Atentado en Bruselas: al menos 30 muertos en el aeropuerto y el metro
La fiscal¨ªa informa de que en el aeropuerto actuaron "probablemente" dos atacantes suicidas Las autoridades buscan a un tercero
El terrorismo islamista ha atacado este martes en pleno coraz¨®n de la UE. Un doble atentado reivindicado por el Estado Isl¨¢mico (ISIS) dej¨® al menos 30 muertos y m¨¢s de 230 heridos en Bruselas, tras un ataque suicida en el aeropuerto de Zaventem ¡ªuno de los m¨¢s concurridos de Europa¡ª y una explosi¨®n en una c¨¦ntrica estaci¨®n de metro, a un paso de las instituciones europeas. El alivio de haber capturado el pasado viernes al terrorista m¨¢s buscado de Europa, Salah Abdeslam, se evapor¨® con un atentado de una formidable carga simb¨®lica sobre dos de los enclaves m¨¢s protegidos por las fuerzas de seguridad belgas. Desbordadas por un episodio in¨¦dito en Bruselas, las autoridades rehusaron ofrecer cifras oficiales de v¨ªctimas y buscaban activamente a un sospechoso del ataque en el aeropuerto.
Europa sum¨® este martes a los coletazos de la Gran Recesi¨®n y a la aguda crisis de refugiados el en¨¦simo renacer de la amenaza terrorista. El ataque coordinado en el aeropuerto de Zaventem y en una de las estaciones del c¨¦ntrico distrito europeo dej¨® una treintena de v¨ªctimas, m¨¢s de 200 heridos y una sensaci¨®n de pesadilla que recuerda poderosamente a los atentados de Par¨ªs del pasado noviembre y, salvando las distancias, a los de Londres y Madrid. B¨¦lgica activ¨® el nivel de m¨¢xima alerta. Colegios, hospitales, museos, transporte p¨²blico y centros comerciales cerraron sus puertas o elevaron al m¨¢ximo los niveles de vigilancia, y podr¨ªan seguir igual al menos hoy.
Varios pa¨ªses europeos reforzaron sus medidas de seguridad. Se cancelaron centenares de vuelos. Y los l¨ªderes pol¨ªticos entraron en escena con discursos a medio camino entre la solidaridad con los belgas y la dureza con los terroristas. El primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, habl¨® abiertamente de una Europa ¡°en guerra¡±. Con menor dramatismo pero la misma solemnidad se expresaron el presidente de EE UU, Barack Obama, el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, y la pr¨¢ctica totalidad de l¨ªderes europeos.
Bruselas era anoche una ciudad aturdida, con calles semidesiertas y una alt¨ªsima actividad policial e incluso militar en diversos focos. La violencia madrug¨®. Empez¨® al filo de las ocho de la ma?ana, con dos explosiones en Zaventem, uno de los grandes aeropuertos de Europa, en las que murieron al menos una decena de personas. Ese ataque fue obra de dos suicidas, y de un tercer terrorista que la polic¨ªa belga buscaba activamente al cierre de esta edici¨®n. Poco despu¨¦s, pasadas las nueve de la ma?ana, una tercera detonaci¨®n seg¨® la vida de una veintena de personas m¨¢s en la estaci¨®n de metro de Maelbeek, muy cerca de los cuarteles generales de la UE. Unas horas m¨¢s tarde, la polic¨ªa encontr¨® una bomba sin explotar en una vivienda de Schaerbeek ¡ªuno de los barrios con mayor concentraci¨®n de musulmanes de la ciudad, en el que se identific¨®, el pasado mes de enero, una guarida de Salah Abdeslam¡ª, junto a productos qu¨ªmicos y una bandera del Estado Isl¨¢mico. El ISIS reivindic¨® los atentados a media tarde.
¡°Tem¨ªamos los ataques terroristas, y ahora han llegado¡±, apunt¨® apesadumbrado el primer ministro belga, Charles Michel. B¨¦lgica ya activ¨® el nivel de m¨¢xima alerta durante varios d¨ªas a final del a?o pasado, por el miedo a una r¨¦plica de los atentados de Par¨ªs. Entonces, la comunidad internacional puso a los belgas en la diana por la deficiente labor de sus servicios de inteligencia, y por las conexiones del distrito de Molenbeek ¡ªa dos pasos del centro hist¨®rico de Bruselas¡ª con todos los grandes atentados de los ¨²ltimos a?os, incluido el 11-M en Madrid. La detenci¨®n de Salah Abdeslam, uno de los principales art¨ªfices del drama de Par¨ªs, pareci¨® dar un respiro a las autoridades. Pero puede que eso fuera un espejismo: B¨¦lgica y Bruselas vuelven a atraer todas las miradas.
Aunque no se trata de un ataque directo a las instituciones europeas, la deflagraci¨®n en el metro a su paso por la estaci¨®n de Maelbeek, parada forzosa de miles de trabajadores de las instituciones europeas que comienzan su labor a la hora en que se produjo el episodio, resulta simb¨®lica. M¨¢xime teniendo en cuenta que la seguridad reforzada que rodea a los edificios europeos desde los atentados de Par¨ªs, con polic¨ªas y militares a la entrada, dificulta cualquier ataque a sus puertas. De confirmarse, se tratar¨ªa del primer atentado que tiene como objetivo las instituciones comunitarias en sus m¨¢s de 60 a?os de historia.
La perplejidad y la impotencia de este ataque quedaron condensadas en una comparecencia de la alta representante para la Pol¨ªtica Exterior Europea, Federica Mogherini en Jordania. La jefa de la diplomacia europea, de visita en Amm¨¢n para hablar de la crisis de refugiados, rompi¨® a llorar ante la prensa. ¡°Es un d¨ªa muy triste para Europa¡±, sintetiz¨®.
Una gran nebulosa rodea la investigaci¨®n sobre los dos atentados. Frente a la precisi¨®n con que las autoridades francesas fueron divulgando el n¨²mero de v¨ªctimas el 13-N, el Gobierno belga no quiso ofrecer una sola cifra oficial. Las autoridades hablaron de un n¨²mero ¡°muy elevado¡± de muertos y heridos.
Tres jueces de instrucci¨®n especializados en terrorismo se hicieron cargo del caso, que consta de diferentes focos. El m¨¢s claro, el del aeropuerto de Zaventem, arroj¨® a media tarde una fotograf¨ªa de los tres principales sospechosos de los ataques ¡ªdos bombas y una tercera que no lleg¨® a explosionar¡ª en el aeropuerto belga. Dos de ellos fallecieron en los ataques suicidas, seg¨²n la fiscal¨ªa, mientras al tercero ¡°se le busca activamente¡±.
M¨¢s difuso permanece el escenario con el mayor n¨²mero de muertes ¡ª20, seg¨²n recuentos oficiosos¡ª, la estaci¨®n de Maelbeek. Un fuerte olor a p¨®lvora recordaba, aun al final del d¨ªa, la masacre vivida en el barrio europeo de Bruselas. Las autoridades no ofrecieron ning¨²n detalle sobre lo ocurrido all¨ª.
A ra¨ªz de los atentados, la polic¨ªa hizo varios registros en diferentes puntos del pa¨ªs e identific¨® a varios testigos. El principal se produjo en el barrio bruselense de Schaerbeek, el mismo donde la polic¨ªa belga identific¨®, el pasado enero, una guarida de Abdeslam. Este organismo, responsable de la investigaci¨®n iniciada este martes y tambi¨¦n de la rama belga del 13-N, anunci¨® que no dar¨ªa m¨¢s datos para no entorpecer los trabajos de los agentes. Al igual que ocurri¨® con las pesquisas ligadas a los atentados de Par¨ªs, la fiscal¨ªa lanz¨® una alerta a los medios de comunicaci¨®n para que no divulgaran detalles del caso.
En el aire quedan muchas m¨¢s preguntas que respuestas. Habr¨¢ que ver c¨®mo las resuelve B¨¦lgica, con su medio millar de combatientes extranjeros ¡ªeuropeos que van a guerrear en el bando del ISIS¡ª y los recelos sobre sus servicios de seguridad. Y habr¨¢ que ver c¨®mo evolucionan las interpretaciones de algunos l¨ªderes pol¨ªticos, con inter¨¦s por vincular las llegadas masivas de refugiados y los atentados, como sucedi¨® en Par¨ªs. Europa se juega mucho en esa multitud de crisis entrelazadas que este martes encapotaron definitivamente el cielo de Bruselas.
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