M¨¦xico pasa a la ofensiva ante los ataques de Trump
Detr¨¢s del reemplazo del embajador mexicano anida la intenci¨®n de mostrar el enorme poder de M¨¦xico en Estados Unidos
M¨¦xico ha decidido enfrentarse al vendaval Trump. Los tiempos de silencio, de morderse la lengua y esperar que la tormenta amainase han terminado. Ante las proporciones alcanzadas por la hoguera xen¨®foba del precandidato republicano, el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto ha virado su estrategia y ha emprendido un profundo cambio en su estructura diplom¨¢tica en busca de perfiles mucho m¨¢s duros y reactivos. Es parte de un potente plan que busca revertir un escenario de tensi¨®n pol¨ªtica sin parang¨®n en la historia reciente entre M¨¦xico y Washington.
¡°Hay temor por parte de nuestra comunidad en Estados Unidos de que la exacerbaci¨®n pueda desbordarse y que surjan hostilidades, por eso hemos replanteado nuestra estrategia¡±, declara la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu.
El cambio es profundo. No se trata ¨²nicamente de la sustituci¨®n fulminante del embajador y del poderoso subsecretario para Am¨¦rica del Norte. Detr¨¢s del reemplazo anida la intenci¨®n de mostrar el enorme poder de M¨¦xico en Estados Unidos. S¨®lo entre los emigrantes, sus hijos y nietos suman unos 50 millones de habitantes (15% de la poblaci¨®n). M¨¦xico es adem¨¢s el segundo socio comercial de Washington y el primer destino de las exportaciones de California, Arizona, Texas, as¨ª como el segundo mercado para otros 20 Estados. Casi seis millones de empleos dependen del intercambio con M¨¦xico y cada minuto se comercia un mill¨®n de d¨®lares .
La inversi¨®n de Ford
El reto planteado por Pe?a Nieto trasciende cualquier nombre o cargo. La meta, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, es mostrar que M¨¦xico implica prosperidad para Estados Unidos. Que frente a la altisonancia del precandidato republicano y de sus humillantes muros, la realidad discurre por otros derroteros. Que las grandes empresas tienen en el vecino del sur un emplazamiento privilegiado para sus operaciones, como demuestra la reciente inversi¨®n de Ford de 2.500 millones de d¨®lares en una nueva planta en Chihuahua. O que frente al mito de la avalancha migratoria hacia Estados Unidos, el flujo arroja un saldo negativo.
La apuesta no es poca. La posibilidad de que Trump llegue a la presidencia ha calado. Para M¨¦xico, el iracundo magnate ya no es un estrambote. Es un peligro.
Tras meses de aguantar los improperios de Trump y ante la constataci¨®n de que el silencio juega a favor del estadounidense, las autoridades mexicanas han concluido que ha llegado la hora de hacer valer todo este potencial. Consideran, seg¨²n fuentes del entorno presidencial, que s¨®lo mostrando este m¨²sculo, cuyas implicaciones electorales en Estados Unidos no se le escapan a nadie, y coordinando una respuesta de alto nivel es posible frenar una ola que cada d¨ªa alcanza mayor envergadura.
La jugada tiene un doble filo. Mostrar los dientes, aparte de alertar a los propios estadounidenses sobre el peligro que representa Trump para sus intereses, tambi¨¦n responde a una raz¨®n de pol¨ªtica interna: en M¨¦xico ha llegado el tiempo de las elecciones (en junio se eligen 12 gobernadores) y el silencio ha empezado a entenderse como s¨ªntoma de debilidad, cuyos efectos erosivos pueden alcanzar a las presidenciales de 2018.
En este cambio de rumbo, el Ejecutivo no est¨¢ solo. M¨¦xico es un pa¨ªs donde el sentido patri¨®tico a¨²n act¨²a como aglutinador pol¨ªtico, y los partidos de oposici¨®n han formado pi?a en torno a su presidente. Pese a su inoperancia en los ¨²ltimos meses respecto al caso Trump, apenas se han escuchado cr¨ªticas a la gesti¨®n exterior. Y ahora, con el golpe de tim¨®n, se han apretado a¨²n m¨¢s las filas.
Defensa de Fox y Calder¨®n
Los expresidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calder¨®n han redoblado sus ataques contra el multimillonario. Y el propio Pe?a Nieto y su hombre fuerte, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, han marcado el nuevo per¨ªmetro al contestar directamente al republicano. ¡°Tenemos que informar, proyectar y comunicar¡±, ha dicho Ruiz Massieu.
Los cambios en la zona caliente de la estructura diplom¨¢tica no hacen sino reforzar esta l¨ªnea de ataque. El nuevo embajador, Carlos Manuel Sada Solana, es un experimentado funcionario que conoce bien Estados Unidos, y lo que es m¨¢s importante, las fortalezas de la comunidad de origen mexicano a la que tendr¨¢ que movilizar. Ha sido c¨®nsul general en Chicago, Nueva York y Los ?ngeles, los tres mayores enclaves migratorios. Su voz es respetada y se le considera capaz de dar una respuesta a Trump. Algo que no logr¨® su antecesor, el exrector de la Universidad de Tufts, Miguel Bas¨¢?ez, que apenas ha durado ocho meses en el cargo y cuyo estruendoso silencio ha causado un profundo des¨¢nimo entre los mexicanos afincados al norte del r¨ªo Bravo.
El otro puntal de la nueva pol¨ªtica es Paulo Carre?o King. Desde la subsecretar¨ªa de Am¨¦rica del Norte, un puesto clave en un pa¨ªs que exporta el 80% de sus productos a Estados Unidos, tendr¨¢ que articular la estrategia comunicativa y cuidar de que M¨¦xico no cometa errores que alimenten la artiller¨ªa de Trump. Su anterior cargo le valida para la tarea. Encargado de coordinar la marca-pa¨ªs y medios internacionales desde la presidencia, Carre?o, muy r¨¢pido en los golpes t¨¢cticos, tiene buen conocimiento de las maquinarias medi¨¢ticas y de los resortes gubernamentales.
El reto planteado por Pe?a Nieto trasciende cualquier nombre o cargo. La meta, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, es mostrar que M¨¦xico implica prosperidad para Estados Unidos. Que frente a la altisonancia del precandidato republicano y de sus humillantes muros, la realidad discurre por otros derroteros. Que las grandes empresas tienen en el vecino del sur un emplazamiento privilegiado para sus operaciones, como demuestra la reciente inversi¨®n de Ford de 2.500 millones de d¨®lares en una nueva planta en Chihuahua. O que frente al mito de la avalancha migratoria hacia Estados Unidos, el flujo arroja un saldo negativo.
La apuesta no es poca. La posibilidad de que Trump llegue a la presidencia ha calado. Para M¨¦xico, el iracundo magnate ya no es un estrambote. Es un peligro.
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