El diputado pirata que quiso ser controlador de parqu¨ªmetros
La historia de J¨®n Thor ?lafsson simboliza el auge del Partido Pirata island¨¦s, al frente de los sondeos
A¨²n hay promesas pol¨ªticas que se cumplen. El island¨¦s J¨®n Thor ?lafsson, de 39 a?os, asumi¨® un compromiso antes de ocupar su esca?o en el Parlamento, tras las elecciones de abril de 2013: ejercer¨ªa como diputado durante dos a?os y entonces dejar¨ªa su puesto a la siguiente en la lista, ?sta Helgad¨®ttir. Y as¨ª lo hizo. El porqu¨¦: la sostenibilidad del proyecto que lideraba, el del Partido Pirata island¨¦s. Dio un paso a un lado y volvi¨® al tajo. Primero se emple¨® en una planta de asfalto y ahora controla parqu¨ªmetros en Reikiavik, la capital del pa¨ªs. "Ando al aire libre", dice J¨®n Thor al tel¨¦fono, "y es un trabajo que me permite leer, escribir, contemplar". La idea de fondo es seguir pensando en el partido, pero fuera del cors¨¦ parlamentario. Su ejemplo es reflejo de una praxis pol¨ªtica que ha encandilado a los islandeses. Aquellos piratas que obtuvieron en 2013 un 5% del voto flirtean hoy con el primer puesto en los sondeos electorales.
La historia de Islandia en los ¨²ltimos ocho a?os es la de un pa¨ªs pionero: fue el primero en ceder con el estallido de la crisis financiera, pero tambi¨¦n el primero en reaccionar empujado por las protestas. Dej¨® caer a los bancos, los nacionaliz¨®, y prometi¨® encarcelar a los responsables de los abusos econ¨®micos, los vikingos que endeudaron el pa¨ªs. Pusieron a una mujer al frente del Gobierno y creyeron en una coalici¨®n roji-verde. Islandia era un s¨ªmbolo.?
Pero en abril de 2013, la confianza en esa alianza se hab¨ªa agotado, la deuda y la inflaci¨®n segu¨ªan ahogando y el voto regres¨® a los partidos tradicionales, muy vinculados a la pesca y agricultura, los gigantes de un pa¨ªs diminuto (330.000 habitantes). El liberal Sigmundur Dav¨ªd fue nombrado primer ministro. El pasado 5 de abril, tres a?os despu¨¦s, el mismo Sigmundur Dav¨ªd dimiti¨®, sacudido por la filtraci¨®n de los Panama Papers, que documentan su participaci¨®n en una firma offshore radicada en Tortola, para¨ªso fiscal en las islas V¨ªrgenes brit¨¢nicas. "El ambiente", se?alaba por entonces a este diario Elvira M¨¦ndez, profesora espa?ola de la Universidad de Islandia, "no es de fiesta sino de humillaci¨®n nacional".
Una historia tan vertiginosa ha sorprendido incluso al propio J¨®n Thor, que sigue vinculado al Partido Pirata a trav¨¦s de su comit¨¦ jur¨ªdico. "No esperaba que creci¨¦semos tan r¨¢pido". Un auge no ajeno a la paradoja: si bien el partido ha liderado los sondeos con incluso m¨¢s de un 40% de la estimaci¨®n de voto antes y poco despu¨¦s de la ca¨ªda del Gobierno, la ¨²ltima encuesta electoral lo ha situado en segundo lugar (26%), tras el conservador e hist¨®rico Partido de la Independencia de Bjarni Benediktsson (27%), se?alado en los Panama Papers por una offshore que finalmente no lleg¨® a utilizar, seg¨²n ha defendido.
Entre los detractores de los piratas islandeses cunde la idea de que les falta programa. Nacieron al albor de la revoluci¨®n iniciada por el Partido Pirata sueco, marcada por la democracia directa y la libertad en Internet. La actual l¨ªder de la formaci¨®n islandesa, Birgitta J¨®nsd¨®ttir, es una de las abanderadas de que Islandia se convierta en una suerte de refugio del periodismo ante la persecuci¨®n policial de proyectos como Wikileaks, del que ella misma fue colaboradora.
Pero el coraz¨®n pol¨ªtico pirata es hoy m¨¢s complejo: junto a la tradicional transparencia y participaci¨®n ciudadana en las decisiones pol¨ªticas -a trav¨¦s de plataformas online de consulta- se encuentra la lucha contra el consumo de drogas a trav¨¦s del tratamiento y no la penalizaci¨®n, el refer¨¦ndum vinculante sobre la posible adhesi¨®n a la UE, la protecci¨®n de los recursos naturales o la reforma constitucional con el lema "un hombre, un voto".
?La clave del ¨¦xito? "Practicar lo que ense?as", responde J¨®n Thor. Asume que volver¨¢ a presentarse a las pr¨®ximas elecciones. Est¨¢ bien valorado para obtener un esca?o, como apuntaba en la conversaci¨®n la profesora espa?ola M¨¦ndez. "Lo har¨ªa solo durante un a?o, yo quiero vivir mi vida", apostilla J¨®n Thor. Su objetivo, una vez m¨¢s, ser¨ªa ayudar a sus compa?eros a que el trabajo del partido fuera "sostenible". ?Confiar¨ªan los electores en alguien que no se quiere quedar? "Cuanto m¨¢s participen los ciudadanos en el gobierno", cierra el exdiputado hoy controlador de parqu¨ªmetros, "menos poder tendr¨¢n los pol¨ªticos y menos tiempo tendr¨¢n que estar".
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