Ra¨²l Castro insta al rearme ideol¨®gico contra EE UU

El partido comunista seguir¨¢ siendo el ¨²nico permitido en Cuba, la propiedad estatal no se privatizar¨¢ y las nuevas regulaciones impedir¨¢n la concentraci¨®n de riqueza y la proliferaci¨®n de nuevos ricos, en los que supuestamente conf¨ªa EE UU para destruir la revoluci¨®n. Los aut¨®nomos que sue?an con abrir una cadena de restaurantes o peluquer¨ªas no lo tendr¨¢n f¨¢cil, a tenor del discurso de Ra¨²l Castro en el s¨¦ptimo Congreso del Partido Comunista.

¡°No somos ingenuos, ni ignoramos la influencia de poderosas fuerzas externas que apuestan a lo que llaman el empoderamiento de las fuerzas no estatales de gesti¨®n con el fin de generar agentes de cambio para acabar con la revoluci¨®n¡±, dijo Ra¨²l Castro ante los 1.000 delegados del c¨®nclave, que examina las reformas socioecon¨®micas emprendidas hace cinco a?os.

Sin renunciar a los beneficios de la normalizaci¨®n con Washington, el primer secretario del partido inst¨® a la reafirmaci¨®n revolucionaria porque, en su opini¨®n, la oposici¨®n de Barack Obama a las sanciones contra Cuba no es sino ¡°un cambio de m¨¦todo¡± para forzar el cambio pol¨ªtico en la isla y su regreso al capitalismo. La militancia comunista equivale oficialmente al 21% de la poblaci¨®n laboral, que ronda los 4.970.000 trabajadores. ¡°Si lograran fragmentarnos ser¨ªa el comienzo del fin de la revoluci¨®n, el socialismo y la independencia¡±, alert¨® Castro.

No parece que se vayan a abrir espacios significativos a la participaci¨®n pol¨ªtica de los no militantes: ¡°No tenemos ning¨²n miedo a las discrepancias, pues solo las discusiones francas y honestas entre revolucionarios nos conducir¨¢n a las soluciones¡±.

Combatir ¡°la subversi¨®n¡±

Quienes no lo sean ni quieran serlo deber¨¢n atenerse a las consecuencias. Castro consider¨® perentorio ¡°establecer una labor preventiva inteligente, firme y sistem¨¢tica por parte de los ¨®rganos encargados para combatir las acciones subversivas¡±.

En un discurso de dos horas y media, no concret¨® las pr¨®ximas reformas, pero destac¨® que se trabaja en la fundamental: eliminar la dualidad monetaria, la paralela circulaci¨®n del depreciado peso nacional y la divisa. Los salarios p¨²blicos, unos 25 d¨®lares mensuales, se abonan en pesos pero los art¨ªculos m¨¢s demandados se venden en d¨®lares, a los que no toda la poblaci¨®n puede acceder.

Saliendo al paso de quienes niegan que Cuba pueda prosperar sin cambios profundos, Castro rechaz¨® las terapias de choque: ¡°Las f¨®rmulas neoliberales que proponen la privatizaci¨®n del patrimonio estatal y servicios como la salud y la educaci¨®n nunca ser¨¢n aplicadas en Cuba¡±. Los cuentapropistas, el medio mill¨®n de aut¨®nomos, tampoco podr¨¢n llegar a millonarios porque lo impedir¨¢n nuevos l¨ªmites normativos. En Cuba aumenta el empleo privado y se reduce el estatal. ¡°El trabajo por cuenta propia y la microempresa privada no son por esencia antisocialistas, y la mayor¨ªa de los que all¨ª trabajan son revolucionarios¡±, afirm¨®.

Castro en la apertura del congreso anunci¨® una reforma constitucional que refleje las ¡°importantes transformaciones¡± conseguidas y su voluntad de votarla en refer¨¦ndum.