg¨²n c¨¢lculos del Gobierno, que insiste en decir que aunque la meta es el 5%, lo ideal ser¨ªa alcanzar el 10%. "?Necesitamos un esfuerzo adicional!", ha insistido el presidente, Juan Manuel Santos, quien hace 24 a?os, cuando se desempe?aba como ministro de Comercio, propuso que se adelantaran todos los relojes una hora para aprovechar la luz solar. Con esa idea naci¨® la llamada Hora Gaviria -por el apellido del presidente de la ¨¦poca, C¨¦sar Gaviria-, con la que se pretend¨ªa aprovechar la luz del d¨ªa ante los cortes de energ¨ªa de dos horas diarias.
El fen¨®meno de El Ni?o fue determinante en la crisis del 92. Los embalses estaban vac¨ªos y, seg¨²n los registros de prensa, se necesitaban al menos 1.800 aguaceros para evitar el apag¨®n. Pero no ocurri¨® y el pa¨ªs urbano que no estaba acostumbrado a la oscuridad se enfrent¨® a vivir entre velones y linternas.
El periodista colombiano V¨ªctor Diusab¨¢ recuerda esa ¨¦poca, de la que, al parecer, poco se aprendi¨®. "Fue un momento oscuro en todo sentido. El pa¨ªs viv¨ªa un periodo dif¨ªcil debido al narcoterrorismo, a las bombas, a los atentados. Varios candidatos presidenciales hab¨ªan sido asesinados en esa ¨¦poca. Como era de esperar, la imagen del presidente Gaviria cay¨®", explica el periodista. El pa¨ªs estrenaba la Constituci¨®n de 1991 (vigente hasta ahora) y se enfrentaba al desaf¨ªo de cambiar de h¨¢bitos de un momento a otro. "Nos volvimos m¨¢s madrugadores y las velas se convirtieron en productos de primera necesidad".
La hora Gaviria
Durante nueve meses, en Colombia se volvieron a encender fogones de petr¨®leo para cocinar cuando habitualmente se usaban estufas el¨¦ctricas, los despertadores sonaron m¨¢s temprano y no falt¨® el despistado que nunca cambi¨® la hora de su reloj y us¨® esa excusa para llegar tarde. "?Nos vemos en la hora Gaviria o en la hora de antes?", era una pregunta frecuente y una frase que en las ¨²ltimas semanas los colombianos han vuelto a recordar.
Tambi¨¦n se puso en evidencia la fragilidad del sistema energ¨¦tico, en el que casi el 80% de la generaci¨®n de energ¨ªa depend¨ªa de las hidroel¨¦ctricas. El panorama no parece muy diferente al de ahora. Los da?os en la central hidroel¨¦ctrica de Guatap¨¦ y de Zona Franca Celsia hicieron que en 15 d¨ªas el pa¨ªs perdiera el 11% de energ¨ªa. A Colombia no le ha quedado m¨¢s salida que importar energ¨ªa de Ecuador e insistir en la importancia del ahorro. La campa?a del Gobierno va desde advertir que quien no ahorre formar¨¢ parte de una lista p¨²blica, como manera de escarmiento, por falta de solidaridad, hasta prometer menos cobro de las facturas para quienes reduzcan el consumo.
El f¨²tbol tambi¨¦n est¨¢ sintiendo los efectos de los problemas energ¨¦ticos. La semana pasada, la principal categor¨ªa (Dimayor) anunci¨® que los partidos, que se juegan normalmente en las tardes y noches, se pasar¨¢n a las ma?anas. Dimayor asegur¨® que el cambio en los horarios obedece al inter¨¦s de formar parte de la campa?a de la presidencia Ah¨®rrate el apag¨®n, que no deja de recordar lo que el pa¨ªs vivi¨® a?os atr¨¢s.
"Lo que queda claro es que somos un pa¨ªs en que la Administraci¨®n p¨²blica es poco preventiva y muy reactiva. Adem¨¢s, somos un pa¨ªs que nos resignamos f¨¢cil y nos re¨ªmos de nuestras desgracias. As¨ª pas¨® en 1992, cuando nos toc¨® volvernos m¨¢s madrugadores, cambiar nuestros h¨¢bitos y hasta aprender a sacarle chiste a vivir a oscuras", recuerda Diusab¨¢. En ese a?o naci¨® La Luci¨¦rnaga, uno de los programas de radio m¨¢s exitosos de Colombia, creado para acompa?ar a los oyentes en las horas en que no hab¨ªa luz, pero s¨ª radios con pilas en casi todas las casas. Aunque surgi¨® con la idea de ser emitido mientras se superaba la crisis, el programa perdura hasta hoy.
Su ¨¦xito se bas¨® en la capacidad de castigar con humor los problemas del Gobierno para afrontar los problemas energ¨¦ticos de la ¨¦poca. Caricaturizaron la impotencia de los estudiantes que en lugar de empezar sus jornadas acad¨¦micas a las seis, ten¨ªan que hacerlo a las cinco, cuando a¨²n no amanec¨ªa, o de las programadoras de televisi¨®n que sufrieron p¨¦rdidas millonarias porque en los horarios en que normalmente se sintonizaban las telenovelas no hab¨ªa luz.
Ahora, el pa¨ªs se asoma a un nuevo cap¨ªtulo que podr¨ªa demostrar que no se aprendi¨® la lecci¨®n. Y hay dos caras que advierten la crisis de forma diferente. La rural, donde m¨¢s de 1.500 localidades en el Choc¨®, Cauca y Nari?o nunca han tenido servicio de luz continuo, y la urbana, que no est¨¢ acostumbrada a vivir bajo la luz de una vela.
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