Obama redibuja el mapa de Am¨¦rica con una pol¨ªtica no intervencionista
Estados Unidos redefine su posici¨®n en el continente americano y sienta las bases de una nueva relaci¨®n con Latinoam¨¦rica
De la Patagonia al ?rtico, de la Amazonia al Caribe, Estados Unidos redefine su posici¨®n en el continente americano y sienta las bases de una nueva relaci¨®n, basada menos en los rencores hist¨®ricos que en la cooperaci¨®n, con el coloso del norte. En las dos ¨²ltimas semanas, Obama ha consagrado al canadiense Justin Trudeau y al argentino Mauricio Macri, como aliados privilegiados. Ha viajado a Cuba para enterrar, como dijo el presidente en La Habana el martes, el ¨²ltimo vestigio de Guerra Fr¨ªa en las Am¨¦ricas. Y su secretario de Estado, John Kerry, ha dialogado con miembros de la guerrilla colombiana de las FARC, para impulsar las negociaciones que pueden llevar al fin de la guerra civil m¨¢s larga del mundo. Con diplomacia, repudiando el intervencionismo del pasado, el presidente de EE UU redibuja el mapa de Am¨¦rica.
Cuando Obama comenz¨® su segundo y ¨²ltimo mandaro, imaginar la reapertura de embajadas entre EE UU y Cuba se encuadraba en el g¨¦nero de la pol¨ªtica ficci¨®n. Hugo Ch¨¢vez, el l¨ªder venezolano que encabez¨® el frente antiestadounidense en la d¨¦cada pasada en Am¨¦rica Latina, viv¨ªa. En Argentina gobernaba Cristina Kirchner, una presidenta que tambi¨¦n jugaba la carta anti-'yanqui' y a quien los estadoundienses ve¨ªan como una l¨ªder err¨¢tica y poco fiable. La posibilidad de un acuerdo entre el Gobierno colombiano y las FARC era una hip¨®tesis lejana. En Canad¨¢ el primer ministro era Stephen Harper, un conservador cuyas relaciones con el dem¨®crata Obama eran mejorables por motivos que iba de la reticencia de Harper a actuar contra el cambio clim¨¢tico a las diferencias en la pol¨ªtica energ¨¦tica.
Hay que ser pr¨¢ctico, le dijo Obama a Castro, y reconocer que el libre mercado y la libertad individual producen m¨¢s riqueza y oportunidades
Cuando el 20 de enero de 2017 Obama abandone la Casa Blanca, Am¨¦rica ser¨¢ distinta. En Argentina, un proestadounidense, Macri, en lugar de Kirchner. En Colombia, las FARC al borde de la normalizaci¨®n, hasta el punto de reunirse con Kerry. En Venezuela, sin Ch¨¢vez y con un sucesor, Nicol¨¢s Maduro, debilitado. En Canad¨¢, la 'trudeauman¨ªa' traspasa fronteras, como se evidenci¨® en los agasajos que Obama dedic¨® a Trudeau el 10 de marzo pasado. Y Obama desafi¨® esta semana las inercias de la historia y viaj¨® a Cuba para reconocer la soberan¨ªa de la isla ¨Cy la legitimidad del r¨¦gimen castrista¨C, pero tambi¨¦n para argumentar ante los cubanos, y ante el presidente Ra¨²l Castro, por qu¨¦ la democracia es el mejor sistema para garantizar la prosperidad.
Obama regres¨® el viernes a Washington tras un viaje de cinco d¨ªas a Cuba y Argentina que ha reordenado las fichas de la geopol¨ªtica americana.
"Aunque simb¨®lico y con pocos anuncios concretos, sin duda el viaje de Obama a Cuba fue hist¨®rico y consolid¨® el deshielo hacia Cuba, que se anunci¨® hace solo 15 meses", dice a EL PA?S Michael Shifter, presidente del Di¨¢logo Inter-Americano, el laboratorio de ideas de referencia en Washington sobre asuntos americanos. "En EE UU, las voces cr¨ªticas cuestionaron el momento del viaje m¨¢s que la visita en s¨ª, lo que muestra cu¨¢nto se ha avanzado en este tema en muy poco tiempo. El pr¨®ximo presidente podr¨ªa mantener o no el entusiasmo de Obama por avanzar en las relaciones con Cuba, pero es casi imposible que se d¨¦ marcha atr¨¢s con la normalizaci¨®n diplom¨¢tica".
L¨®gicamente la etapa argentina del viaje ha tenido menor proyecci¨®n medi¨¢tica, pero es fundamental en el 'reset' ¨Cla puesta a cero del contador¨C de Obama con Am¨¦rica Latina.
"Que Argentina sea hoy uno de los principales aliados de los EE UU en el hemisferio muestra cu¨¢nto ha cambiado la pol¨ªtica de la regi¨®n en poco tiempo", dice Shifter. "En una Am¨¦rica Latina repleta de dificultades econ¨®micas y serias crisis pol¨ªticas para muchos presidentes, Obama envi¨® un fuerte respaldo a la pol¨ªtica de apertura econ¨®mica del gobierno de Macri y a sus esfuerzos por normalizar la macroeconom¨ªa argentina. A¨²n falta tiempo para saber si las reformas servir¨¢n para impulsar el crecimiento en Argentina, pero esta visita es un buen comienzo para una etapa de mayor cercan¨ªa entre ambos pa¨ªses".
Todo puede cambiar cuando Obama abandone la Casa Blanca y le sustituya alguien con otras prioridades e intereses. Las relaciones de EE UU con Argentina son pendulares: en 1997, cuando el presidente Bill Clinton visit¨® Argentina, los titulares, muy parecidos a los de estos d¨ªas, anunciaban una nueva alianza, que en la d¨¦cada siguiente se frustr¨®. Y al aproximaci¨®n a Cuba es una apuesta incierta: est¨¢ por ver si el Gobierno cubano cumplir¨¢ los planes para abrir la econom¨ªa al ritmo que desea Washington y menos claro est¨¢ a¨²n que el deshielo derive en una liberalizaci¨®n pol¨ªtica.
Pero en La Habana, con Castro y con empresarios, hablando a los cubanos en un discurso televisado y recibiendo a disidentes del en privado, Obama parec¨ªa un l¨ªder c¨®modo en su papel, incluso disfrutando, como no se le ve cuando hace pol¨ªtica en EE UU. Algo similar ocurri¨® en Buenos Aires.
Uno de los momentos del viaje donde se vio a este Obama fue una reuni¨®n con j¨®venes en un centro cultural del popular barrio de La Boca, en Buenos Aires. Los j¨®venes preguntaban lo que quer¨ªan, sin guion, y Obama respond¨ªa. En una de las respuesta, ofreci¨® un buen resumen de su visi¨®n pol¨ªtica, m¨¢s all¨¢ de las caricaturas y de las batallas ideol¨®gicas que han dividido a Am¨¦rica Latina.
Obama puso un ejemplo?de este sentido pr¨¢ctico. Explic¨® que en La Habana le hab¨ªa dicho a Castro que con su sistema hab¨ªa logrado elevar el nivel educativo y la esperanza de vida los cubanos, pero que la econom¨ªa parec¨ªa estancada en los a?os cincuenta. Hay que ser pr¨¢ctico, le dijo Obama al mandatario, y reconocer que el libre mercado y la libertad individual producen m¨¢s riqueza y oportunidades.
"En el pasado ha habido una divisi¨®n aguda entre izquierda y derecha, entre capitalismo y comunismo, o socialismo", dijo Obama a los estudiantes. "En especial en las Am¨¦ricas, ha sido un gran debate, ?no? Son debates intelectuales interesantes, pero vuestra generaci¨®n deber¨ªa ser pr¨¢ctica y elegir lo que funciona".
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