Controles sorpresa y nuevas normas en cabina, lecciones de Germanwings
Gobiernos y aerol¨ªneas estudian cambios en los ex¨¢menes psicol¨®gicos y pruebas de selecci¨®n m¨¢s exigentes
El accidente del vuelo GWI9525 de la aerol¨ªnea alemana Germanwings cambi¨® la seguridad en el transporte a¨¦reo. Alemania tramita una enmienda a la ley de aviaci¨®n para introducir controles sorpresa a los pilotos y se ha generalizado la regla de que dos personas como m¨ªnimo permanezcan en cabina en todo momento. Sin embargo, hay propuestas que a¨²n siguen en estudio y otras se han quedado en recomendaciones que cada aerol¨ªnea puede seguir o no. 144 pasajeros y seis tripulantes que viajaban de Barcelona a D¨¹sseldorf el 24 de marzo del a?o pasado murieron por el choque del avi¨®n contra los Alpes franceses. El copiloto de la aeronave, Andreas Lubitz, de quien luego se supo que hab¨ªa sido diagnosticado por una posible psicosis, tom¨® el control del aparato para estrellarlo despu¨¦s de que el comandante del vuelo, Patrick Sonderheimer, abandonara la cabina y el acceso quedara bloqueado de forma autom¨¢tica. Los aviones se hab¨ªan blindado contra el terrorismo tras los atentados del 11-S, pero no estaban preparados para una tragedia como esta. ?Qu¨¦ ha cambiado despu¨¦s de este accidente?
Pruebas psicol¨®gicas
Lufthansa, empresa de la cual es filial Germanwings, aplica la prueba de selecci¨®n que?dise?¨® el Centro Aeroespacial Alem¨¢n (DLR), c¨¦lebre en el mundo de la aeron¨¢utica por su severidad, seg¨²n la firma especializada?ATTC. La fase psicol¨®gica del examen consiste en una serie de preguntas cerradas (s¨ª o no) y un cuestionario abierto de 10 puntos, explica el DLR en su p¨¢gina web. M¨¢s all¨¢ de este filtro, todos los pilotos del pa¨ªs est¨¢n entrenados para identificar comportamientos extra?os en sus compa?eros, seg¨²n el diario muniqu¨¦s S¨¹ddeutsche Zeitung?(SZ), aunque la eficacia de esta disposici¨®n no est¨¦ probada. ¡°En la pr¨¢ctica no es f¨¢cil¡±, declar¨® al SZ el aviador Tim Kr?mer. ¡°Hay tantas personas distintas. Y solo porque alguien es diferente a m¨ª, eso no significa nada necesariamente¡±.
Lubitz hab¨ªa dejado numerosos rastros de los problemas psicol¨®gicos que padec¨ªa. El piloto inform¨® en 2009 a la escuela de aviaci¨®n de Lufthansa que hab¨ªa tenido un ¡°episodio previo de depresi¨®n grave¡±. La autoridad alemana acus¨® a la compa?¨ªa de no haberle comunicado este hecho. Cinco a?os despu¨¦s de la advertencia a la escuela, Lubitz confes¨® a su novia de entonces que sufr¨ªa depresi¨®n y le hizo un anuncio que luego cobrar¨ªa un sentido tr¨¢gico: ¡°Un d¨ªa har¨¦ algo que cambiar¨¢ todo el sistema. Y entonces todo el mundo sabr¨¢ mi nombre y lo recordar¨¢¡±. Tambi¨¦n pas¨® por el consultorio de 41 m¨¦dicos, tres de ellos psiquiatras, uno de los cuales le aconsej¨® internarse en un centro especializado.
La Uni¨®n Europea estudia la posibilidad de obligar a Alemania a reforzar su regulaci¨®n para expedir licencias de vuelo. Y la autoridad de aviaci¨®n francesa, BEA, que lleva a cabo la investigaci¨®n sobre el accidente, propuso el pasado 13 de marzo que el secreto profesional de los m¨¦dicos se suspendiera en estos casos en los que se pone en juego la vida de muchas personas. Los profesionales que trataron a Lubitz no pudieron alertar del riesgo a la empresa para la que trabajaba atenazados por la relaci¨®n de confidencialidad con su paciente, particularmente r¨ªgida en Alemania.
En julio del pasado a?o, un grupo de expertos de la Agencia Europea de Seguridad (EASA) recomend¨® que las autoridades modificaran sus legislaciones para ¡°asegurar un adecuado equilibrio entre la confidencialidad del paciente y la protecci¨®n de la seguridad p¨²blica¡± y que se cree una base europea de datos m¨¦dicos que compartan los examinadores de la salud de los pilotos.
Detectar drogas o medicamentos
Berl¨ªn tramita un proyecto para atacar el problema de los des¨®rdenes en el comportamiento de los pilotos desde otro costado, seg¨²n revel¨® la prensa alemana en febrero. La coalici¨®n que lidera la canciller Angela Merkel en el Parlamento promueve una enmienda a la ley de aviaci¨®n para introducir controles sorpresa a los pilotos sobre consumo de drogas, alcohol o medicamentos. La medida ha sido muy pol¨¦mica porque la prueba no se concentra en el aspecto que motiva los cambios: la salud mental de los aviadores. Lufthansa anunci¨® el pasado mayo, un mes despu¨¦s del accidente, su intenci¨®n de aplicar este tipo de controles para detectar, por ejemplo, el uso de antidepresivos.
Dos de la tripulaci¨®n
La cabina del avi¨®n que Lubitz precipit¨® contra los Alpes era impenetrable. Los atentados contra las Torres Gemelas llevaron a las aerol¨ªneas a acorazar esta parte de las aeronaves para impedir que se repitieran los ataques terroristas. El sistema funcionaba tan bien que el copiloto de Germanwings pudo quedarse solo para perpetrar su muerte y la de 149 v¨ªctimas ante la impotencia del resto de la tripulaci¨®n. El comandante del vuelo debe saber, por principio, el c¨®digo de desbloqueo de la puerta, pero la grabaci¨®n de la caja negra indica que Lubitz termin¨® de obstruir la entrada despu¨¦s de que el piloto al mando saliera para ir al ba?o.
La oficina alemana de aviaci¨®n plante¨® semanas despu¨¦s de la tragedia la posibilidad de que las autoridades pudieran tomar el control del avi¨®n desde tierra en casos de emergencia, con sistemas como los desarrollados por las compa?¨ªas Boeing o Honeywell. La posible manipulaci¨®n de hackers ha sido el principal argumento contra esta propuesta. La medida de seguridad que han adoptado aerol¨ªneas como la propia Lufthansa es fijar la denominada regla de dos, seg¨²n la cual dos miembros de la tripulaci¨®n ¡ªuno de ellos piloto¡ª est¨¢n obligados a permanecer en la cabina en todo momento. La Agencia Europea de Seguridad A¨¦rea recomienda su aplicaci¨®n, pero a¨²n no est¨¢ reglamentada.
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