Jorge Ramos: ¡°Trump ha hecho del odio y el racismo algo aceptable¡±
El presentador de Univisi¨®n, un referente moral al haber plantado cara al aspirante republicano, presenta su libro 'Sin miedo'
Jorge Ramos arremangado y en pantalones vaqueros. Mira de frente y habla directo. De ¨¦l se ha escrito que lanza cada pregunta como si fuera la ¨²ltima. En sus respuestas tambi¨¦n hay algo de eso. Tomar partido y no quedarse callado. Ser independiente, pero no neutral. Denunciar al poderoso; enfrentarse a los abusos. Desde aquel lunes 3 de noviembre de 1986 en que empez¨® a salir en pantalla, Ramos ha puesto en pr¨¢ctica esos principios y ahora es mucho m¨¢s que el presentador estrella de Univisi¨®n o el comunicador m¨¢s influyente de Am¨¦rica Latina. Nacido en 1958 en la Ciudad de M¨¦xico, es un referente moral para decenas de millones de hispanohablantes. Dentro y fuera de Estados Unidos. El periodista que le plant¨® cara a Fidel Castro, a Hugo Ch¨¢vez, a Carlos Salinas de Gortari y, ahora mismo, a Donald Trump. Alguien que no deja de interpelar ni reh¨²ye de su origen mexicano. ¡°Lo que m¨¢s me define es ser inmigrante y luego periodista¡±, dice.?
Sin miedo. Ese es el t¨ªtulo del libro que acaba de publicar (editorial Grijalbo) y por el que concede la entrevista a EL PA?S en la Ciudad de M¨¦xico. 318 p¨¢ginas donde recopila sus mejores 30 entrevistas. Desde el subcomandante Marcos hasta Barack Obama. Ante ellos, Ramos pone en pr¨¢ctica su teor¨ªa de la no neutralidad y dispara. En su universo no cabe el silencio. Esa es su principal lecci¨®n. La del rebelde que no calla. O, como ¨¦l prefiere decir, el periodista que hace preguntas.?
Pregunta. Usted rechaza la neutralidad en el periodismo.
Respuesta. El mejor periodismo se hace cuando dejamos de ser neutrales; casos como Watergate o la Casa Blanca lo demuestran. Estamos obligados a cuestionar a los que est¨¢n en el poder. La idea de neutralidad es peligrosa. Como dijo Elie Wiesel, s¨®lo ayuda a los verdugos, nunca a las v¨ªctimas.?
P. ?Y por qu¨¦ impera entonces?
R. El periodismo tiene que estar basado en datos y hechos. Pero esa es la mitad de nuestro trabajo, la otra mitad radica en cuestionar a los que est¨¢n en el poder. Si nos quedamos s¨®lo en hechos y datos, le hacemos el juego al poder. Hay que empujar con un periodismo m¨¢s rebelde, m¨¢s irreverente, m¨¢s beligerante. No basta con reportar lo que est¨¢ pasando en M¨¦xico, hay que cuestionar a Pe?a Nieto con la Casa Blanca, con Ayotzinapa, con los 52.000 muertos de los tres primeros a?os de su Gobierno, con su silencio frente a Donald Trump¡ Eso es lo que nos toca. En Estados Unidos nos tenemos que enfrentar a los dos millones y medio de deportados por Obama, a los comentarios racistas de Trump¡?
P. Pero el peligro de ese periodismo es el error, ?no? El da?o puede ser muy grande.
R. No todo vale. Debemos tomar partido cuando nos enfrentamos a casos de racismo, discriminaci¨®n, corrupci¨®n, mentiras p¨²blicas, dictaduras y derechos humanos. No puedes entrevistar a un dictador y no tomar partido. No puedes tratar a Ra¨²l Castro igual que a los disidentes cubanos. Ni a los familiares de Ayotzinapa igual que al Gobierno de Pe?a Nieto. Ni a los inmigrantes indocumentados igual que a Donald Trump.?
P. Y en el caso Trump, ?cree que en Estados Unidos la reacci¨®n ha estado a la altura del peligro que representa?
R. Tardaron mucho. Todo el mundo reaccion¨® tarde y mal. Los mexicanos fuimos de los pocos que lo hicimos r¨¢pidamente, pero durante meses nos dejaron solos. Ni Pe?a Nieto ni Obama actuaron. Tampoco los dem¨®cratas ni los republicanos.?
Lo que m¨¢s me define es ser inmigrante, y despu¨¦s periodista
P. En su libro, parafraseando a Gandhi, dice: el problema no son los malos, sino la indiferencia de los buenos.
R. Ese es el peligro. No basta con querer entender a Trump en el contexto de una democracia. En el momento en que acusa a los mexicanos de ser violadores y criminales, en que discrimina oficialmente a 1.500 millones de personas por ser musulmanes, en que llama animales a mujeres¡ en ese momento deber¨ªamos haber reaccionado.?
P. ?Puede ganar?
R. Claro que puede. Por eso estamos hablando de ¨¦l. Creo que los periodistas nos equivocamos terriblemente en 2003 cuando comenz¨® la guerra de Irak. Nos quedamos callados cuando sab¨ªamos que no hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva. No debemos cometer el mismo error con Donald Trump. Hay que tomar partido.?
P. ?No cree que el da?o ya est¨¢ hecho?
R. S¨ª, lo peor es que ha hecho del odio y el racismo algo aceptable. Ese es el peligro. Gente que antes no se atrev¨ªa a hacer comentarios machistas y racistas ahora los hace con plena libertad. Mira en YouTube, Facebook y Twitter. Estamos plagados. Eso es nuevo.
P. Usted se ha convertido en un referente moral. ?No es mucha carga para un periodista?
R. Me preguntan si soy activista o periodista. Creo que mientras siga siendo un periodista que hace preguntas, estoy bien. Mientras entienda el periodismo como contrapoder, estoy bien.
P. En Twitter se define como inmigrante y periodista. En ese orden.
R. Yo no quise ser inmigrante. No me hubiera querido ir de M¨¦xico, pero me tuve que marchar. As¨ª estamos millones en todo el mundo. Lo que m¨¢s me define es ser inmigrante, y despu¨¦s periodista. Eso marca toda mi vida. Cuando llego a M¨¦xico me dicen que no soy de aqu¨ª, cuando llego a Estados Unidos me dicen que no soy de all¨¢. La tragedia del inmigrante es estar buscando su casa todo el tiempo.
P. ?Es pesimista con M¨¦xico?
R. No, para nada. Ahora se dice todo. Soy optimista con los j¨®venes, con los movimientos de oposici¨®n y con los estudiantes de periodismo. Est¨¢n pasando muchas cosas. Veo venir la primavera mexicana.
¡°No vale la pena que te maten por una noticia¡±
P. ?Qu¨¦ entrevista le falta por hacer?
R. El Papa y Trump. Por ahora esas dos.
P. ?Cu¨¢l ha sido su mejor entrevista?
R. Las m¨¢s dif¨ªciles son con los duros. Hugo Ch¨¢vez, Fidel, Carlos Salinas de Gortari¡ En esas entrevistas tienes que llegar bien armado de preguntas. Son momentos hist¨®ricos que debes aprovechar.
P. ?Se le han quedado preguntas en el tintero?
R. S¨ª, y da mucho coraje. Hago un gran esfuerzo por encontrar la pregunta que rompe al entrevistado, que lo dobla o que da con su principal contradicci¨®n. Lo peor es terminar la entrevista y darte cuenta de que se te pas¨® la pregunta central. Y a¨²n peor es conocerla y no haberse atrevido. Eso es la autocensura. Siento que todav¨ªa hay mucho de eso en M¨¦xico. Hay miedo de preguntar.
P. ?Qu¨¦ consejo dar¨ªa a un periodista joven?
R. El primero es que no vale la pena que te maten por una noticia. Eso lo digo en un pa¨ªs como M¨¦xico. A las entrevistas con gente de mucho poder llego con dos reglas: hacer las preguntas que t¨² crees que nadie m¨¢s va a hacer y pensar que nunca m¨¢s vas a volver a entrevistar a esa persona. Si llegas con esa actitud la entrevista es distinta.
P. Usted ha podido ver algunos personajes m¨¢s de una vez.
R. Pocas veces. Pe?a Nieto nunca me dej¨® que lo entrevistara como presidente. Como gobernador le pregunt¨¦ si era millonario. Me dijo que no. Ahora sabemos que nos minti¨®. Esa es otra pregunta que me gusta mucho hacerle a los candidatos: ?cu¨¢nto dinero tienen?
P. ?Y c¨®mo se siente cuando lo entrevistan?
R. Uno toma el control cuando pregunta. Es raro responder, prefiero preguntar.
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