El asesinato de varios l¨ªderes sociales alerta de un repunte del paramilitarismo en Colombia
Entre 15 y 30 personas, v¨ªnculadas a formaciones de izquierda, han sido asesinadas en lo que va de a?o
Le dispararon cuando termin¨® un partido de f¨²tbol. Klaus Zapata qued¨® tendido en la cancha con dos balazos en la espalda. El l¨ªder de izquierda de 24 a?os, miembro de la juventud comunista, fue asesinado el pasado seis de marzo en Soacha, en el sur de Bogot¨¢. Su nombre entr¨® a la lista que tiene en alerta a las organizaciones de defensores de derechos humanos y activistas.
La ONG Somos defensores tiene el registro de 15 asesinatos y m¨¢s de 50 hostigamientos a l¨ªderes sociales en lo que va del a?o, mientras que la Uni¨®n Patri¨®tica (UP), movimiento de izquierda, denuncia al menos 30 homicidios por razones pol¨ªticas en los tres primeros meses del 2016. La Fiscal¨ªa, entre tanto, asegura que hasta ahora, solo se ha podido identificar el m¨®vil pol¨ªtico en diez casos. Por la muerte de Klaus Zapata hay una orden de captura contra el presunto autor material, pero poco ha avanzado la investigaci¨®n que permita saber qui¨¦n estuvo detr¨¢s del crimen. La preocupaci¨®n de la familia del joven se ha trasladado a un debate nacional, en donde algunos sectores temen por el resurgimiento y consolidaci¨®n de estructuras paramilitares, los grupos armados de derecha que tuvieron el respaldo de algunos mandos militares y que, aunque se desmovilizaron en el a?o 2006, sus reductos siguieron actuando bajo el t¨ªtulo de bandas criminales (bacrim).
¡°Se evidenci¨® que la autor¨ªa del 66% de los asesinatos de l¨ªderes sociales registrados el a?o pasado estuvo en manos de esas bandas. Tememos que se est¨¦n consolidando y que este a?o el saldo sea peor¡±, asegura Carlos Guevara, vocero de Somos defensores. La Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU) revel¨® en un reciente informe que en el 2015 fueron asesinados 63 defensores de derechos humanos y 885 fueron v¨ªctimas de hostigamientos.
La ONU tambi¨¦n alert¨® sobre la falta de protecci¨®n por parte del Estado. Una preocupaci¨®n sobre la que han venido alzando la voz en los ¨²ltimos d¨ªas diferentes organizaciones. Hace dos semanas en el centro de Bogot¨¢, una concentraci¨®n de l¨ªderes pidi¨® al Gobierno que se cree una comisi¨®n de alto nivel para evaluar la situaci¨®n de riesgo a la que est¨¢n expuestos. Diana G¨®mez, del Movimiento de V¨ªctimas de Cr¨ªmenes de Estado (Movice), habla de la necesidad de que un grupo especializado haga veedur¨ªa a las denuncias que han hecho. ¡°Pedimos que haya una supervisi¨®n de entes internacionales. Las cifras nos est¨¢n alarmando, las intimidaciones son muy fuertes¡±, dice G¨®mez. Ella y otros activistas de izquierda temen que se repita el horror que vivi¨® en los a?os 90 con el exterminio de la Uni¨®n Patri¨®tica, el partido pol¨ªtica de izquierda, cuyos dirigentes m¨¢s destacados fueron asesinados.
El Gobierno, alerta ante denuncias
Tras el asesinado de Klaus Zapata, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, anunci¨® la creaci¨®n de un grupo que investigar¨¢ los asesinatos de l¨ªderes sociales y defensores de derechos humanos. Tendr¨¢ representaci¨®n de organizaciones sociales y de todos los lineamientos pol¨ªticos. ¡°Sabemos que en momentos en que se acerca la posibilidad de firmar un acuerdo de fin del conflicto hay fuerzas oscuras interesadas en generar inestabilidad, pero no van a lograr este prop¨®sito¡±, asegur¨®. Dijo adem¨¢s que en la primera semana de abril se har¨¢n visitas a Cauca y a Sucre, las zonas en donde m¨¢s casos de violencia se han reportado.
Sin embargo, para algunos el anuncio no es suficiente. Heiner Gait¨¢n, responsable pol¨ªtico de la juventud comunista en Soacha, reflexiona sobre la necesidad de que se reconozca la reactivaci¨®n del fen¨®meno paramilitar en el pa¨ªs. ¡°Vemos que en la medida en que se acerca la paz, se agudiza la presencia de la violencia de derecha, hay bandas, hay amenazas, hay muertos¡±, asegura. Cuenta que Klaus Zapata hab¨ªa denunciado d¨ªas antes de su muerte la presencia de c¨¢rteles de microtr¨¢fico de drogas en su localidad y que su labor hab¨ªa empezado a tomar fuerza en Soacha, uno de los sectores m¨¢s pobres y violentos de Bogot¨¢.
Seg¨²n Somos Defensores, las regiones m¨¢s afectadas con las recientes agresiones coinciden con las zonas prioritarias para la implementaci¨®n de los proyectos determinados por el Gobierno y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tras la firma de la paz. Estos territorios son los que han sufrido m¨¢s los efectos del conflicto y en donde se espera que se concentren los esfuerzos para mejorar su econom¨ªa y su desarrollo despu¨¦s del acuerdo entre las FARC y el gobierno. ¡°Hay que pensar en lo que se puede venir con el posconflicto. Nos hemos reunido con l¨ªderes de pa¨ªses que han pasado por procesos de paz y es parte de la degradaci¨®n de la guerra que la violencia contra activistas aumente¡±, agrega G¨®mez, del Movice.
Klaus fue asesinado a tiros por la espalda en una cancha de f¨²tbol. Los asesinos lo buscaron en el lugar en donde, dicen sus amigos, siempre intentaba desconectarse de la dif¨ªcil realidad de su barrio, pero la violencia lo alcanz¨® en donde menos le esperaba.
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