El pleito del soldado Wooden con la polic¨ªa y el narco mexicano
Polic¨ªas de Taxco, en Guerrero, apalearon al estadounidense James Wooden en 2013. ?l dice que fue por orden de Guerreros Unidos. La comisi¨®n de Derechos Humanos del estado reconoce la agresi¨®n
El 28 de abril de 2013, hacia las cinco y media de la tarde, dos patrullas de la polic¨ªa municipal de Taxco, en el estado de Guerrero, llegaron al taller del artesano James Wooden. Seis agentes bajaron de una de las camionetas, irrumpieron en el taller, golpearon a Wooden, lo esposaron y se lo llevaron a la comandancia. En sus declaraciones a la Comisi¨®n de Derechos Humanos del estado, Wooden, nacido en Florida en 1969, dijo d¨ªas m¨¢s tarde que los agentes le patearon con sa?a durante horas en las instalaciones de la corporaci¨®n.
Wooden contaba su historia en Taxco hace unas semanas, en la caba?a en que vive arriba del cerro El Huixteco, a casi una hora del centro urbano. Wooden es alto, parlanch¨ªn y atropellado. Igual hablaba de lo sucedido con la polic¨ªa, que mencionaba su pasado militar, sus conocimientos de esoterismo o de joyer¨ªa. La historia de la polic¨ªa parec¨ªa aburrirle, como si ya la hubiera asimilado, pero recordaba cada detalle y exig¨ªa justicia.
Todo eso, cuenta el artesano, ocurri¨® por culpa de sus vecinos. Wooden y su mujer, Carmen, alquilaban el local desde hac¨ªa un tiempo. Ambos se hab¨ªan conocido en 2007 en Estados Unidos. Carmen Carranza, mexicana, atend¨ªa un puesto de tacos a las afueras de Houston. Wooden, veterano del Ej¨¦rcito, trabajaba de herrero. El artesano era un asiduo al puesto de tacos de Carmen y una cosa llev¨® a la otra y¡ Cuando llegaron a Taxco, Wooden y Carmen empezaron a trabajar la plata, la cera, buscaban minerales en el Huixteco. Enseguida encontraron el local del taller. Fue en la comunidad El Arroyo, alejada del centro, un espacio adecuado a su econom¨ªa. Wooden pag¨® m¨¢s de 1.000 d¨®lares por dos a?os de alquiler. La mala suerte, explica, es que sus vecinos eran de los Guerreros Unidos, la banda delictiva se?alada por la justicia mexicana, de estar detr¨¢s de la desaparici¨®n y la muerte de 43 estudiantes en el cercano pueblo de Iguala, en septiembre de 2014.
En su relato ante la comisi¨®n de Derechos Humanos, Wooden narra que aquella tarde una de sus vecinas le grit¨® que quitara el carro de la puerta de su casa. Luego, dice, sali¨® el hermano de ella, Ra¨²l Flores Arizmendi, con un machete en la mano. Seg¨²n Wooden, Flores Arizmendi grit¨®: ¡°te vamos a mandar de regreso a Estados Unidos en pedazos si no mueves el coche¡±. En ese momento, cuenta el artesano, su vecino a?adi¨® que ellos eran de la banda ¡°Guerreros Unidos¡± adem¨¢s de ¡°los due?os de la calle¡±.
Seg¨²n Wooden, Flores Arizmendi grit¨®: ¡°te vamos a mandar de regreso a Estados Unidos en pedazos si no mueves el coche¡±. En ese momento, cuenta el artesano, su vecino a?adi¨® que ellos eran de la banda ¡°Guerreros Unidos¡±
El pleito ven¨ªa de lejos. Wooden y Carmen hab¨ªan atestiguado durante a?os las actividades de sus vecinos y a veces, incluso, los grababan con su celular. ¡°No sab¨ªa que al lado era una casa de seguridad de Guerreros Unidos¡±, cuenta Wooden. ?C¨®mo y cu¨¢ndo supiste eso? ¡°Porque ellos mismo lo dijeron varias veces, no s¨®lo la ¨²ltima. A los seis meses de llegar, cuando ya hab¨ªa invertido 100.000 pesos, empec¨¦ a ver lo de la ambulancia¡±. Wooden cuenta que vio varias veces c¨®mo una ambulancia de la Cruz Roja llegaba a la casa, entraba marcha atr¨¢s en la cochera y luego, entre todos, conductores e inquilinos, bajaban a golpes a los pasajeros. ¡°Eran j¨®venes, ven¨ªan a las dos o las tres de la ma?ana y los bajaban a golpes. Yo escuch¨¦ sus voces¡±.
Aunque pueda parecer extra?o, el relato de Wooden coincide con el modus operandi de Guerreros Unidos en la regi¨®n, de acuerdo a los datos que maneja el Gobierno mexicano. En febrero de este a?o, el periodista H¨¦ctor De Maule¨®n, uno de los pocos que ha tenido acceso a la versi¨®n completa de la investigaci¨®n del caso Iguala, explicaba que el jefe de halcones de Guerreros Unidos en Iguala trabajaba para Protecci¨®n Civil. David Cruz Hern¨¢ndez, El Chino, era quien conduc¨ªa la camioneta de la instituci¨®n. ¡°La camioneta de Protecci¨®n civil¡±, escribe De Maule¨®n, ¡°era empleada para transportar coca¨ªna, armas, personas¡±¡ En la regi¨®n centro de Guerrero, cuenta el reportero, Guerreros Unidos ten¨ªan acuerdos con las autoridades locales de Iguala, Cocula, Taxco, Buenavista de Cuellar¡
Con los gritos de sus vecinos, Wooden y Carmen se metieron al taller. Al rato llegaron las camionetas de la polic¨ªa, allanaron el local sin permiso y se llevaron a Wooden. En la comandancia, cuenta, lo golpearon desde que llegaron hasta que lo pasaron a una celda. Le dieron, recuerda, cachazos con sus pistolas, le apuntaron en la cabeza, le golpearon con unas llaves, le dieron puntapi¨¦s en la entrepierna y las costillas. Hoy, tres a?os despu¨¦s, Wooden se levanta la camisa y muestra un bulto en el costado izquierdo, como si le hubieran quebrado una ca?er¨ªa y la pieza, suelta, empujase la piel.
Aquella tarde, Carmen acudi¨® a la comandancia y no se fue hasta que liberaron a su pareja. Los polic¨ªas dec¨ªan que hab¨ªan detenido a Wooden porque estaba borracho, as¨ª que Carmen a¨²n hubo de pagar 15 d¨®lares de multa. De ah¨ª marcharon al hospital y dos d¨ªas m¨¢s tarde presentaron una queja ante la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Estado de Guerrero. Un a?o m¨¢s tarde, en abril de 2014, la dependencia emiti¨® una recomendaci¨®n en favor de James Wooden, que indicaba que la polic¨ªa de Taxco hab¨ªa ¡°conculcado¡± sus ¡°derechos humanos a la inviolabilidad del domicilio y a libertad e integridad personal¡±.
Han pasado dos a?os. Wooden vive solo en el cerro del Huixteco, sin luz el¨¦ctrica ni agua corriente, apenas con el apoyo de su mujer y la fundaci¨®n Idheas, que le ayuda en su caso. El gobierno municipal de Taxco obvi¨® la recomendaci¨®n de la comisi¨®n y aunque la polic¨ªa municipal ya no exista, su vida, cuenta, est¨¢ en peligro. Pero no se va. Dice que aqu¨ª todo el mundo acepta esta tragedia ¨Cel narco, los desaparecidos, los muertos-, pero ¨¦l, zanja, piensa plantar cara hasta el final.
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