Al Sadr desaf¨ªa la prohibici¨®n de realizar una sentada en Bagdad
Los seguidores del influyente cl¨¦rigo denuncian la corrupci¨®n ante a la Zona Verde de la capital iraqu¨ª
Miles de iraqu¨ªes han respondido este viernes al llamamiento del influyente cl¨¦rigo chi¨ª Muqtada al Sadr para manifestarse ante la Zona Verde de Bagdad contra la corrupci¨®n y por la reforma pol¨ªtica. Desafiando la prohibici¨®n del Gobierno, los sadristas han ignorado la presencia policial y se han acercado hasta los muros de ese barrio superprotegido que concentra ministerios, residencias de altos funcionarios y embajadas, donde han iniciado una acampada que intentan mantener hasta lograr su prop¨®sito.
¡°Irak s¨ª, s¨ª, s¨ª. Corrupci¨®n, no, no, no¡±, coreaban los manifestantes, la mayor¨ªa vestidos con camisas negras y ondeando la bandera iraqu¨ª.
Al Sadr, que la v¨ªspera calific¨® la Zona Verde de ¡°basti¨®n de corrupci¨®n¡±, anunci¨® la protesta la semana pasada para presionar al primer ministro, Haider al Abadi, a nombrar un Gobierno de tecn¨®cratas no afiliados con los partidos pol¨ªticos. En su opini¨®n, es la ¨²nica forma de acabar con el enchufismo que plaga el sistema pol¨ªtico iraqu¨ª y con la corrupci¨®n que genera. El propio Al Abadi parece compartir esa idea ya que la semana pasada pidi¨® a los grupos parlamentarios que designaran tecn¨®cratas, pero su margen de maniobra es limitado.
El influyente cl¨¦rigo amenaz¨® inicialmente con una moci¨®n de censura en el Parlamento, pero su bloque pol¨ªtico, Al Ahrar, solo cuenta con 34 de los 328 esca?os de la C¨¢mara. As¨ª que ha recurrido a la movilizaci¨®n de la calle, poniendo una vez m¨¢s en evidencia su popularidad entre los chi¨ªes m¨¢s desfavorecidos.
La nutrida respuesta de sus seguidores, llegados desde la periferia de Bagdad y sobre todo de su feudo en la barriada de Ciudad Sadr, ha influido sin duda en que los numerosos polic¨ªas y soldados movilizados para evitar la protesta optaran por retirarse y permitirles el paso. Ese gesto ha evitado incidentes destacables. El propio Al Sadr, que desoy¨® los llamamientos para que cancelara su convocatoria, ha agradecido a las fuerzas de seguridad ¡°su cooperaci¨®n y devoci¨®n a su pueblo¡±.
No obstante, al principio se han producido avalanchas sobre algunos puestos de control e incluso los manifestantes han cortado el alambre de espino con el que los agentes intentaban impedir su avance, seg¨²n se ve¨ªa en las im¨¢genes de Alsumaria TV. No hubo muchas ya que las grandes cadenas nacionales apenas han informado de la movilizaci¨®n. El Gobierno la hab¨ªa prohibido por el riesgo de que desatara la violencia, ya que Al Sadr controla la milicia Saraya al Salam (Brigadas de la Paz), que en una protesta anterior despleg¨® hombres armados.
¡°A por ellos, son todos ladrones¡±, gritaban los m¨¢s exaltados al acercarse al per¨ªmetro acotado por la polic¨ªa, informa Reuters.
Una vez alcanzado su objetivo, los sadristas, haciendo patente su disciplina, han procedido a realizar las plegarias de mediod¨ªa ante los muros que protegen a sus poderosos gobernantes. La llamada Zona Verde de Bagdad, un per¨ªmetro de alta seguridad de unos 10 kil¨®metros cuadrados donde se concentran las instituciones del Estado, fue establecida por las fuerzas estadounidenses para protegerse de los atentados de la insurgencia tras la invasi¨®n de 2003. El a?o pasado, Al Abadi orden¨® que se abriera a la poblaci¨®n, pero a¨²n se mantiene restringido el acceso debido a los frecuentes ataques del Estado Isl¨¢mico.
Antes de que concluyera el rezo ya hab¨ªan aparecido las primeras tiendas de campa?a en las que los manifestantes pretenden instalarse para dar continuidad a su protesta y que no se apague como ocurri¨® con las que llevaron a cabo el verano pasado. ?Hasta cu¨¢ndo? En principio, hasta que se cumpla el plazo de 45 d¨ªas que Al Sadr dio a Al Abadi el pasado 12 de febrero para remodelar el Gobierno, seg¨²n Ibrahim al Jabri, un destacado asistente del cl¨¦rigo. Otros, envalentonados, respond¨ªan que ¡°sin fecha¡± mientras se repart¨ªan colchonetas y mantas, y aparec¨ªan las grandes ollas que suelen utilizarse para las comidas colectivas durante las grandes festividades religiosas chi¨ªes.
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