Bariloche, la joya de la corona de Argentina, se prepara para exhibirse ante Obama
Ser¨¢ el tercer presidente de EEUU en ejercicio en viajar a este para¨ªso. Antes ya lo hicieron Clinton y Eisenhower
En el a?o 2002, mientras toda Argentina se hund¨ªa en el caos, la devaluaci¨®n, la pobreza y el desempleo, en una peque?a ciudad de la Patagonia, San Carlos de Bariloche, en medio de lagos transparentes y monta?as nevadas, una empresa p¨²blica, lejos de sufrir, crec¨ªa. Acababa de cerrar un contrato para dise?ar un reactor nuclear que operar¨ªa en Australia. Era y es el INVAP, que cumple 40 a?os como quintaesencia del desarrollo tecnol¨®gico argentino y ahora dise?a y ensambla sus propios sat¨¦lites orbitales, algo casi ¨²nico entre pa¨ªses emergentes. ¡°Ese contrato nos salv¨® en el peor momento, pero siempre hemos sido una isla. Claro que las crisis nos afectan como a todos, pero logramos que los pol¨ªticos entendieran que aqu¨ª solo se puede trabajar a medio plazo. Hemos tenido dos gerentes generales en 40 a?os, cambian los gobiernos y nosotros seguimos con nuestro ritmo. Somos una empresa p¨²blica pero no vivimos de ning¨²n Presupuesto, nos financiamos con nuestros propios proyectos¡±, explica orgulloso Vicente Campenni, n¨²mero dos del INVAP, mientras ense?a unas instalaciones impecables donde trabajan 1.400 personas y t¨¦cnicos especializados simulan el ambiente del espacio mientras ensamblan un sat¨¦lite que se lanzar¨¢ dentro de un a?o y que puede medir con precisi¨®n desde el espacio la humedad del terreno, algo con aplicaciones inmediatas en un pa¨ªs agr¨ªcola como este.
INVAP mueve al a?o 200 millones de d¨®lares en todo tipo de proyectos de ¨¦lite como los ARSAT, los sat¨¦lites estrella lanzados desde la Guyana francesa y que eran el orgullo de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. ¡°Vamos a seguir porque no somos de ning¨²n Gobierno, lo que hacemos es pol¨ªtica de Estado y todos la respetan¡±, insiste Campenni, que lleva 30 a?os en la casa. Nunca so?¨® que llegar¨ªan a hacer sat¨¦lites, pero ahora lo explica con normalidad.
En 1939, mientras Europa entraba en la segunda guerra mundial, una familia de la aristocracia argentina, los hermanos Bustillo, constru¨ªan con dinero p¨²blico un hotel de ensue?o no muy lejos del INVAP. Es el Llao Llao, un emblema del lujo y la excelencia en Argentina. La otra joya de Bariloche, en medio de dos lagos y dentro de un parque natural con un paisaje semejante a Suiza, rodeado de un campo de golf que ninguno de los que lo han probado olvida.
El Llao Llao no fue tan constante como el INVAP. Se quem¨®, se reconstruy¨®, empez¨® siendo p¨²blico y despu¨¦s se privatiz¨®. Ha albergado a todo tipo de famosos y millonarios y tambi¨¦n a varios presidentes de EEUU, adem¨¢s de cumbres internacionales como la Iberoamericana que en 1995 vio llegar al Rey de Espa?a o a Fidel Castro. All¨ª durmi¨® Dwight Eisenhower en 1960, como atestiguan las fotograf¨ªas que a¨²n cuelgan en la escalera principal del hotel. Le acompa?¨® el entonces presidente argentino Arturo Frondizi. Y muchos a?os despu¨¦s, en 1997, Bill y Hillary Clinton. El expresidente incluso jug¨® al golf en el Llao Llao con Carlos Menem. En 2009, en una cumbre de Unasur, tambi¨¦n estuvieron all¨ª Ch¨¢vez, Lula o Bachelet.
La visita de Obama es una forma especialmente simb¨®lica de apoyar al nuevo Gobierno de Mauricio Macri y celebrar el regreso de Argentina a la ortodoxia en pol¨ªtica econ¨®mica
¡°Aqu¨ª las paredes respiran historia, este hotel tiene m¨ªstica. Tenemos familias enteras que vienen todos los a?os desde Europa a pasar un mes. Se traslada de padres a hijos¡±, resume Myrna Alfonso, gerente del resort, que lleva 23 a?os trabajando all¨ª, algo frecuente entre sus 400 empleados para 200 habitaciones.
Estabilidad, largo plazo, son palabras poco frecuentes en Argentina pero no en Bariloche. Y esta es la joya de la corona tur¨ªstica y tecnol¨®gica que visitar¨¢ esta semana Barack Obama, en una forma especialmente simb¨®lica de apoyar al nuevo Gobierno de Mauricio Macri y celebrar el regreso de Argentina a la ortodoxia en pol¨ªtica econ¨®mica, y sobre todo en pol¨ªtica exterior, con un enfrentamiento claro con Venezuela y el acercamiento a EEUU. Macri y su victoria sobre el kirchnerismo representan para EEUU el principio del fin de su peor pesadilla en Am¨¦rica Latina, los gobiernos llamados bolivarianos que se enfrentaron abiertamente a lo que ellos siempre defin¨ªan ¡°el imperio¡± y buscaron otros aliados: China, Rusia, Ir¨¢n.
Por eso es tan importante y simb¨®lica la llegada de Obama a Bariloche. No es seguro que el presidente llegue a dormir en el Llao Llao, como Clinton o Eisenhower, pero por si acaso en el hotel han reservado una veintena de habitaciones, las mejores. ¡°Todo Bariloche est¨¢ igual, reservando habitaciones por si llega la comitiva presidencial¡±, explica Myrna Alfonso. Son m¨¢s de 800 personas y en una ciudad tur¨ªstica como Bariloche, de 200.000 habitantes, es una aut¨¦ntica revoluci¨®n. ¡°De todas maneras nosotros estamos acostumbrados a recibir gente de este nivel, no hay ning¨²n problema. Nos encantar¨ªa que viniera, claro, pero mientras tanto el hotel est¨¢ lleno, es Semana Santa y estamos llenos de eventos¡±, resume Alfonso.
Luis, de la estancia Peuma Hue, en el id¨ªlico Lago Guti¨¦rrez, cuenta que a un amigo suyo que tiene coches de alta gama para alquilar con ch¨®fer ya le han reservado todos. En Bariloche y en general en la Patagonia est¨¢n acostumbrados a los visitantes ilustres. Ted Turner, due?o de la CNN, tiene una enorme estancia cerca de Bariloche, la familia Macri tiene una casa muy cerca y los hermanos Benetton son due?os de propiedades inabarcables. Luis cuenta que hace poco a otro colega le contrataron como ayudante de pesca del expresidente Jimmy Carter. Le ordenaron que dejara el m¨®vil en casa y avisara a su familia de que iba a estar desconectado los tres d¨ªas que dur¨® la pesca con mosca. En 1913, tambi¨¦n cuando ya era expresidente, Theodore Roosevelt fue otro ilustre visitante de Bariloche.
¡°Viene tanta gente importante por aqu¨ª que ya no le hacemos caso. Para nosotros es normal¡±, se r¨ªe Miguel, un taxista, mientras detalla la invasi¨®n de decenas de agentes de seguridad de EEUU que peinan desde hace semanas el terreno por el que pasar¨¢ el hombre m¨¢s poderoso del mundo. Con su llegada habr¨¢ lanzado un mensaje claro de apoyo a otro tipo de Argentina, la de la excelencia de Bariloche.
Lo que seguramente no visitar¨¢ Obama es el otro Bariloche, mucho m¨¢s propio de un pa¨ªs con grandes desigualdades como Argentina: El Alto, un enorme barrio de chabolas a las afueras de la ciudad construido por emigrantes que han tomado al asalto unas tierras polvorientas y se han quedado a vivir all¨ª. Cada vez crece m¨¢s, al calor del ¨¦xito de este para¨ªso que all¨ª no lo parece tanto. Bariloche es una isla en casi todo, pero no en esto. Adem¨¢s esta ciudad tambi¨¦n tiene su pasado oscuro como refugio en los 50 de nazis como el doctor Mengele. Como tantas veces en Argentina, lo mejor y lo peor est¨¢n muy cerca.
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