Domingo de dudas
Muchos se preguntan c¨®mo afectar¨¢ a la futura gobernabilidad el actual clima enrarecido
Las elecciones dentro de dos d¨ªas en el Per¨² suscitan interrogantes en dos planos. De un lado, un proceso electoral que no ha sido particularmente ejemplar. Las deficiencias de una legislaci¨®n electoral dictada a ¨²ltimo momento y la peor aplicaci¨®n de la misma por la autoridad electoral llevaron a exclusiones de candidatos ya inscritos y que estaban participando protag¨®nicamente en la competencia electoral. Las exclusiones cambiaron s¨²bitamente el escenario electoral y fueron interpretadas con suspicacia y reservas por buena parte de la sociedad.
La primitiva interpretaci¨®n de la ley (¡°al pie de la letra¡±), el percibido atropello al ¡°derecho a la participaci¨®n¡± ¡ªconsagrado en la Constituci¨®n y los tratados internacionales¡ª y el uso de varas distintas para medir cada caso ante situaciones semejantes, gener¨® un clima enrarecido. Desde que se recuper¨® la democracia en 2000 todos los procesos electorales fueron impecables. Ahora es otra la situaci¨®n. Por otro lado, preocupa el devenir de la polarizaci¨®n abierta a partir de las irregularidades del proceso y la posibilidad de que triunfe la candidatura fujimorista. Algunas decisiones del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) son percibidas por cerca de la mitad de la poblaci¨®n encuestada como parcializadas a favor de este partido. Resucitan pesadillas de un per¨ªodo (1990-2000) autoritario, con escuadrones de la muerte y, adem¨¢s, muy corrupto. Todo dinamiza la protesta callejera frente a la amenaza del retorno del fujimorismo, como lo hicieron decenas de miles de j¨®venes en todo el Per¨² el martes 5 (aniversario del ¡°autogolpe¡± de Alberto Fujimori).
En la campa?a electoral de su hija Keiko se ha visto su intento de distanciarse de ese pasado. En el debate presidencial del domingo 3 tendi¨® una rama de olivo con una carta-compromiso prometiendo reconciliaci¨®n, no repetici¨®n y respeto a los derechos humanos. Sin ser irrelevante, dista de ser suficiente y van de la mano paralelas conductas de personajes de su entorno que en la misma campa?a no parecen haber dejado atr¨¢s el pasado. Sed de venganza y la f¨¢cil acusaci¨®n de ¡°terrorista¡± contra quien los cuestione han sido visibles en varios de estos episodios.
?Enterrada el hacha de guerra y de venganza contra quienes desempe?aron, por ejemplo, papel protag¨®nico en la reconstrucci¨®n democr¨¢tica del 2000-2001 o en hacer viable el encausamiento penal a Fujimori por corrupci¨®n y cr¨ªmenes de lesa humanidad? Si fuese as¨ª, bienvenido sea; pero habr¨¢ que ver las cosas en el d¨ªa a d¨ªa pues se requiere mucho m¨¢s que una carta emitida al fragor de la campa?a. A esto se a?ade el cambio en el escenario electoral con el ascenso acelerado de la candidatura de izquierda de la cusque?a Ver¨®nika Mendoza (Frente Amplio). Con un escaso 3% de respaldo hace dos meses, ahora empata la segunda posici¨®n con Kuczynski al conquistar a indecisos, j¨®venes y a sectores del sur. Si bien el movimiento de preferencias puede tener algo que ver con espacios generados por las exclusiones de candidatos, el frente izquierdista ocupa un espacio l¨®gico, que ha sido torno al 30% del electorado cuando inusualmente ha apostado a una carta propia y relativamente unitaria.
Este domingo la votaci¨®n seguro se concentrar¨¢ en tres candidaturas (Fujimori, Mendoza y el exministro Kuczynski); Mendoza muy bien podr¨ªa llegar a disputar en junio la segunda vuelta con Keiko Fujimori, visible puntera. Lo que muchos se preguntan, sin embargo, es c¨®mo afectar¨¢ a la futura gobernabilidad el actual clima enrarecido en una sociedad ya erizada, impaciente y polariz¨¢ndose.
Resultar¨¢ vital para la gobernabilidad construir espacios de amplia concertaci¨®n para el ejercicio del nuevo Gobierno desde julio. La transparencia, tolerancia y el respeto a los derechos ciudadanos deber¨ªan ser ingredientes medulares en un indispensable esfuerzo para cortar la peligrosa espiral polarizante en curso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.