Cuba, abierto por negocios
Los hoteles Starwood firman el primer acuerdo con las autoridades cubanas
La Habana est¨¢ que revienta. Y no solo por la visita del presidente estadounidense Barack Obama o el concierto, esta misma semana, de los Rolling Stones. Hace semanas que no hay una habitaci¨®n libre en la capital cubana. Cenar en un paladar es casi misi¨®n imposible. Cuba est¨¢ de moda m¨¢s que nunca, y la isla empieza a chocar con los l¨ªmites de su capacidad en infraestructuras para acoger tanta demanda. Y no pierden el tiempo. La cadena hotelera estadounidense Starwood acaba de anunciar el primer acuerdo entre una empresa estadounidense y las autoridades cubanas desde 1959, apenas horas antes de la llegada de Obama a la isla. Una inversi¨®n ¡°multimillonaria¡±, seg¨²n los portavoces de la empresa, para renovar y dirigir dos hoteles de la capital, con opciones sobre un tercero, y adaptarlos a los est¨¢ndares de lujo de la cadena hotelera. Starwood ha recibido el visto bueno del Departamento del Tesoro.
Algo de lo que toman cuidadosamente nota los empresarios estadounidenses que, desde que Obama anunciara el 17 de diciembre de 2014 el comienzo de la normalizaci¨®n de relaciones, estudian todas las posibilidades para no perderse ni una migaja del pastel de negocios que ven en Cuba. Y el pastel sigue siendo muy sabroso, coinciden los expertos.
El mercado cubano tiene el ¡°potencial de proporcionar las mayores oportunidades comerciales en la regi¨®n del Caribe en los pr¨®ximos a?os¡±, afirma en su ¨²ltimo informe The Havana Consulting Group, una consultor¨ªa especializada en el asesoramiento sobre el mercado cubano asentada en Miami.
Desde el comienzo de la normalizaci¨®n de relaciones, batallones de empresarios estadounidenses han desembarcado en Cuba en busca de nuevos negocios y posibilidades de inversi¨®n. La prioridad es el turismo. En 2015 super¨® los 3,5 millones de turistas, un incremento del 17,4% frente al a?o anterior. Aunque los estadounidenses oficialmente todav¨ªa no pueden hacer turismo, el n¨²mero de visitantes norteamericanos (sin contar a los cubanoamericanos, que ya no tienen limitaci¨®n alguna) aument¨® 77% hasta llegar a los 161.000 el a?o pasado.
Batallones de empresarios estadounidenses han desembarcado en Cuba en busca de nuevos negocios y posibilidades de inversi¨®n
Pero los empresarios se buscan tambi¨¦n oportunidades en el sector de la salud, la agricultura o las nuevas tecnolog¨ªas, donde se ve un especial potencial. Quince meses m¨¢s tarde, el entusiasmo sigue siendo grande, pero algo m¨¢s comedido tras constatar las enormes trabas legales y burocr¨¢ticas e incertidumbres pol¨ªticas que afrontan a los dos lados del Estrecho de la Florida los que quieren tender puentes comerciales.
¡°El momento actual es de un optimismo cauto basado en la realidad de que ya fuiste a Cuba, entendiste qu¨¦ pod¨ªas o no hacer, regresaste a EE UU, entendiste qu¨¦ pod¨ªas hacer o no bajo las leyes y el embargo, y ahora has encontrado el plan de negocio que te permite las dos cosas¡±, resume Faquiry D¨ªaz, presidente de la empresa de software Tres Mares, que ya negocia activamente con Cuba. Es adem¨¢s una de las compa?¨ªas que patrocina, junto con Council of the Americas, una de las citas imprescindibles para el empresariado interesado en hacer negocios en Cuba, la Cuba Opportunity Summit que la escuela de negocios Wharton celebr¨® por segunda vez la semana pasada en Nueva York. Muchos de los participantes est¨¢n ahora en La Habana con Obama.
A los l¨ªmites que sigue imponiendo el embargo estadounidense pese a las flexibilizaciones del comercio y viajes dictadas por Obama, se une la burocracia cubana ¡ªextremadamente lenta, lamentan los empresarios¡ª, falta de claridad en las normas de la isla e imposiciones como la obligaci¨®n de contratar a personal cubano a trav¨¦s de organismos estatales.
Hay, adem¨¢s, un problema de fondo: El Gobierno de Obama prioriza el apoyo a los cuentapropistas, los empleados aut¨®nomos, para reforzar el creciente sector privado de la isla, que ocupa ya a entre el 25 y 30% de la fuerza laboral. Pero Cuba tiene sus propios objetivos estrat¨¦gicos y prioriza las inversiones en proyectos como las energ¨ªas renovables, que requieren de los inversores una cooperaci¨®n con el sector estatal.
Es lo que Gustavo Arnavat,exdirector ejecutivo de EE UU en elBanco Interamericano de Desarrollo (BID),describe como un ¡°desequilibrio¡± entre la oferta y la demanda. El economista Juan Triana, de la Universidad de La Habana, prefiere hablar de un ¡°descomp¨¢s¡± entre los intereses socioecon¨®micos de Washington y La Habana. Con todo, ambos coinciden en que hay un ¡°espacio com¨²n¡± donde pueden converger los intereses y, por ende, las inversiones. ¡°Hay un espacio com¨²n porque Cuba ha sumado al sector cuentapropista al proyecto de desarrollo del pa¨ªs¡±, recuerda Triana.
Que hay inter¨¦s, y grande, en que los empresarios estadounidenses inviertan en Cuba, que busca 2.000 millones de d¨®lares de inversi¨®n directa extranjera anuales, es algo que las autoridades de la isla han dejado claro. ¡°Queremos hacer negocios con ustedes¡±, les dijo a los empresarios el ministro de Comercio Exterior cubano, Rodrigo Malmierca, en febrero en Washington.
El inter¨¦s es rec¨ªproco. En 2015, el Departamento de Comercio emiti¨® 490 autorizaciones para hacer negocios en Cuba, por un volumen de negocios de 4.300 millones de d¨®lares, aunque la mayor parte de esos proyectos est¨¢n a¨²n por concretarse.
La conferencia de Nueva York reuni¨® a m¨¢s de 200 inversores, ejecutivos y expertos. O dicho de otra manera: m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares en activos invertibles, 8.000 millones m¨¢s que hace un a?o, cuando se celebr¨® el primer encuentro de este tipo y las posibilidades se cre¨ªan a¨²n casi infinitas.
¡°Parece que el progreso es muy lento, pero vamos a pensar d¨®nde est¨¢bamos hace 15 meses, ?no?¡±, recuerda Mauro Guill¨¦n, director del Lauder Institute de Wharton. Su consejo: ¡°Lo m¨¢s importante es no ser impaciente, pero tampoco hay que quedarse de brazos cruzados esperando a que todo se solucione¡±. Seg¨²n el economista, ¡°est¨¢ bastante claro que de aqu¨ª a dos o tres a?os va a haber un volumen de relaciones y de inversiones muy importante¡± entre EE UU y Cuba. Y que tanto desde La Habana como desde Washington, acota el profesor Triana, ¡°se est¨¢ trabajando para que este proceso se haga pr¨¢cticamente irreversible¡±.
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