Latigazos, descargas, abortos y prostituci¨®n en L¨ªbano
Las fuerzas de seguridad desarticulan la mayor red de prostituci¨®n de la historia del pa¨ªs. Las 75 mujeres liberadas eran sirias
El se?uelo era siempre un hombre y las v¨ªctimas j¨®venes sirias con problemas familiares o econ¨®micos. ¡°Fulano me hizo promesas de matrimonio¡± o ¡°fulano me ofreci¨® trabajar en un restaurante¡±, coinciden en sus testimonios las 75 sirias liberadas tras la desarticulaci¨®n de la mayor red de tr¨¢fico de mujeres de la historia del L¨ªbano. ¡°Las chicas estaban en un estado lamentable y cubiertas por moratones o quemaduras¡±, relata Sandy Isa, periodista de investigaci¨®n libanesa que entrevist¨® a ocho de ellas. Las Fuerzas Internas de Seguridad libanesas (ISF, por sus siglas en ingl¨¦s) llevaron a cabo dos redadas los pasados 27 y 29 de marzo arrestando a 18 mujeres y hombres implicados. Los dos cabecillas, el liban¨¦s Ali Hasan Zeaiter y el sirio Imad al-Rihawi, lograron darse a la fuga. Durante el interrogatorio, quien se hace llamar doctor Riad al Alam, admiti¨® que hab¨ªa practicado hasta 200 abortos a las j¨®venes, a los que algunas no sobrevivieron. Los inculpados se enfrentan a penas entre 5 y 15 a?os de c¨¢rcel.
Los testimonios de las v¨ªctimas recogidos por la ONG The Legal Agenda son espeluznantes. En los s¨®tanos de los hoteles Chez Maurice y Silver Hotel, en la localidad costera cristiana de Yunie y a 20 kil¨®metros de la capital libanesa, las j¨®venes vivieron un infierno en vida. Golpes, descargas el¨¦ctricas, 10 latigazos por olvidar pintarse las u?as o 50 por no recibir propinas de los clientes. La mayor¨ªa cruzaron legalmente de Siria a L¨ªbano, algunas antes de la guerra, engatusadas por las promesas de un trabajo o de un marido. Una vez en los hoteles, eran retenidas contra su voluntad, apaleadas y forzadas a prostituirse desde ¡°las tres de la tarde hasta las cinco de la ma?ana¡±. Con edades comprendidas entre los 18 y 29 a?os, adem¨¢s de una menor de 16 a?os, cada v¨ªctima expone motivos propios para abandonar Siria. Algunas llevaban un par de meses secuestradas, otras hasta nueve a?os trabajando como esclavas sexuales y sin recibir un solo c¨¦ntimo.
Connivencia policial
El esc¨¢ndalo ha servido no solo para reavivar el debate sobre la laxitud de cara al tr¨¢fico sexual en L¨ªbano, sino que ha puesto en evidencia la connivencia de las fuerzas del orden. Cuatro de las j¨®venes aprovecharon un descuido de sus guardianes para escapar. En lugar de acudir a una comisar¨ªa, desconfiando de los agentes, se dirigieron a la milicia partido libanesa Hezbol¨¢. Estos, remitieron el caso a las ISF. La red de tr¨¢fico de mujeres de Chez Maurice llevaba m¨¢s de un d¨¦cada operando con ingresos que rozan el mill¨®n de euros mensuales.
Luces de ne¨®n anuncian los superclubs en los arcenes de la autopista de Yunie. Munir, nombre ficticio, es gerente de uno de ellos. En su interior est¨¢n prohibidas las mujeres. ¡°A veces ven¨ªan mujeres en busca de sus maridos y montaban un esc¨¢ndalo¡±, se justifica. En su local trabajan principalmente j¨®venes llegadas del este y algunas marroqu¨ªes. Pero cada d¨ªa llegan m¨¢s sirias acuciadas por la guerra y la pobreza y cada vez se ven m¨¢s locales entre la clientela anta?o monopolizada por los turistas llegados del Golfo. Munir admite que, en ocasiones, las j¨®venes son golpeadas por los clientes y que es muy dif¨ªcil incriminarlos. Tambi¨¦n asegura que ha de pagar sobornos mensuales a los agentes que en ocasiones cobran sus tarifas en ¡°especias con las chicas¡±.
Tras el esc¨¢ndalo, las ISF se han apresurado a cerrar otros 13 conocidos cabarets y puticlubs de la costera regi¨®n. La magnitud de la red tambi¨¦n ha puesto en evidencia un sistema judicial incapaz de proteger a las v¨ªctimas. ¡°La ley criminaliza a las v¨ªctimas¡±, dice en Beirut Ma?va Br¨¦au, coordinadora de la unidad de tr¨¢fico de mujeres de la ONG Kafa (Basta en ¨¢rabe). La ¨²nica ley sobre tr¨¢fico humano data de 2011 y Br¨¦au puede contar con una sola mano los casos de proxenetas procesados. ¡°Las v¨ªctimas tienen que demostrar que han sido forzadas, algo muy complicado seg¨²n los casos¡±, a?ade.
La cadena de criminalizaci¨®n comienza con el propio agente a cargo de los arrestos. Kafa imparte hoy cursos en las comisar¨ªas para ayudarles a identificar cu¨¢ndo las mujeres son forzadas o participan de su propio grado. A falta de refugios p¨²blicos, parte de las v¨ªctimas liberadas se recuperan hoy en un centro de acogida de esta ONG donde reciben tratamiento m¨¦dico y apoyo psicol¨®gico. Br¨¦au conf¨ªa que este caso marque un antes y un despu¨¦s en la legislaci¨®n libanesa: ¡°Por primera vez un juez ha dictaminado sin titubeos que las 75 mujeres son v¨ªctimas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.