Macri desprecia el regreso de Kirchner a la pol¨ªtica: ¡°Fue desafortunado¡±

La reaparici¨®n de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner ha supuesto una conmoci¨®n en la pol¨ªtica argentina que el Gobierno de Mauricio Macri intenta reconducir. Diversas fuentes del Ejecutivo coinciden en que, pese al impacto inicial del ¨¦xito de convocatoria de la expresidenta, el acto del mi¨¦rcoles, con miles de kirchneristas animando a su l¨ªder a la puerta de unos juzgados en los que hab¨ªa sido llamada a declarar como imputada por un presunto fraude al Estado finalmente puede favorecer los intereses del Gobierno. ¡°Estamos tranquilos¡±, insisten. Kirchner demostr¨® su capacidad de movilizaci¨®n, admiten, pero tambi¨¦n su soledad pol¨ªtica dentro del peronismo.

P¨²blicamente, los macristas se limitaron a despreciar la reaparici¨®n. ¡°Fue una ma?ana desafortunada, no contribuye a una Argentina que est¨¢ esperanzada¡±, asegur¨® el presidente, vinculando a Fern¨¢ndez de Kirchner con el pasado. ¡°Fue lamentable¡±, lanz¨® Grabriela Michetti, la vicepresidenta. Marcos Pe?a, jefe de Gabinete, fue m¨¢s all¨¢: ¡°Mont¨® lo que ve¨ªamos hasta el 10 de diciembre todos los d¨ªas, un recuerdo de lo que fue la Argentina en estos ¨²ltimos a?os, una producci¨®n con 15.000 personas y transform¨® ese hecho en un acto pol¨ªtico. Claramente se ha aislado en t¨¦rminos de representaci¨®n pol¨ªtica¡±.

En privado, los macristas explican que con Fern¨¢ndez de Kirchner en la puerta de los tribunales estaban los kirchneristas m¨¢s fieles pero muy pocos de los peronistas que realmente tienen el poder en Argentina en este momento: senadores, diputados, sindicalistas y sobre todo gobernadores. Por eso, y aunque ella ha dejado claro que quiere volver a la pol¨ªtica argentina, el macrismo cree que no podr¨¢ en ning¨²n caso ser la jefa de la oposici¨®n ¨Cni siquiera es parlamentaria-

Mientras hablaba Fern¨¢ndez de Kirchner, Macri, en un gesto nada casual, estaba reunido con el gobernador de Salta, el peronista Juan Manuel Urtubey, que ha roto con el kirchnerismo y trata de arrastrar con ¨¦l a todos los dem¨¢s gobernadores peronistas. Poco despu¨¦s de ese apote¨®sico mitin de regreso de Kirchner Macri tambi¨¦n se citaba en la Casa Rosada con los principales sindicalistas del pa¨ªs. La cita no fue bien, porque los dirigentes le exigen medidas para frenar los despidos y parar la inflaci¨®n, pero ninguno de ellos est¨¢ con Kirchner.

El macrismo y el propio peronismo, donde se vive una batalla encarnizada por la sucesi¨®n, juegan a una especie de doble banda: Fern¨¢ndez de Kirchner tiene el control de la calle, o al menos de una parte de ella ¨Cnadie en Argentina tiene ahora su capacidad de movilizaci¨®n- pero no tiene ning¨²n poder real y los peronistas que mandan le dan la espalda. Ella juega sus bazas, y ayer, subida en la ola de protagonismo recuperado en la calle, cit¨® a los parlamentarios del Frente para la Victoria, su formaci¨®n, para tratar de seguir mandando.

Pero all¨ª es donde precisamente se nota m¨¢s su debilidad. Poco a poco va fractur¨¢ndose el grupo y la ¨²ltima votaci¨®n clave, la del acuerdo con los fondos buitre, dej¨® claro que ya son una minor¨ªa los que siguen las consignas de Fern¨¢ndez de Kirchner de rechazar ese pacto. Macri pudo sacarlo adelante con una c¨®moda mayor¨ªa gracias a que la mitad del grupo peronista, sobre todo en el Senado, decidi¨® apoyar su propuesta.

En realidad, lo que preocupa al Ejecutivo m¨¢s que la propia reaparici¨®n de Kirchner es algo sobre lo que ella construy¨® su ataque pol¨ªtico: la inflaci¨®n y el ajuste, que est¨¢n generando cada vez m¨¢s problemas a los argentinos. El Gobierno no levanta cabeza desde que anunci¨® el tarifazo de transportes y gas hace dos semanas. El equipo de Macri trabaja ahora para empezar a anunciar alguna buena noticia, sobre todo medidas antiinflacionarias, pero de momento Fern¨¢ndez de Kirchner acumula todo el protagonismo pol¨ªtico y el presidente ha pasado de la cumbre durante la visita de Barack Obama a la ca¨ªda poco despu¨¦s por los ajustes y su aparici¨®n en los papeles de Panam¨¢. Es el ritmo habitual de la pol¨ªtica argentina