La revoluci¨®n se olvid¨® del racismo
El prejuicio racial en Cuba no es institucional sino cultural, ancestral, arraigado en las familias
Erradicar el racismo en sociedades con siglos de esclavismo y supremac¨ªa blanca no es tarea f¨¢cil, y menos en Cuba donde el fen¨®meno no responde a argumentos cientificistas, ni constituye un cuerpo doctrinario. El primer presidente negro de Estados Unidos viaja a un pa¨ªs donde los prejuicios y discriminaciones por g¨¦nero y raza se manifiestan en todos los ¨¢mbitos de la sociedad, pese a una legalidad garantista y a las pol¨ªticas antisegregacionistas promulgadas por la revoluci¨®n entre 1959 y 1962, a?o en que el desider¨¢tum oficial declar¨® cerrado el problema, sin estarlo.
Durante tres decenios, con m¨¢s virulencia durante las hostilidades entre Estados Unidos, Cuba y la URSS, quien resucitara el tema del racismo corr¨ªa el riesgo de ser acusado de desviacionista o c¨®mplice del enemigo al acecho. Tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, a finales de los ochenta, la pol¨ªtica de cuotas de negros en cargos de relevancia result¨® ser un voluntarismo in¨²til: no atacaba la ra¨ªz del problema. El prejuicio racial en Cuba no es institucional sino cultural, ancestral, arraigado en las familias, las relaciones personales y laborales e influye en el acceso a empleos y actividades profesionales.
Barack Obama no incluye en su agenda con Ra¨²l Castro el racismo y la discriminaci¨®n del negro simplemente porque sus dos administraciones no pueden exhibir iniciativas sobresalientes en su defensa. ¡°De qu¨¦ modo lo incluir¨ªa, sabiendo que Cuba le obligar¨ªa a poner el suyo sobre la mesa tambi¨¦n, de lo cual no saldr¨ªa bien parado¡±, estima el profesor Esteban Morales, director honorario del Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana.
El primer Gobierno de Fidel Castro decret¨® el igualitario acceso a la salud, educaci¨®n y empleo p¨²blico, pero sin aplicar en las pol¨ªticas una discriminaci¨®n positiva con los negros,?porque part¨ªan en desventaja con respecto al blanco: desde el chabolismo y la excusi¨®n. El directorio revolucionario acometi¨® la quimera de crear el hombre nuevo olvidando la desventaja hist¨®rica y ese olvido tiene consecuencias.
La proliferaci¨®n de grupos antirracistas en el pa¨ªs desde hace unos 20 a?os no hace sino demostrar que el color de la piel sigue teniendo un impacto social aunque se manifieste sutilmente Entre los cubanos existe racismo sin apenas conciencia racial, ni debates p¨²blicos sobre el asunto. El 9,3% de los 11,2 millones de habitantes de Cuba es negro, el 26,5% mestizo, fundamentalmente mulato, y en torno al 65%, blanco, criollo, seg¨²n determin¨® la Oficina Nacional de Estad¨ªsticas en 2002.
Casi un decenio y medio despu¨¦s, otros censos son m¨¢s concluyentes: el mestizaje predomina, haciendo bueno el dicho popular de que en Cuba ¡°el que no tiene de cong¨®, tiene de carabal¨ª¡±, en referencia a las tribus de procedencia de los africanos acarreados por la trata ib¨¦rica. La tendencia en las entrevistas es no asumirse como negro, pero entre negros y mestizos, m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n es no blanca, seg¨²n esos recuentos privados.
El origen y manifestaciones del racismo y los prejuicios raciales son diferentes de los observados en Estados Unidos, entre otras razones porque los negreros del norte fueron de cultura anglosajona y los de Cuba, espa?ola. Los proyectos sociales del castrismo no tuvieron en cuenta el color y quien sufr¨ªa penurias no las padec¨ªa por ser negro, sino por el fracaso gubernamental en la creaci¨®n de bienestar y riqueza. Los negros son mayor¨ªa en las c¨¢rceles, minor¨ªa en las universidades, en torno al 9%, y disponen de menores ingresos y peores viviendas.
Barack Obama visita un pa¨ªs donde no es lo mismo ser pobre y blanco, que pobre y negro, como se demostr¨® durante a principios los noventa, al desaparecer los subsidios sovi¨¦ticos. El desastre castig¨® duramente a la poblaci¨®n negra, m¨¢s vulnerable porque apenas ten¨ªa acceso a la ayuda de parientes en el extranjero. Las remesas familiares las reciben mayoritariamente cubanos blancos porque blanco fue el 80% del contingente que march¨® tempranamente al exilio, buena parte cuando la revoluci¨®n se declar¨® marxista leninista en 1961.
Los negros migrantes a Estados Unidos lo hicieron en los ochenta, sin apoyo institucional, emple¨¢ndose en precario y con menos posibilidades de enviar remesas. A la baja el igualitarismo y la protecci¨®n estatal, y en alza el emprendimiento privado, la entrada en juego de medio mill¨®n de aut¨®nomos detona desigualdades. El negro vuelve a perder la partida porque tiene menos posibilidades de independizarse y la tendencia del nuevo empresario es contratar a compatriotas blancos. Contempor¨¢nea todav¨ªa la segregaci¨®n, no sorprende por tanto que la expresi¨®n ¡°adelantar la raza¡±, la tendencia a emparejar con sangre blanca o blanconaza, siga vigente en la Cuba revolucionaria, que abander¨® el igualitarismo ya equidad.
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