¡°Cuanto m¨¢s tardemos en hacer algo, mayores ser¨¢n los riesgos en Libia¡±
El presidente egipcio dice que est¨¢ dispuesto a participar en una ofensiva en el pa¨ªs vecino
"?La intervenci¨®n en Libia? Voy a hablar con franqueza, porque Italia es amiga de Egipto y a ambos nos interesa mucho la seguridad en el Mediterr¨¢neo. Lo primero que hay que preguntarse es qu¨¦ estrategia de salida hay".
En la sala en que el presidente Al Sisi recibe a La Repubblica, una pared entera est¨¢ cubierta por un tapiz flamenco. Representa una batalla del siglo XVI, una emboscada sangrienta, en la que unos jinetes matan a sus adversarios y el fuego de ca?¨®n barre los dos campos. Cuando habla sobre la situaci¨®n en Libia, da la impresi¨®n de que su experiencia como general prevalece sobre la de jefe de Estado. Aunque repite que Egipto est¨¢ dispuesto a contribuir a cualquier acci¨®n militar, tambi¨¦n se apresura a subrayar los riesgos de una misi¨®n encabezada por Italia, un pa¨ªs al otro lado del Mediterr¨¢neo.
"Hay cinco preguntas que debemos hacernos. Una: ?C¨®mo entramos en Libia y c¨®mo salimos? Dos: ?Qui¨¦n ser¨¢ responsable de restablecer las fuerzas armadas y el aparato de seguridad? Tres: En el transcurso de la misi¨®n, ?c¨®mo nos encargaremos de la seguridad y protegeremos a la poblaci¨®n? Cuatro: ?Podr¨¢ la intervenci¨®n satisfacer las necesidades de todas las comunidades y poblaciones de Libia? Cinco: ?Qui¨¦n se encargar¨¢ de reconstruir f¨ªsicamente el pa¨ªs? Porque, para tener ¨¦xito, cualquier intervenci¨®n externa debe ser capaz de hacerse con el control de todos los aspectos de la vida en el pa¨ªs. No quiero que parezca que exagero con estas preguntas, son los problemas con los que nos vamos a encontrar si llevamos a cabo una intervenci¨®n sobre el terreno. En cualquier caso, es muy importante que cualquier iniciativa italiana, europea o internacional se haga a petici¨®n de Libia y bajo el mandato de Naciones Unidas y la Liga ?rabe".
Pregunta. Sin embargo, el Gobierno de unidad formado gracias a la mediaci¨®n de Naciones Unidas no est¨¢ funcionando a¨²n, y el parlamento de Tobruk, que cuenta con el reconocimiento de la comunidad internacional, no ha votado todav¨ªa. ?Qu¨¦ est¨¢ haciendo Egipto?
Respuesta. Desde el primer momento, Egipto ha contribuido a la formaci¨®n de un Gobierno de unidad nacional y ha actuado en esa direcci¨®n en colaboraci¨®n con pa¨ªses amigos como Italia. Estamos exhortando al parlamento de Tobruk a que d¨¦ su aprobaci¨®n al Gobierno y estamos instando a todas las partes involucradas a que asuman sus responsabilidades.
P. ?Pero est¨¢n presionando al parlamento de Tobruk, que se considera especialmente pr¨®ximo a su pa¨ªs?
R. Estamos presionando a Tobruk y hemos hecho todo lo posible para conseguir que el parlamento apruebe en votaci¨®n el Gobierno de unidad nacional.
Los europeos ven Libia y act¨²an como si la ¨²nica amenaza fuera el Daesh
Ahora bien, seg¨²n el presidente de Egipto, se est¨¢ cometiendo un error fundamental.
"Los europeos ven Libia y act¨²an como si la ¨²nica amenaza fuera el Daesh [acr¨®nimo ¨¢rabe del Estado Isl¨¢mico]. No es as¨ª no es el ¨²nico peligro, y ser¨ªa un grave error centrar toda nuestra atenci¨®n en ellos. Debemos comprender que la amenaza es la ideolog¨ªa extremista que exige que sus seguidores maten a los que no forman parte del grupo y que existen siglas distintas con esa misma ideolog¨ªa. No hay que olvidarse de grupos afiliados a Al Qaeda como Ansar al Islam y el somal¨ª Shabab, para no hablar de Boko Haram en ?frica".
Y, aunque el presidente no los menciona, existen varias organizaciones yihadistas de este tipo en Libia, en muchos casos pr¨®ximas al gobierno de Tr¨ªpoli y rivales del ISIS.
Pero la intervenci¨®n de Occidente no es la ¨²nica opci¨®n sobre la mesa. El presidente Al Sisi sugiere una alternativa que Egipto defiende desde hace casi dos a?os, que es apoyar al Ej¨¦rcito Nacional Libio del general Haftar, el ej¨¦rcito vinculado al parlamento de Tobruk.
"Respaldar al ENL puede tener resultados positivos, y resultados que pueden lograrse antes de que asumamos la responsabilidad de intervenir".
P. Sin embargo, hasta ahora, las fuerzas del Ej¨¦rcito Nacional no han conseguido derrotar ni al ISIS ni a otros grupos yihadistas.
R. Si suministramos armas y ayuda al Ej¨¦rcito Nacional Libio, podr¨¢ llevar a cabo la tarea mucho mejor que nadie, mejor que cualquier intervenci¨®n exterior que corre el peligro de llevarnos a una situaci¨®n que podr¨ªa descontrolarse y tener consecuencias imprevisibles.
P. ?Por ejemplo? Al hablar de la posible intervenci¨®n internacional bajo el mando italiano, Al Sisi recuerda dos intervenciones anteriores que tuvieron p¨¦simos resultados.
R. Debemos tener presentes dos lecciones, las de Afganist¨¢n y Somalia. En los dos pa¨ªses hubo intervenciones extranjeras hace m¨¢s de 30 a?os, y ?cu¨¢nto se ha progresado desde entonces? Las consecuencias est¨¢n a la vista de todos: la historia no enga?a.
?Qu¨¦ suceder¨ªa si Europa tuviera que afrontar una oleada de refugiados dos o tres veces mayor que la actual?
P. El problema es el mismo, ya sea en el Irak post-Sadam o en la guerra civil de Siria.
R. Si se destruyen las instituciones, se requiere mucho tiempo y un esfuerzo considerable para reconstruirlas. De ah¨ª nuestro gran miedo a prop¨®sito de Libia: cuanto m¨¢s tardemos en hacer algo, mayores ser¨¢n los riesgos. Debemos actuar con rapidez y defender la estabilidad de todos los pa¨ªses que a¨²n no se han sumido en el caos, porque ser¨¢ necesaria una estrategia de conjunto que no solo se ocupe de Libia sino que tambi¨¦n aborde los problemas de la regi¨®n en general, que pueden acabar siendo tambi¨¦n amenazas para la seguridad de Europa. Pensemos en lo que ha ocurrido con los refugiados que huyen de Siria. ?Qu¨¦ suceder¨ªa si, por ejemplo, Europa tuviera que afrontar una oleada de refugiados dos o tres veces mayor que la actual? Por eso digo que no podemos ocuparnos solo sobre el problema militar en Libia.
P. Las autoridades italianas reconocen que Egipto desempe?a un papel muy importante en la lucha contra el tr¨¢fico de personas y la inmigraci¨®n ilegal a trav¨¦s del Mediterr¨¢neo.
R.?Empecemos por definir qu¨¦ es inmigraci¨®n ilegal. ?En qu¨¦ consiste? En un movimiento de personas que buscan una vida mejor. Esa es la definici¨®n correcta. Cuando hablamos de los esfuerzos para combatir el tr¨¢fico de seres humanos, no podemos evitar ni olvidar las ra¨ªces del fen¨®meno. Existen motivos pol¨ªticos ¡ªconflictos, violencia, terrorismo, falta de seguridad¡ª, pero tambi¨¦n causas sociales, como la pobreza, el desempleo y el hambre. Por eso la Uni¨®n Europea puede ser un elemento crucial, si trabaja para resolver las causas de la emigraci¨®n, ayuda a los pa¨ªses de origen y coopera en la reducci¨®n de conflictos y la eliminaci¨®n del terrorismo.
P. ?C¨®mo?
R.?Apoyando a los pa¨ªses en los que hay hambruna y desesperaci¨®n, para crear un entorno m¨¢s seguro y estable que convenza a los j¨®venes para que se queden, para que no emigren. Esos ser¨ªan, en sentido metaf¨®rico, los verdaderos muros que debemos construir.
Siempre digo que capacidad significa responsabilidad, significa que los medios a nuestra disposici¨®n nos dan la responsabilidad de ayudar a la gente y los pa¨ªses que est¨¢n sufriendo. Si no podemos dar respuestas serias a estos problemas, la inmigraci¨®n ilegal continuara durante muchos a?os, muchas poblaciones seguir¨¢n sufriendo y la crisis se trasladar¨¢ de los pa¨ªses de origen a las costas europeas.
Despu¨¦s, el presidente ofrece una ¨²ltima respuesta directamente en ingl¨¦s:
"Egipto acoge a cinco millones de refugiados, procedentes de Libia, Irak, Siria y ?frica, y no somos un pa¨ªs rico ni avanzado como Europa. No los tratamos como refugiados sino que compartimos con ellos lo que tenemos y los tratamos como hermanos. Conf¨ªo en que estas palabras no se entiendan como un incentivo para los inmigrantes. No son m¨¢s que un diagn¨®stico y un intento de encontrar soluciones para los que sufren y no olvidar nuestra humanidad. ?Cu¨¢ntas personas han perdido la vida durante el viaje en busca de un pa¨ªs mejor para vivir? Los que conocemos y los que no conocemos, los muertos an¨®nimos. Y no est¨¢n solo los peligros del mar, sino adem¨¢s los de atravesar el desierto, los campos de minas y los ataques de los terroristas".
Y concluye, subrayando sus palabras en ingl¨¦s: "No abandonen a los pobres y los d¨¦biles. No les den la espalda".
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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