Los talibanes matan a 30 personas en un atentado en una sede del espionaje de Kabul
La explosi¨®n golpea una zona de alta seguridad de la capital afgana
Un cami¨®n bomba caus¨® ayer 30 muertos y 320 heridos en Kabul, seg¨²n fuentes policiales. Los talibanes se responsabilizaron de inmediato del ataque, el m¨¢s mort¨ªfero que se produce en la capital afgana desde 2011. Su objetivo fue un edificio de la?Direcci¨®n de Seguridad de Dignatarios, un departamento que se ocupa de la protecci¨®n de altos cargos, pero la mayor¨ªa de las v¨ªctimas fueron civiles que se encontraban en las proximidades. El atentado env¨ªa un poderoso mensaje de rechazo a los intentos del presidente afgano, Ashraf Ghani, de entablar un di¨¢logo con el grupo insurgente para poner fin a tres lustros de conflicto.
¡°La explosi¨®n ha matado a 30 personas, la mayor¨ªa civiles, y ha herido a por lo menos otros 320¡±, inform¨® el portavoz del Ministerio del Interior, Sediq Sediqqi, citado por la agencia France Presse.
Se trata del atentado que ha causado m¨¢s v¨ªctimas en Kabul desde el que en diciembre de 2011 dej¨® 60 muertos en una mezquita. A la gravedad del resultado se une la osad¨ªa del objetivo elegido. Los terroristas detonaron su veh¨ªculo frente a la Direcci¨®n de Seguridad de Dignatarios (DSD), un departamento que se ocupa de la protecci¨®n de ministros y otros altos cargos del Gobierno. Esa sede est¨¢ situada en el c¨¦ntrico barrio de Puli Mahmud Khan, justo a espaldas del Palacio Presidencial.
¡°Un terrorista ha aparcado un cami¨®n cargado de explosivos en el aparcamiento adyacente al edificio¡± y lo ha hecho estallar, ha explicado a la prensa el jefe de la polic¨ªa de Kabul, el general Abdul Rahman Rahimi.
Entre los agentes que han muerto figuran guardaespaldas del jefe Ejecutivo de Afganist¨¢n, Abdullah Abdullah, y de los vicepresidentes Abdul Rashid Dostum y Sarwar Danish, seg¨²n Bilal Sarwary. Este analista asegura a EL PA?S que sus fuentes dentro de la seguridad hablan 47 polic¨ªas fallecidos.
Los talibanes difundieron un comunicado en el que se atribuyeron el ataque. En ¨¦l aseguran haber hecho estallar ¡°un cami¨®n lleno de explosivos¡± antes de que varios militantes accedieran al recinto. Pero el general Rahimi ha precisado que solo un terrorista logr¨® entrar y result¨® abatido durante el enfrentamiento con los agentes que respondieron a la agresi¨®n. Im¨¢genes difundidas con posterioridad mostraban las ventanas reventadas del edificio de la DSD. Horas m¨¢s tarde, la agencia Reuters se hizo eco de una segunda explosi¨®n cuyo origen no estaba claro.
¡°Acciones cobardes de esa cala?a no van a debilitar la voluntad y determinaci¨®n de las fuerzas de seguridad afganas para luchar contra el terrorismo¡±, declar¨® el presidente Ghani. Tambi¨¦n expresaron su repulsa el secretario general de la ONU y numerosos Gobiernos, incluido el de Pakist¨¢n, un pa¨ªs a menudo acusado por su vecino de dar refugio a los talibanes afganos. La ONU dijo que el uso por los estos de ¡°explosivos de gran potencia en zonas densamente pobladas pod¨ªa constituir un crimen de guerra¡±.
Se ha tratado del primer gran atentado desde que los talibanes declararon el inicio de su ofensiva de primavera hace una semana. Fue en realidad un gesto propagand¨ªstico porque no han dejado de atentar durante el invierno. Pero por larga que sea la lista de ataques por todo el pa¨ªs desde principios de a?o, los atentados en grandes centros urbanos siguen teniendo el mayor impacto tanto social como en los medios de comunicaci¨®n. De ah¨ª la rapidez con la que los portavoces talibanes se apresuraron ayer a asumir la autor¨ªa de la matanza.
Se trata de una patada a los esfuerzos del Gobierno de Ghani por iniciar negociaciones para acabar con el conflicto civil que lastra Afganist¨¢n desde hace 15 a?os cuando EE. UU. desaloj¨® del poder al r¨¦gimen talib¨¢n en represalia por el 11-S. Las conversaciones de paz iniciadas el verano pasado quedaron interrumpidas de forma abrupta al descubrirse que el l¨ªder de los talibanes, el cl¨¦rigo Omar, llevaba muerto dos a?os. La revelaci¨®n desat¨® una lucha interna dentro del propio grupo insurgente, con un sector reacio a reconocer como sucesor al que fuera mano derecha de Omar, el cl¨¦rigo Akhtar Mansur.
Aun as¨ª los talibanes han recuperado ¨ªmpetu desde la retirada de la mayor¨ªa de las tropas de combate internacionales a finales de 2014 y, seg¨²n los expertos, est¨¢n en la mejor situaci¨®n desde 2001, cuando la intervenci¨®n de EE. UU. los desaloj¨® del poder. Muchos analistas opinan que sus l¨ªderes no est¨¢n interesados en hablar porque est¨¢n ganando la partida.
Por un lado, se han beneficiado de una menor atenci¨®n internacional, concentrada ahora en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico en Irak y Siria. Por otro, las fuerzas de seguridad afganas se han quedado sin el apoyo a¨¦reo y en tareas de reconocimiento que les facilitaban los ej¨¦rcitos extranjeros; solo el a?o pasado perdieron a 5.500 hombres combatiendo a los insurgentes, cuya renovada actividad suscita dudas sobre su capacidad de hacerles frente. Adem¨¢s, debido a las operaciones paquistan¨ªes en Wazirist¨¢n del Norte, muchos ¨¢rabes, uzbecos y paquistan¨ªes desalojados de sus santuarios han cruzado la frontera reforzando las filas talibanes.
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