La tierra de John 'Calzones', el alcalde colombiano elegido en prisi¨®n
El alcalde de Yopal, capital de una zona petrol¨ªfera de Colombia, ha sido detenido dos veces, pero muchos lo consideran un Robin Hood
No esperaban un discurso para celebrar su triunfo. Las 24.515 personas que votaron por John Jairo Torres para que fuera alcalde de Yopal, un municipio en el oriente de Colombia, sab¨ªan que se ten¨ªan que conformar con alguna imagen suya desde la c¨¢rcel La Modelo, en Bogot¨¢. El 34,33% del total de votos que se llev¨® John 'Calzones¡¯, como algunos lo apodan, le alcanzaron para convertirse en el mandatario de los 150.000 habitantes que tiene la capital del Casanare, el segundo departamento que m¨¢s petr¨®leo produce en el pa¨ªs.
No import¨® que estuviera en prisi¨®n. A ¡®JJ¡¯ le funcion¨® la campa?a pol¨ªtica que empez¨® antes de ser enviado a la c¨¢rcel. La promesa de que todo el que quisiera podr¨ªa tener vivienda, lo hizo popular. En el pueblo marcharon para exigir su liberaci¨®n y a¨²n hoy, cuando las autoridades lo han detenido dos veces, su imagen se asoma en los rincones del pueblo. Los afiches de campa?a que llevan estampada su cara a¨²n cuelgan de las paredes y todos dicen saber la historia de John Calzones, como lo bautiz¨® una fiscal porque antes de llegar a la pol¨ªtica vend¨ªa ropa interior. Primero en la calle y despu¨¦s en Caricias ¨ªntimas, una tienda que tambi¨¦n le sirvi¨® para medir su nivel pol¨ªtico.
En una oficina, tras las vitrinas de lencer¨ªa, ¡®JJ¡¯ promovi¨® en 2014 la candidatura presidencial de ?scar Iv¨¢n Zuluaga y arras¨®. Logr¨® el 77% de los votos y en esa regi¨®n venci¨® a Juan Manuel Santos. ¡°Eso le hizo creer que ten¨ªa el respaldo del pueblo y que pod¨ªa llegar a un cargo de elecci¨®n popular¡±, cuenta H¨¦ctor G¨®mez, representante de la Misi¨®n de Observaci¨®n Electoral, en Casanare.
Torres intent¨® que el Centro Democr¨¢tico, el partido de Zuluaga que lidera el expresidente ?lvaro Uribe, respaldara su candidatura, pero no lo consigui¨®. Entonces, la promesa de vivienda le sirvi¨® para ganar adeptos y postularse, a trav¨¦s de la recolecci¨®n de firmas. Alcanz¨® 18.000. ¡°Ah¨ª naci¨® otro Yopal y a ¨¦l lo empezaron a ver como todopoderoso¡±, dice una mujer en el centro del pueblo, en donde los que critican al alcalde piden que se les oculte su identidad y quienes lo defienden insisten en que se les cite con nombre y apellido. ¡°Es el ¨¢ngel de nuestras vidas¡±, dice Yuleidy Alfonso, en la puerta de la casa que levant¨® en La Bendici¨®n, el proyecto urban¨ªstico del alcalde por el que hoy responde ante la justicia.
Detenidos y elegidos
Seg¨²n la Fiscal¨ªa, 350 de los actuales alcaldes tienen investigaciones por diferentes conductas penales. Irregularidades en contrataciones, tr¨¢fico de influencias e injuria y calumnia son los delitos por los que m¨¢s se les investiga. De estos, John Jairo Torres fue el ¨²nico en ganar las elecciones estando en prisi¨®n. Sin embargo, no es la primera vez que en Colombia eligen a un gobernante estando en prisi¨®n.
En el pasado, Bonifacio Contreras y Jos¨¦ F¨¦lix Mart¨ªnez lograron, a pesar de estar detenidos por nexos con paramilitares, la votaci¨®n necesaria para ocupar los cargos de alcaldes en los municipios de Los C¨®rdobas y Mo?itos, en el norte del pa¨ªs.
Aunque Torres logr¨® salir de la c¨¢rcel bajo el monitoreo de un brazalete electr¨®nico, la Fiscal¨ªa le imput¨® los delitos de lavado de activos y enriquecimiento il¨ªcito, al considerar que los terrenos que vendi¨® son ilegales. Seg¨²n la investigaci¨®n, el alcalde sab¨ªa que los predios estaban bajo custodia estatal debido a que habr¨ªan sido comprados al narcotraficante Germ¨¢n Gonzalo S¨¢nchez, alias Coletas, extraditado a Espa?a en 2010. En el pueblo se escucha la historia, pero pocos se atreven a poner en duda p¨²blicamente a su alcalde.
Yuleidy Alfonso dice que votar¨ªa ¡°una y mil veces m¨¢s por ¨¦l¡±. En su casa, un p¨®ster con la imagen de Torres parece recordarle el ¡°favor¡± que, dice ella, le hizo a su familia. Mientras trata de limpiarse el barro de los zapatos, despu¨¦s de un aguacero que toc¨® esa tierra caliente tras varios meses de sequ¨ªa, asegura que no cree en lo que dicen las noticias. ¡°Es persecuci¨®n. No quieren que nos siga ayudando. Gracias a ¨¦l tenemos un techo¡±.
El alcalde pidi¨® 1.000 d¨®lares como cuota para entregarles el terreno y para mantenerlo, por cada vivienda, deb¨ªan pagar durante 12 a?os 70 d¨®lares mensuales. La Bendici¨®n, a unos 20 minutos en auto desde el centro de Yopal, es un barrio con calles sin pavimento. En los lotes, cada uno de 90 metros cuadrados, han sido construidas algunas casas, mientras otros viven en instalaciones que se sostienen con cuatro palos y tienen como techo placas de zinc. Al menos 2.000 familias viven all¨ª.
En una de las esquinas, Luis L¨®pez habla del alcalde como su h¨¦roe. ¡°Es el primer pol¨ªtico que pens¨® en ayudar de coraz¨®n a los pobres¡±, dice. Quienes han trabajado de cerca con ¡®JJ¡¯ lo describen como un hombre con un discurso en el que habla de Dios, como una ¡®m¨¢quina para hacer dinero¡¯, pero sobre todo como una persona que no trata bien a sus subalternos, ni a quien se atreve a cuestionarlo.
Martha Cifuentes es una de las periodistas que este mes denunci¨® hostigamientos por parte de Torres. Dice que cada vez que alguna noticia lo cuestiona, la presi¨®n crece. Este diario intent¨® hablar con ¨¦l, pero en su despacho aseguran que ¡°no es momento para dar declaraciones¡±. En la ¨²ltima semana, la Fiscal¨ªa le incaut¨® nueve inmuebles, ocho veh¨ªculos y un hotel, adem¨¢s se empiezan a escuchar algunas voces que piden claridad sobre el proyecto. ¡°Yo vend¨ª lo poco que ten¨ªa para comprar tener una casa, pero ahora vemos que nos enga?aron¡±, dice uno de los habitantes de La Bendici¨®n. Por los delitos que le imputan, Torres podr¨ªa estar en la c¨¢rcel entre tres y siete a?os.
En Yopal, mientras la investigaci¨®n avanza, hablan de c¨®mo se volvi¨® en una especie de Robin Hood. Recuerdan que dec¨ªa que todos iban a tener casa y hasta abri¨® un comedor popular para ofrecer comida por menos un d¨®lar. Pero ahora, ni los que le compraron los lotes saben si podr¨¢n permanecer all¨ª, ni el restaurante volvi¨® abrir.
Hasta que la justicia determine lo contrario, John ¡®calzones¡¯ seguir¨¢ siendo el alcalde de una ciudad que en el 2015 recibi¨® alrededor de 700 millones de d¨®lares por regal¨ªas, pero que ni siquiera tiene agua potable. Los defensores de Torres dicen que esta vez la historia es diferente. Aseguran que mientras algunos alcaldes van a la c¨¢rcel despu¨¦s de ocupar el cargo, el de su pueblo fue elegido tras las rejas. ¡°Sabemos muy bien qui¨¦n es y por eso lo apoyamos¡±, dicen.
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