Enfrentamientos entre la polic¨ªa y los ultras en un homenaje a las v¨ªctimas

Bruselas no es Beirut, pero lleva una semana de ¨®rdago. Desde los atentados del martes se suceden las operaciones policiales y la ciudad trata de volver a la normalidad, pero las muestras de luto y solidaridad se mezclan todav¨ªa con el miedo que no termina de desaparecer y alg¨²n que otro inquietante incidente. El Gobierno, en medio de un amago de crisis por los errores que emergen en relaci¨®n con los atentados, consigui¨® el s¨¢bado que se desconvocara una marcha antiterrorista prevista para ayer en el centro de Bruselas, a un paso de la Grand Place, en un homenaje algo desangelado a las v¨ªctimas.

El acto transcurr¨ªa este domingo pl¨¢cidamente cuando pasadas las dos de la tarde un grupo de ultras ¡ªen torno a 250 hooligans del Anderlecht y el Brujas asociados a la ultraderecha¡ª irrumpi¨® en la plaza con una gran pancarta y el lema ¡°Que se joda el Estado Isl¨¢mico¡±. Vestidos de negro, rapados, con est¨¦tica de extrema derecha y con una actitud marcadamente agresiva ¡ªuna cerveza en una mano, el saludo nazi en la otra y un ¡°ya hemos sido bastante tolerantes con los extranjeros¡± como toda explicaci¨®n¡ª, tras dar alg¨²n que otro pu?etazo, han lanzado consignas radicales, boicotearon el homenaje con c¨¢nticos ultras y, en fin, han provocado la llegada de los antidisturbios.

La polic¨ªa ha usado varios camiones y ha activado los ca?ones de agua para expulsar a ese grup¨²sculo. Entonces han empezado las carreras, ha volado alguna que otra botella, los ultras han empezado a destrozar el mobiliario urbano a su paso y, al cabo de unos minutos, se han dispersado en torno a la Estaci¨®n del Norte. "Estamos en nuestra casa", han gritado durante m¨¢s de media hora en la Bolsa, antes de ser desalojados. "Todos somos hijos de inmigrantes", han respondido los asistentes al homenaje, cuya indignaci¨®n ha ido creciendo a lo largo de la tarde, a medida que se han ido conociendo detalles de lo sucedido. Los ultras proced¨ªan de Vilvoorde, en la regi¨®n flamenca, una localidad muy cercana a Bruselas. Las autoridades de Volvoorde les dejaron marchar en tren hacia Bruselas porque pensaron que ese grupo iba a ser m¨¢s peligroso si no se le permit¨ªa ir. La polic¨ªa les escolt¨® hasta la Bolsa. Y han acabado expuls¨¢ndoles haciendo el mismo recorrido, hasta la Estaci¨®n del Norte, desde donde han vuelto a Vilvoorde.

Las asociaciones que convocaron el homenaje --que acab¨® desconvoc¨¢ndose despu¨¦s del aviso del Gobierno-- reprochaban que el Ejecutivo presionara para suspender la marcha antiterrorista, y a su vez se haya permitido llegar a los hooligans hasta el centro de Bruselas, al lugar en el que se han concentrado las muestras de dolor hacia las v¨ªctimas.

El incidente ha terminado con una decena de detenidos, pero tambi¨¦n con la sensaci¨®n de que a d¨ªa de hoy ni siquiera es sencillo homenajear a las v¨ªctimas. Ese es el riesgo ahora en Bruselas, en B¨¦lgica. La posibilidad de que los atentados provoquen una onda expansiva de radicalidad, que acabe alterando incluso el debate pol¨ªtico. ¡°Hay que limpiar todo el bazar¡±, ha dicho esta semana el jefe de la extrema derecha flamenca, N-VA, que tiene a uno de los suyos ¡ªJan Jambon¡ª al frente del Ministerio del Interior, pero aun as¨ª califica de ¡°na¨ªf¡± la respuesta de jueces y autoridades a la amenaza terrorista.