El creciente apoyo a la destituci¨®n evidencia la debilidad de Rousseff

La sesi¨®n del lunes implica que la bola del impeachment, cada vez m¨¢s grande y m¨¢s ardiente, se desplace hacia el pleno del Congreso de los Diputados de Brasil. Ser¨¢ esta C¨¢mara, de 513 parlamentarios, la que comience a decidir el viernes la suerte de la presidenta. Si un tercio de diputados se manifiesta en contra de la apertura del proceso de destituci¨®n, el impeachment se detendr¨¢; de lo contrario, seguir¨¢ su camino hacia el Senado.

En esa C¨¢mara, a primeros de mayo previsiblemente, bastar¨¢ el apoyo de una mayor¨ªa simple para que el juicio pol¨ªtico se celebre. Con una novedad decisiva: a partir de entonces, Rousseff ser¨¢ apartada del cargo provisionalmente mientras se la juzga. Muchos analistas consideran que una vez descabalgada del poder, Rousseff, cada vez m¨¢s debilitada, no volver¨ªa.

La presidenta brasile?a no dud¨® el martes en acusar al vicepresidente, Michel Temer, de ser ¡°uno de los jefes de la conspiraci¨®n¡± para echarla del cargo. ¡°Cayeron las m¨¢scaras de los golpistas¡±, declar¨® Rousseff en alusi¨®n al audio divulgado por Temer ¡ªsupuestamente por error¡ª en el que el vicepresidente parece dar por hecho la destituci¨®n de la gobernante.

Cierto es que pocos cre¨ªan que el Gobierno conseguir¨ªa ganar la votaci¨®n del lunes. Pero la diferencia, 11 votos, se antoja mayor de lo esperado. Jacques Wagner, jefe de Gabinete de Rousseff, confes¨® por la noche que preve¨ªan unos cuantos votos m¨¢s a su favor. Con todo, a¨²n consideran que lograr¨¢n torpedear el proceso de impeachment este fin de semana, ya que el resultado del lunes es malo pero no catastr¨®fico. Desde el otro lado, la oposici¨®n no disimula su alegr¨ªa: ¡°Ha sido una victoria clara. Y crecer¨¢ seg¨²n se acerque el viernes¡±, dijo el parlamentario opositor Filho Mendon?a.

La sesi¨®n, accidentada y nerviosa, llev¨® a los diputados a un estado de frenes¨ª creciente. Unos, contrarios al impeachment, gritaban desatados: ¡°?No va a haber golpe!¡±. Otros, a favor del proceso, respond¨ªan, no menos enloquecidos: ¡°Fuera el PT (Partido de los Trabajadores, formaci¨®n de Rousseff y de Lula da Silva)¡±. Otros, m¨¢s all¨¢, replicaban a estos segundos: ¡°Fuera Dilma¡±.

Los partidarios de la destituci¨®n recordaron que el motivo ¨²ltimo de que se juzgue a la presidenta son las pedaladas fiscales, es decir, el maquillaje de las cuentas p¨²blicas para enjugar el d¨¦ficit presupuestario, que constituye un motivo legal para llevar a cabo este proceso. Pero, adem¨¢s, a?adieron razones puramente pol¨ªticas: la impopularidad de Rousseff, la corrupci¨®n de Petrobras o la profunda crisis econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs. Los contrarios recordaron que esas pedaladas fiscales son una mera excusa para llevar a cabo una suerte de Golpe de Estado envuelto en legalidad, ideado para echar del poder a alguien elegido en las urnas.

Los argumentos son los repetidos desde hace semanas, pero la cuesti¨®n clave es que el impeachment avanza inexorablemente hacia sus jornadas decisivas. Tanto Rousseff como el expresidente Lula conf¨ªan en convencer a los 173 diputados necesarios para detener el proceso. Pero no va a ser f¨¢cil. Desde Brasilia, para conseguirlo, Lula negocia fren¨¦ticamente con parlamentarios indecisos prometi¨¦ndoles cargos o haci¨¦ndoles sentir su influencia y su peso pol¨ªtico.

Nadie, hoy por hoy, se atreve a apostar por un resultado. Los peri¨®dicos publican gr¨¢ficos que se renuevan constantemente con los diputados adheridos a uno y a otro lado. Pero hay una cincuentena larga de indecisos ¡ªo que se dicen indecisos¡ª que se han convertido en clave y objeto de todas las miradas. Ellos decidir¨¢n con su voto el pr¨®ximo fin de semana si el proceso sigue adelante y si, as¨ª, Rousseff da un paso m¨¢s en direcci¨®n al abismo pol¨ªtico.